Por Abner Huertas
A mi casa pasa cada semana el camión de la basura. Nuestro trabajo es recaudarla en bolsas cerradas. Hay ocasiones en las que el camión se retrasa un par de días, cuando eso sucede la basura que tenemos acumulada comienza a tener un mal olor; para que esto no ocurra esperamos siempre que pase el camión de la basura o vamos al vertedero de basura a dejarla.
También existen casos en los cuales hay personas que les gusta vivir en medio de la basura. Observaba un programa de televisión en donde una familia vivía literalmente en medio de un basurero, toda su casa estaba llena de basura; aunque sus dueños le llamaban “recuerdos”, estos no eran más que basura acumulada por toda la casa, apenas y se podía caminar, cada paso que daban había un objeto que les impedía el paso.
Esta familia acumuló toda esa basura, pero no fue de la noche para la mañana. El proceso de acumulación de basura fue lento, empezó con una basura por aquí otra basura por allá. Al inicio no le prestaban importancia, ¿le prestas tú importancia a una hoja de papel en un mal lugar?, pero con el tiempo se fue acumulando hasta que llenó toda la casa.
Nuestro corazón es como esta casa, la diferencia es que la basura que podemos llegar a acumular dentro de él es emocional.
La basura emocional son todos aquellos recuerdos, heridas, culpas, enojos o frustraciones que nos llevaron a momentos negativos en nuestras vidas. Toda esta basura se va acumulando poco a poco en nuestro corazón. Cuando llega el momento en que la basura emocional llega a topar nuestro corazón es cuando se pueden producir: enfermedades, estrés, depresiones, frustraciones y amarguras.
Todos los días de nuestra vida vivimos algún momento negativo. Esos momentos son como bolsitas de papel, otros llegan a un estado de putrefacción y al dejarlos dentro de nuestro corazón hace que éste comience a tener mal olor; este olor se refleja en nuestro mundo exterior en nuestro comportamiento, nuestro humor y en nuestra alegría.
Acumulamos esta basura emocional cuando nos guardamos lo que sentimos y no lo liberamos de una forma saludable. Acumulamos esta basura emocional cuando permitimos que los demás nos usen como su basurero. Acumulamos esta basura emocional cuando creemos que no estamos guardando basura emocional.
Yo siempre me he caracterizado por ser una persona reservada, pero hubo un tiempo en el cual esta misma reserva la expresaba de una forma muy tajante. Conforme el tiempo avanzaba me iba dando cuenta de las oportunidades que estaba perdiendo por esta forma de ser. No significa que esté mal ser reservado, es bueno cuando es de una forma saludable, pero en mi caso era más enfermizo.
Llegó un momento cuando comencé a recapacitar por qué era así. Y cada vez que pensaba en socializar, a mi mente venían recuerdos de mi niñez, en ese momento supe que tenía algo dentro de mi que estaba acumulado. Ahora comprendo mucho mejor que lo que había permitido era acumular basura emocional dentro de mi corazón.
El olor de la basura acumulada se siente
Si has viajado a un basurero te habrás podido percatar del fuerte olor que hay en el lugar. Sin embargo, las personas que viven dentro del basurero, o a sus alrededores, parecen que no sentirlo. Y esto es porque están acostumbrados al olor que tiene la basura.
¿Cuánta basura emocional podemos tener sin darnos cuenta por el simple hecho que nos hemos acostumbrado al olor?. Yo acumulé basura emocional por mucho tiempo, su olor se había hecho tan habitual que lo sentía como algo normal.
Pero cuando alguien llega a tu vida lo primero que hará es sentir el olor a la basura que hay en tu corazón. Cuando algunas personas querían acercarse a mi, el olor era tan fuerte que se alejaban; este olor se reflejaba en mi carácter. Parecía policía, poniendo un símbolo de alto para que nadie pudiera pasar.
El olor de nuestra basura emocional nunca será igual que el olor de la basura real, pero sus efectos en tu persona serán iguales . ¿Qué te pasaría si te llevo al basurero y te hago vivir ahí? Al poco tiempo te enfermarías. Lo mismo pasa con nuestra basura emocional nos enferma y nos ata a un basurero donde nos acostumbramos al ambiente.
He platicado con algunas personas que me han dicho que no entienden porque se les dificulta empezar una nueva relación. Cuando conocen a alguien algo sucede que la relación no puede avanzar. ¿Será que el olor de basura emocional aleja a la otra persona? O ¿El olor de la basura emocional de la otra persona te alejó? Muchas veces cuando comprenden que es por la basura emocional que han acumulado se proponen limpiar su corazón; y al estar limpio se dan cuenta que pueden volver a aceptar a alguien más sin alejarla.
Todos tenemos la tendencia de guardar cosas. Recuerdo muy bien que mi abuelita siempre guardaba todo. En su casa cada vez que recibía algo lo guardaba. El tiempo comenzó a pasar hasta que llenó un cuarto, luego llenó otro hasta que no había más cuartos para guardar cosas.
Cuando llenamos nuestro corazón de basura emocional no estamos dejando espacio para emociones saludables, no le dejamos espacio para que nuevas experiencias saludables entren y tampoco le dejamos espacio para que estén los seres que más amamos.
¿Estás dispuesto a vivir toda tu vida con tu basura emocional? ¿Estás dispuesto a que se alejen porque el olor es insoportable?. Limpiar el corazón de esta basura emocional es un proceso que tomará tiempo, pero es algo que debemos hacer.
No seas un basurero para los demás
Todos tendemos a ser acumuladores. Pero también a veces servimos de basurero. ¿Cuántas veces no han venido personas a depositar su basura emocional sobre ti? Alguien viene enojado y te cuenta un chisme de alguien más; esto produce en ti una emoción negativa que se queda guardada en tu corazón.
Hay ocasiones en las que voy en el tráfico, un día en el cual me siento bien y voy contento, pero de pronto otro conductor va apresurado y te maltrata por mi forma de manejar tranquila, su enojo se convierte en basura emocional que se deposita en mi corazón y mi felicidad se convierte en enojo.
Cuando alguien nos cuenta algo que es indebido, lo que la otra persona está haciendo es “liberarse” pero haciendo un daño al darnos su basura.
También servimos de basurero para otras personas cuando tomamos como algo personal los problemas de otros. Quiero aclarar algo, es bueno preocuparnos por los demás y ayudarles, pero cuando permitimos que sus problemas se vuelvan nuestros problemas estamos adoptando basura que no nos corresponde tratar.
Los sicólogos y consejeros lo saben muy bien, no deben permitir que los problemas de las personas que ayudan se vuelvan algo personal, esto sólo les traerá como resultado una acumulación de basura que con el tiempo sucederá lo que discurríamos anteriormente; comenzará a heder y no podrán ayudar a más personas hasta que limpien su corazón.
Cada persona es responsable de su propia basura emocional. Cuando alguien trate de depositar basura emocional en tu corazón cierra las puertas del mismo, aleja la basura, no es tuya es de la otra persona.
Cuenta una anécdota que un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
-Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia.-.
Sócrates lo interrumpió diciendo: -Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los tres filtros lo que me vas a decir?- El discípulo le contestó: -¿Los tres filtros?- “-Sí, dijo Sócrates, el primero la verdad, ¿ya pensaste si lo que me vas a decir es verdadero en todos los puntos?-“-No; lo oí decir a unos vecinos…..--Pero lo habrás pasado por el filtro de la bondad. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno??--No, en realidad no; al contrario……--Entonces vamos al último filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?--“Para ser sincero, no; necesario no es.”--“Entonces” -sonrió el sabio- “si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... sepultémoslo en el olvido”
En esta anécdota Sócrates utiliza los tres filtros de la verdad para evitar que alguien más venga a depositar basura emocional en su corazón. Cuidemos nuestro corazón de los que sólo vienen a querer llenarlo de basura. Tu corazón merece estar limpio.
Limpia tu corazón de basura acumulada
Si ya tenemos basura emocional acumulada ¿Cómo podemos limpiar nuestro corazón?.
Al inicio te comentaba sobre mi experiencia al momento de querer ser social, mi basura emocional había causado que me volviera extremadamente reservado y no permitía la entrada de nadie más a mi vida. Al darme cuenta de eso descubrí que necesitaba perdonar a mi papá.
El proceso de perdón fue lento, lo primero fue admitir que necesitaba perdonar, a mi mente venía la idea que él debía pedirme perdón. Pero lo primero que me interesó fue liberar mi corazón de todo eso que tenía acumulado, así que tomé aire y fuerzas para hablar con él para decirle que lo perdonaba; ahora comprendo también que ayudé a liberarlo a él de una carga que llevaba.
¿Tienes a alguien a quien perdonar? ¿Tienes a alguien a quien pedir perdón?. El día de hoy platicábamos con un grupo de amigos sobre la culpa y esto es algo que puede vivir con nosotros por mucho tiempo, a menos que hagamos algo, y como el caso de la basura emocional una de las formas de limpiarla es pidiendo perdón y perdonando a quienes nos ofenden.
Cuando somos nosotros los ofendidos podemos pasar mucho tiempo esperando que la otra persona se acerque a pedirnos perdón. Y ese día puede que nunca llegue, y mientras el tiempo pasa nuestro corazón va acumulando más y más basura. Por eso sácalo de ti. Es mejor ir y decirle te perdono que esperar a que se acerque a ti.
Pedir perdón no es cosa fácil. Es de valientes y requiere coraje. Pero la liberación que da el perdón hace que nuestro corazón se limpie, al menos de un área.
Existen muchas formas en las cuales podemos limpiar nuestros corazones de toda esa basura emocional. Lo primero es tu fe. Si eres una persona de fe sabrás la importancia que tiene el exponer tu corazón a Dios para que inicie un proceso de limpieza. Pero tú también tienes que poner mucho de tu parte para que este proceso pueda completarse.
El proceso de limpieza de nuestro corazón requiere que reconozcamos que tenemos basura acumulada. Luego es necesario identificar cuál área de nuestro corazón está más contaminada para trabajar en ella. Dependiendo de tu tipo de temperamento tendrás que exteriorizar de alguna forma lo que está en tu corazón, puede ser hablando con un consejero o escribiendo y mostrándoselo a un consejero.
Ya teniendo identificada el área hay que poner un plan de acción de saneamiento. ¿Es necesario perdonar? Si eres de los que prefieren escribir redacta una carta de perdón y entrégala a la persona a quien debes perdonar si prefieres hablar, busca a la persona y dile que la perdonas. ¿Es necesario que pidas perdón? Ya sea escribiendo o hablando, lo importante será pedir perdón.
Algo importante que debemos tener en cuenta al momento de pedir o dar perdón es evitar la autojustificación. Evita el justificar el porqué actuaste en su momento como lo hiciste, eso ya es pasado, importa el hoy para adelante.
El proceso de limpieza no estará finalizado con el perdón, tan sólo es un paso. Deberás continuar manteniendo tu fe y dejar que el amor de Dios vaya limpiando todos los días tu corazón.
Deposita la basura en el lugar indicado
Como discurríamos al inicio, todos los días tenemos la tendencia de acumular basura. Lo que podemos hacer para evitar esta acumulación es botar la basura en el bote de basura.
En mi caso particular soy introvertido. En su libro “Callado. El poder de los introvertidos”, Susan Cain habla sobre las diferencias entre los introvertidos y los extrovertidos. Al leer este libro comprendí una clave que en mi caso particular, como introvertido, me ayuda: escribir.
Tengo en mi computadora un diario con clave al cual estos últimos días le he llamado mi bote de basura emocional, porque el principal objetivo es dejar ahí, por escrito todo lo que me molesta y evitar que germine en mi corazón.
Escribir funciona para mi, pero en tu caso quizá no te guste escribirlo, quizá prefieras conversarlo, busca una persona a quien conoces para conversar (no para depositarle tu basura si no para que te ayude a sacarla); o toma una grabadora y graba todo lo que tienes en tu corazón. Te sentirás aliviado.
Ora cada día. Exterioriza tus sentimientos cuando estés en privado. Sentirás paz después de orar.
Así como limpias todos los días tu casa, tu corazón necesita que lo limpies. Recuerda que todo puede comenzar con un poco de basura que después se va acumulando hasta no permitir que nadie entre en tu casa por el cúmulo de basura que hay.
Mantén tu corazón limpio. Deja la basura emocional en el lugar al que pertenece… el basurero.