domingo, 7 de noviembre de 2010

Puntos de control



Por: Abner Huertas



Map


















En una ocasión conversaba con un amigo que gusta de los deportes extremos, entre ellos el ciclismo de montaña, me explicaba la importancia de contar con puntos de control para estar seguros que estaban por el camino correcto, puntos de prueba donde te garantizan que puedes continuar y puntos volantes que te ayudan a guiarte cuando no ves señales.

Los puntos de control son momentos en tu vida en los que haces un análisis de tu interior y descubres áreas que necesitan mejorarse, áreas en tu vida que sabes no son las correctas y deseas realizar un cambio en ellas; es detenerte y pensar, analizar y tomar decisiones al respecto de lo que necesitas cambiar.

Pero para que puedas hacer un punto de control hay algo que debes conocer, y es la persona en la que deseas convertirte, de esta forma podrás trazar la ruta que te llevará a ser esa persona.
“Aquel que no sabe a dónde va no tiene un viento favorable” - Seneca
Pero, ¿Qué es lo que necesito controlar? Existen muchos que opinan que no hay nada que pueda estar bajo tu control, yo opino lo contrario; tú tienes el control de: tus actitudes, tus talentos, de tu condición física y por sobre todo de tus decisiones, las decisiones que tomas siempre tienen un resultado, ya sea negativo o positivo pero son tus decisiones y están bajo tu control.

Permíteme contarte una anécdota: en una ocasión en una selva alejada existió una comunidad de animales donde habían tres leones; de todos los animales había un mono, quien era el representante de toda la selva y al ver que no había un rey convocó a una reunión. El objetivo de la reunión era deliberar quien de los tres leones era el más apto para convertirse en el soberano rey de la selva, sin embargo los animales preocupados exclamaban “¿Cómo podremos escoger quién de los tres será nuestro nuevo rey?”. Los leones, que eran muy amigos les disgustaba la idea que los pusieran a pelear entre ellos, ya que no deseaban perder su amistad, así se que se encontraban nerviosos por conocer cuál sería la forma de seleccionar a uno de ellos. Luego de discutir arduamente los animales del bosque llegaron a un acuerdo, una prueba que pondría a los leones a mostrar de lo que estaban hechos, así que el mono comunicó el reto a los tres. Deberán subir la montaña difícil, la más alta, la que ningún animal ha podido llegar al día de hoy, el que llegue a la cima será el nuevo rey. Los tres leones aceptaron. Cada uno hizo el intento por subir, pero… ninguno de los tres logró la faena. “que vamos a hacer, ninguno lo logró” exclamaban los animales. Un Aguila que se encontraba en el cielo descendió y les dijo, el tercer león deberá ser el rey, “¿Por qué? Ninguno venció a la montaña.” El Aguila quien ya era anciana y sabia les dijo: “En efecto, ninguno llego a la cima, cada uno dijo montaña me has vencido. Pero el tercer León agregó… por ahora porque tú has llegado a tu crecimiento total y yo sigo creciendo y volveré y te derrotaré”.

¿Sientes lo grandiosa esta anécdota? Imagina lo siguiente: el León iba escalando la montaña, estaba cansado, fatigado, había hecho su mayor esfuerzo, paró un momento e hizo un punto de control en su vida, supo que no era el momento, pero que lo podría hacer si hacía un cambio en él. Y ¿cuál es ese cambio? Crecer en su interior, madurar, hacerse más fuerte, estar en la condición física y mental para vencer la montaña.

¿Notaste algo importante sobre la anécdota del león?, sí, eso es él conoce cuál es su objetivo y tiene la visión de hacia dónde quiere llegar y lo que tiene que hacer.

Visión es la palabra clave que te permitirá a ti y a mí a conocer exactamente lo que necesitamos cambiar. ¿Conoces tu visión de vida? , Cuando cumplí treinta años me di cuenta que cada acción y decisión que estaba tomando carecía de dirección, fue entonces cuando decidí poner una visión de quien quiero ser, y sabes… ahora cuando tomo una decisión para mi vida sé cual debo tomar, sea fácil o difícil, dura o sencilla, porque sé que está encaminada a lo que quiero llegar a ser. En lo personal me gusta tomarme un tiempo por lo menos una vez cada quince días y analizar mi evolución.
Quizá te preguntes ¿Qué necesito para poder realizar puntos de control en mi vida?, para finalizar déjame darte unas sugerencias:

1. Ten intencionalidad: Si realmente deseas cambiar y hacer un punto de control debe ser intencional.

2. Ten convicción: Ten la certeza de que el cambio dará a futuro buenos frutos para tu vida, que el camino no será fácil, pero los resultados serán grandiosos.

3. Ten disciplina: Tendrás que formar una disciplina para seguir la ruta que te estás planteando, y no apartarte aunque otros te digan que no vale la pena.

4. Establece tu visión y misión de vida: Descubre cuál es tu visión y misión, qué quieres llegar a ser, esto te dará las pautas de los pasos que deberás seguir para alcanzar tu objetivo. Escríbelo y ponlo en un lugar donde lo leas todos los días.

5. Establece un Código Personal de Conducta: Parece absurdo ¿no crees? Pero si tú mismo te estableces tu código de conducta enfocado a tu visión, te sentirás más responsable de cumplirlo.

6. Incluye a las personas en tu plan: Recuerda que no hay nada más gratificante que ayudar a los demás, que en tu propósito también este en agregar valor a alguien más.

7. Tomate un tiempo para pensar y hacer puntos de control: Toma una hora a la semana y analiza tu progreso. No será en días que los cambios serán notados pero créeme… los notarás tú y los demás.

8. Por sobre todo dedica tiempo en oración: Cuando tengas tu plan, pide a Dios su apoyo, discute con el tu plan, sí así es discútelo con él quién mejor para que te aconseje y te asesore sobre qué es lo mejor para ti.





















miércoles, 22 de septiembre de 2010

El Sendero



Por Abner Huertas

Caminando vas por un sendero,
con pasos ligeros, otras veces con pasos rápidos;
¿alguna vez te has detenido a pensar si sabes a dónde vas?

Te has detenido a pensar y preguntarte ¿a dónde te llevara ese sendero?

Te has dicho a ti mismo no sé a dónde voy a llegar por este sendero
pero si estoy seguro que no quiero ir por ese otro.

Si continuas caminando sin conocer el final del sendero
de pronto te darás cuenta que has avanzado una gran distancia incalculable y descubres que el lugar al que querías llegar está muy lejos de dónde te encuentras

Te detendrás y verás hacia atrás ese sendero, cansado, fatigado
diciéndote a ti mismo si hubiese conocido a dónde quería llegar no estaría aquí.

Por eso... te has detenido,
te has dado cuenta de lo que podría suceder
así que buscas la sombra de un árbol,
el más grande y robusto;
lo ves y te dices tiene muchos años en los que ha adquirido sabiduría.

Te sientas bajo su sombra,
sientes esa brisa y tus pensamientos se aclaran,
subes a las ramas de ese árbol
y puedes ver lo que hay por delante
y descubres en ese momento el lugar al quieres realmente llegar.

Desciendes del árbol,
te sientes con nuevas energías
y respaldado por lo que ese árbol te ha enseñado.

Ahora conoces cual es tu destino,
conoces el propósito de tu viaje
te alistas para caminar nuevamente por ese sendero
ahora con una visión y un objetivo.

Buen viaje.

- Deseamos dar un agradecimiento especial a Margot Bartolomé por permitirnos usar esta hermosa acuarela.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Buscando Oro



Por Abner Huertas

¿Cuántos de nosotros nos hemos sentido que no tenemos valor en alguna ocasión? Considero que como yo también tú te has sentido en algún momento de esta manera. En cada uno de nosotros existe el deseo de ser apreciados y valorados; inconscientemente andamos buscando la compañía de que alguien nos haga sentir bien.  Te aseguro que cuando te has sentido sin valor siempre hay alguien, que quizá, con tan solo una palabra, una ayuda, o que te explique algo logra crear dentro de ti esa energía que te hace sentir valorado.

Desafortunadamente hemos sido entrenados de forma incorrecta y se nos ha enseñado a ver los puntos débiles  y negativos de los demás. A manera de experiencia personal quiero contarte lo que me sucedió en una ocasión: Soy un asesor de empresas, hace un par de años conocí a una persona, únicamente habíamos conversado por teléfono, en varias ocasiones pensé sobre ella que era una persona para nada inteligente y que no podría confiar en ella para una labor de asesoría.  El tiempo pasó y se llegó una ocasión en la que pude conocer a esta persona.  Para iniciar me dejó maravillado su carácter y profesionalismo, me di cuenta de mi grave error al haber juzgado solo por las apariencias. Posteriormente le ofrecí una disculpa por haberla subestimado y me enfoqué en ver lo mejor de ella.

Esta fue una lección fuerte en mi vida, me había dado cuenta de que en muchos años había conseguido desvalorar a las personas; pero cuando decidí intencionalmente ver el lado positivo, buscar el Oro dentro de ellas me cambió la vida, he encontrado gran riqueza en muchas y al mismo tiempo me he dado cuenta de lo que puedes aprender y crecer al buscar el Oro en ellas.

¿Cómo buscar el Oro den las personas?

Henry Kissinger un famoso político Alemán: “La tarea del líder es llevar a las personas de donde están hacia donde no han estado”, Buscar el Oro en las personas requiere un esfuerzo intencional de nuestra parte, requiere que tú y yo nos entrenemos cada día en hallar dentro de cada persona sus fortalezas, dones, eso que la hace única e invaluable y proponernos hacer que explote el potencial que tiene almacenado dentro. 

En esta época de tecnología el Facebook se ha vuelto un medio el cual puedes utilizar para buscar el Oro en tus amigos, me ha sucedido que veo un amigo que tiene un mensaje en su muro donde se hace evidente que está pasando por un mal momento; Tú y yo como personas que buscamos el Oro, podemos darles una llamada y escucharlos, ponerle un mensaje de aliento o simplemente un mensaje de texto, esto marca una diferencia en la vida de esa persona.

Déjame compartirte unas sugerencias que empleo para buscar el Oro en las personas:

1.      Conoce a las personas: Aprende de las personas, sus sueños, anhelos, quienes los influencian y en que esperan convertirse.
2.      Escucha a las personas: Sin lugar a duda es una de las cualidades más importantes que debemos adquirir. Hay un dicho que gusta mucho que dice: “Dios nos ha dado dos oídos para escuchar y tan solo una boca para hablar porque sabía que es más importante escuchar que hablar.”. Cuando aprendes a escuchar las personas te buscan porque saben que realmente las ayudarás.
3.      Enséñales lo que realmente son: Ayúdales a ver y apreciar su verdadero valor, a veces necesitamos que nos digan nuestras cualidades porque no podemos verlas por nosotros mismos.
4.      Ten fe en las personas: No puedes decirle a alguien que es grandioso si dentro de ti piensas que es inferior a ti. Debes creer en las personas, debes creer que tienen el potencial de ser mejores.
5.      Da palabras de aliento: Las palabras de afirmación, positivas siempre son de ayuda para los demás. Las palabras de aliento tienen el poder de hacerte subir o hacerte bajar, por ello ten cuidado con lo que les dices. Pero siempre recuerda que la persona a la que más influyes es a ti mismo, por eso tienes que decirte palabras de afirmación positivas primero a ti antes que a los demás.
6.      Se generoso con tu tiempo: Invierte tu tiempo en los demás ellos lo agradecerán.
7.      Empodera a las personas: Cuando las personas alcanzan su potencial, dales el poder a para que puedan continuar solos.  Imagina lo feliz que es un niño cuando su padre le quita las ruedas de entrenamiento a su bicicleta.

Para finalizar te quiero compartir una anécdota que leí en el libro “La culpa es de la vaca” la cual muestra la necesidad que hayamos especialistas entrenados en buscar el Oro en las personas, la cual resumo: “En una ocasión un alumno conversaba con su maestro, él le dijo que necesitaba ayuda con un problema. “Dicen que no soy nada, que soy poca cosa que no valgo nada” le comentó aquel joven al maestro,    el maestro se quitó un anillo del dedo y se lo dio al alumno. “Ve al mercado del pueblo y pide que te den una moneda de Oro por el anillo”. Aquel joven se fue con la moneda al pueblo, pero nadie le ofrecía más que dos o tres monedas de plata.  El joven regresó con su maestro triste, “No pude conseguir la moneda de Oro, solo me ofrecían tres monedas de plata”,  el maestro al escuchar al alumno le dijo “Ahora ve con el joyero y pregúntale cuánto te daría por el anillo”,  El alumno fue con el joyero,  el joyero al ver el anillo exclamó: “Si me lo das ahora mismo te doy 10 monedas de Oro.” Aquel alumno fue corriendo con su maestro a contarle.  El maestro escucho al alumno y al finalizar le dijo: “Tú eres una joya valiosa y única que solo puede ser valorada por un especialista.  ¿Pensabas que el mercado puede descubrir tu verdadero valor sin conocerte?”