lunes, 30 de diciembre de 2013

Metas cumplidas 2013





Ha finalizado el año 2013, regularmente en estas fechas siempre suelo analizar cuáles de mis metas propuestas cumplí para este año, y puedo decir que de un 100% habré conseguido un 60%, nada mal, pero significa que para el próximo año debo mejorar, pero ¿Por qué muchas veces analizamos nuestras metas hasta el fin de año? Y también ¿Por qué sólo en esta temporada es cuando le prestamos atención a nuestras metas?

Bueno, considero que todos siempre tenemos presente nuestros más profundos anhelos y sueños, pero muchas veces tendemos a ser negligentes con nosotros mismos y esperamos hasta finalizar o iniciar un año para realmente preocuparnos por nuestro futuro. El inconveniente que muchas veces no consideramos es que el tiempo siempre sigue su marcha y entre más tarde comenzamos a trabajar en nuestros sueños, menos tiempo tendremos para disfrutar.

En este año que finaliza sería interesante que analices cuáles de tus sueños cumpliste y también en lo que se refiere a tu propósito ¿qué avances significativos hubo?  Si no puedes tener una respuesta rápida es probable que sólo haya sido un capricho del momento, no lo anotaste y por lo tanto lo olvidaste o sencillamente no quisimos hacerlo.

Pero la buena noticia es que no se necesita un nuevo año para empezar, sino que el momento es siempre y hoy. Sin embargo, creo que nos podemos aprovechar de los sentimientos que emanan de estas fechas para que podamos trabajar.

¿Qué tal si empiezas a escribir tus metas, sueños, anhelos para el próximo año? Sí, tan solo inicia creando un listado de todas aquellas cosas que quieras lograr, cuando finalices la lista a la par de cada meta escribe si esta meta o sueño es: una necesidad, es parte de tu propósito de vida, un sueño, un capricho o un deseo.

Estas categorías te ayudarán a encontrar las prioridades en tu vida, todas aquellas metas que estén en necesidades y propósito son a las que hay que prestarles mayor atención, lógicamente al momento de aplicar la categoría debemos ser muy honestos, y para aquellas categorías que son un capricho o un deseo sencillamente déjalas a un lado, ésas no agregarán valor a tu vida, pero aquellas que son un sueño será bueno dejarlas anotadas y al pasar algunos meses analizar si ese sueño se convierte en una necesidad o en un capricho.

Muchas de nuestras metas propuestas son sólo caprichos y enfocamos nuestras energías en ellas, cuando la mayor parte de nuestra energía debe centrarse en aquellas metas que son una necesidad y que forman parte de nuestro propósito de vida.

¿Quieres ser la persona que debes ser? Enfoca tus energías en las metas de propósito. Recuerda siempre que para llegar a convertirnos en las personas que realmente debemos ser se requiere de mucha intencionalidad y disciplina, la intencionalidad te pone en movimiento pero la disciplina te mantiene en movimiento.

¿Quieres llegar a poseer ese artículo que siempre has necesitado? Entonces arma un plan, divide la meta en pequeños trozos alcanzables y mantén el enfoque en la meta.

¿Quieres cumplir tus metas? Entonces sigue la definición de lo que es una meta. Una meta es:
  • Medible: Tiene que existir alguna forma de medir tu avance. Por ejemplo, si tu meta es “Quiero leer más” en lugar de expresarla así la expresarás: “Voy a leer un mínimo de treinta minutos del libro “El Crecimiento de un Líder”. De esta forma te estás dando el factor de medida.
  • Específica: En el ejemplo anterior de algo muy general lo hicimos más especifico. Entre más específica sea tu meta, tu mente la interpretará mejor.
  • Temporal: Toda meta tiene un período de tiempo limitado. En otras palabras debes ponerle una fecha límite para alcanzarla.
  • Alcanzable: Tus metas deben ser realistas, es decir, no ponernos una meta que de antemano jamás lograremos, debe ser algo alcanzable, imagina si yo te dijera: “En una hora voy a hacer un negocio que me dé 5 millones de dólares en utilidades”, quizá haya personas que lo puedan hacer pero en mi caso sé que no podría hacerlo. Pero supongamos que estoy acostumbrado a lograr mil dólares en una hora, mi meta podría ser duplicar esa cantidad, sigue siendo alcanzable sólo la estoy volviendo retadora.


En fin, un año más ha terminado. ¿Lo terminaste bien? ¿Sí? ¡Felicitaciones!, ¿No?… ¿Qué estás esperando?

lunes, 23 de diciembre de 2013

El lado positivo de la procrastinación



Por Abner Huertas



Procrastinación. ¿Has escuchado hablar sobre ella? En el boletín “El talento y la procrastinación” de marzo del año 2012 conversamos sobre este arte, que sin lugar a duda, hacemos de él una obra maestra por el tipo de excusas que realizamos. La procrastinación es postergar una actividad por el simple hecho de no querer hacerla o como diría Timothy Pychyl no la realizamos por querer sentir una sensación de comodidad en este momento sin ver algo mejor a futuro.

En aquella ocasión nos enfocamos en cómo puede la procrastinación afectar el que nosotros podamos  alcanzar nuestros sueños, resumiendo lo que discurríamos en aquella ocasión en tres puntos es:

  1. La procrastinación para muchas personas es un hábito, es decir, llegamos a ser unos expertos en postergar lo que sabemos tenemos que hacer.
  2. La procrastinación se llega a convertir en nuestra peor enemiga al momento de querer cumplir nuestras metas, ya que nos fuerza a dejar de hacer lo que tenemos que hacer.
  3. No todo es procrastinación, pero es de sabios saber qué postergar en lugar de actuar impulsivamente.

Y es precisamente en el punto número tres donde nos centraremos. Ya que ahora veremos cuál es el lado positivo de la procrastinación. 

En el año de 1970 Walter Mischel y Ebbe B. Ebbese, ambos profesores de Standfor, realizaron un experimento sobre lo que se llamó en aquella ocasión “gratificación diferida” o el “experimento del malvavisco”.  En este experimento se consideró a un grupo de de aproximadamente 600 niños entre cuatro a seis años de edad.

El experimento consistió en darles a cada niño un malvavisco, pero a cada uno se le decía que si esperaba 20 minutos, sin comerse el malvavisco, le darían otro en recompensa. El estudio demostró que aproximadamente sólo un tercio de los niños esperaban los veinte minutos para recibir otro, en cambio, las dos terceras partes de ellos sencillamente no podían demorar en degustar el dulce.

Años después se descubrió que los niños que habían sido capaces de retrasar una gratificación actual por una mejor posterior eran más exitosos que aquellos niños que no fueron capaces de retrasar la gratificación.

En otras palabras, la capacidad de poder retrasar una gratificación actual sabiendo que podemos esperar una mejor en un periodo determinado de tiempo puede llevarnos a obtener mejores resultados.

En nuestro caso podría verse en el siguiente ejemplo: imaginemos que  alguien te dice te doy $. 1,000.00 ahora, pero si te esperas dos meses te doy el doble. ¿Serías capaz de esperar otros dos meses para obtener el doble? O ¿Preferirías tomar lo que te están dando en este momento?

Es acá donde el lado positivo de la procrastinación hace su aparición. La gratificación diferida es una habilidad que podemos adquirir cuando sabemos de antemano que la espera nos puede dar mejores resultados que una actitud precipitada.

¿Cuántas veces no hemos dejado pasar mejores oportunidades por el simple hecho de querer algo ahora?, no me mal interpretes, no digo que todo se tenga que retrasar, cuando retrasamos aquellas actividades por la gratificación de nuestra comodidad en lugar de luchar por alcanzar nuestros sueños entonces la procrastinación es tu peor enemiga, pero aunque suene paradójico, la procrastinación también puede ser nuestra mejor amiga cuando la usamos sabiamente.

El problema radica en nuestra necesidad de querer las recompensas lo antes posible. En mi libro “El crecimiento de un líder” escribí  un tema donde se habla sobre que vivimos en la generación microondas, todo lo queremos rápido y es más, es cómo cuando calientas algo en el microondas, le pones cinco minutos y todavía te preguntas ¿por qué se tarda tanto?, es cómo si estuviera grabado el deseo de querer todo inmediatamente, a pesar de que sabemos de antemano el esfuerzo en tiempo que se requiere para obtenerlo.

Muchos sueños de nuestra vida se lograran alcanzar cuando vayamos  hacia el lado positivo de la procrastinación. Cada vez que te encuentres ante una encrucijada de tomar una decisión, trata de ver más adelante, quizá si dejas pasar esta decisión la que viene tendrá mejores recompensas.

En muchas áreas de nuestra vida se puede aplicar este principio. En nuestras profesiones veremos ofertas tentadoras que nos pondrán a prueba, especialmente cuando nos hablan de dinero, pero muchas veces al pasar el tiempo la recompensa no es la que quisiéramos. Cuando lleguemos a ser capaces de evitar estas sensaciones de querer algo ahora, que son temporales, descubriremos que existe mucho mayor valor cuando decidimos diferir nuestra gratificación, en otras palabras cuando la procrastinación es positiva.

Recuerda siempre  el caso de los niños del malvavisco, muchas oportunidades se ven bien a primera vista, pero si somos capaces de diferir la gratificación de un momento podremos tener una gratificación mayor posteriormente. Haz del lado positivo de la procrastinación tu amiga.


Pychyl, T. A. (2010). The Procrastinator’s Digest: A Concise Guide to Solving the Procrastination Puzzle. Xlibris, Corp.


Posada, J. d., & Singer, E. (2005). No te comas el marshmallow todavía: El secreto para conquistar las recompensas mas dulces de lavida (Spanish Edition). Berkley Hardcover.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Milagro en el Río Hudson






El 15 de junio del año 2009, el piloto de avión Chesley Sullenberger también llamado Sully, llegó a trabajar como de costumbre. Ese día le tocaba pilotear el vuelo número 1549 con 150 pasajeros y 5 miembros de tripulación el cual despegaría del aeropuerto La Guardia en Nueva York para dirigirse a la ciudad de Charlotte, lo que Sully no sabía es que su vuelo nunca llegaría a su destino.

Durante el ascenso del vuelo 1549, algo nada complicado para un hombre con más de 42 años y 20,000 horas de experiencia, una bandada de gansos canadienses que pesaban unas 10 ó 12 libras cada uno, se dirigió hacia el avión estrellándose en las turbinas de la aeronave.

Al momento del impacto Sully sintió como la aeronave comenzó a perder fuerza en el ascenso, entonces avisó a la torre de control, ya que desde el inicio Sully estuvo en contacto con ellos, así que en ese momento les comunicó que tenían un problema.

La nave comenzaba a perder altitud y sin contar con ningún aeropuerto disponible para aterrizar, Sully comunicó al controlador que necesitaría realizar una maniobra con la cual intentaría poder salvar la vida de los 150 pasajeros y 5 tripulantes de aquella aeronave.

La torre de control dio la autorización para que Sully pudiera realizar aquella maniobra, asimismo comunicó a los pasajeros lo que ocurría y se dirigió hacia el Río Hudson esquivando los rascacielos y los barcos que navegaban por el río hasta que la aeronave amaró en el río.

Al momento de amarar Sully salió inmediatamente de la cabina e hizo el llamado de evacuar la aeronave. Al realizar el conteo de las personas todas se habían salvado, tan solo hubo pocas personas con heridas leves. Los cuerpos de socorro llegaron y Sully esperó hasta que todos los pasajeros fueran rescatados para salir de la aeronave.

Muchos llamaron a Sully “Héroe Nacional”, hasta el presidente lo llamó para felicitarlo, sin embargo, él asegura que ese título que comienza con “H”  es algo que  no merece.

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Tres claves que podemos aprender de la historia de Sully:


  1. Tú puedes ser alguien que salve la situación de alguien más cuando estás preparado y estás enfocado en lo que tienes que hacer.
  2. Así como Sully siempre estuvo en contacto con la torre de control, nosotros debemos estar en contacto directo con personas que nos puedan guiar y ayudarnos a enfocar en lo que debemos hacer.
  3. Hay que mantener la humildad por más “heroicos” que parezcan los resultados; debemos recordar que siempre hay más personas que van con nosotros y que nos ayudan a realizar estos actos.


domingo, 8 de diciembre de 2013

Ser una persona



Por Abner Huertas




Cada uno de nosotros tiene un ideal de cómo le gustaría ser; y muchas veces vamos en búsqueda de ese ideal para convertirnos en la persona que debemos ser; ser una persona que sea diferente;  ser una persona que sea capaz de moldearse ante las adversidades; ser una persona que siempre vaya con la mirada al frente; en otras palabras tan solo deseamos ser una persona.

Cuando hablo de que seamos personas me refiero exactamente a convertirnos en una persona equilibrada. Todos anhelamos tener equilibrio interno ya que las condiciones externas podrían estar en un desequilibrio total, pero si nuestra condición interna está en total equilibrio entonces nos habremos convertido en una persona libre, en una persona que está en paz.

¿Podrías decir que tu vida está equilibrada emocionalmente?, ¿Te sientes a gusto contigo mismo? ¿Qué tanta importancia le das a las opiniones de los demás? ¿Cuál es la opinión que tú tienes sobre ti?, estas preguntas son muy reveladoras, porque cuando no existe coherencia entre cada una de ellas es cuando se desata un desequilibrio dentro de nosotros y nos convierte en algo diferente.

Las condiciones externas de nuestra vida siempre estarán fuera de nuestro control, pero lo importante es considerar aquellas condiciones que sí están bajo nuestro control; y éstas son todas aquellas que habitan en lo profundo de nuestra mente y de nuestro corazón. 

Ser una persona es tener la capacidad de ser feliz autónomamente, es decir, no necesitar solamente de estímulos exteriores para sentirse feliz, aunque éstos puedan agregar un poco más a nuestra felicidad no tienen la responsabilidad de hacernos felices.

Ser una persona es saber lo que se espera de uno en la vida. Como discurríamos en el tema del mes pasado “Una vida con sentido”, convertirnos en personas es tener el conocimiento de nuestra razón de ser, del porqué estamos vivos, de saber que podemos dar algo a la sociedad.

Pero dejamos de ser personas cuando permitimos que nuestros caprichos desvíen nuestra mirada del objetivo de la vida. Dejamos de ser personas cuando nos apegamos a las cosas materiales y dejamos que sean parte inherente de nuestras vidas. Dejamos de ser personas cuando cedemos el control de nuestra vida a alguien más.

Pero lo hermoso de la vida es que siempre podemos retomar el control de ella para que se forje y se convierta realmente en una persona integra y equilibrada en cada aspecto de su vida.

Como veremos más adelante, ser persona requiere esfuerzo de nuestra parte, requiere un fuerte autoconocimiento, requiere que dejemos el enfoque hacia afuera y comencemos a ver más hacia adentro, requiere que tengamos una visión realista de nuestro ser ideal.

Ser persona es aprender a disfrutar del regalo maravilloso de la vida; ser persona es estar agradecido por tener la oportunidad de experimentar la vida. 

Acompáñame en los siguientes puntos donde aprenderemos cuatro pasos que nos ayudarán a convertirnos en personas.

Para ser persona debes conocerte a ti mismo

Es curioso que muchas veces decimos conocer a las demás personas, pero pocas veces decimos que nos conocemos a nosotros mismos.

¿Te gusta pasar tiempo contigo? ¿Te agradas tal como eres? Sabes, una de las primeras características de ser una persona es conocerse a sí misma. Tú pasas el 100% del tiempo contigo mismo, tú sabes lo que piensas, tú sabes lo que te agrada y lo que no te agrada, pero muchas veces caemos en el juego de la sombra donde aparece nuestro lado oscuro, al que decimos no conocer.

Es cierto que todos tenemos un lado oscuro, pero cuando tú te llegas a conocer a ti mismo puedes incluso llegar a negociar con tu lado oscuro, puedes llegar a conocer esa parte de ti que no te agrada; y al hacer eso habrás dado el primer paso para realmente poder crecer.

Una persona está siempre en total crecimiento y éste puede dar un salto exponencial cuando uno logra conciliarse consigo mismo. Nadie más que tú puede llegar a conocerse. Por ello toma tiempo para que converses contigo mismo. 

Hay muchas formas en las cuales puedes llegar a conocerte más,  una de las clave es comenzar a hablar contigo mismo, hazte preguntas atrevidas, realiza preguntas que siempre has querido saber sobre ti y que éstas fluyan naturalmente.

Aprender a conocerse es el paso más difícil que podamos experimentar, y por eso mismo es el más importante. Nuestro lado oscuro siempre nos acompañará, y es mejor conocerlo en lugar de tratar siempre de ocultarlo.

Si no gustas de tu propia persona es momento de que comiences a gustar de tu propia compañía. Tú eres la persona más importante para ti, y esto no es egocentrismo, es tenernos amor propio. Aprende todo lo que puedas sobre ti y te darás cuenta que con ese conocimiento tendrás la habilidad de poder encontrar tus objetivos de una manera mucho más rápida y te sentirás más seguro de la vida.

Ser una persona requiere que te conozcas a ti mismo. Atrévete a conocerte, atrévete a conocer tu lado oscuro, atrévete a verte tal como eres y como puedes llegar a ser.

Para ser una persona debes ser coherente

¿Has sufrido de mucho estrés? Antonovski (1988) menciona que las personas que tienen altos grados de coherencia en su vida tienden a padecer de menos estrés, tienen pocas conductas que dañan su salud, tanto física como mental. En otras palabras el ser una persona coherente tiene efectos beneficiosos para nuestra vida.

Ser una persona significa ser coherente. La coherencia es estar en total concordancia entre: mis pensamientos, mis acciones, mis dichos y mis expresiones. Imagina por un momento una persona que dice estar feliz pero su rostro refleja enojo, ahí no hay coherencia con lo que dice y está expresando.

La coherencia es uno de los retos al que nos enfrentaremos si queremos ser una persona equilibrada en nuestra vida. No hay razón que nos dé la mayor paz mental en nuestra vida cuando nuestros pensamientos, acciones, dichos y expresiones se corresponden uno a uno.

La falta de coherencia no siempre será fácil de detectar, muchas veces sólo tú lo sabrás y nadie más que tú sabrá lo que estás pensando, pero habrá oportunidades en las que esa falta de coherencia sí será notable.

Se dice que existen tres perspectivas diferentes con las cuales podemos determinar qué tan coherentes somos, éstas son:

  • Quién soy realmente: En otras palabras el concepto que yo tengo de mí mismo o lo que yo creo que soy en la realidad.
  • Quién es mi ideal: Es parte del concepto en quien me quiero llegar a convertir.
  • Quién dicen que soy: Es parte de lo que los demás dicen que soy.

Si dijéramos “¿Es Juan puntual?”, Juan podría decir: Yo realmente soy puntual y ser puntual es mi ideal, y al preguntarle a otra persona si Juan es puntual, entonces podemos decir que hay coherencia. Pero si alguien dice “no, Juan nunca es puntual” entonces existe incoherencia; y así podríamos hacer con diversos adjetivos calificativos.

Pero quizá lo que más nos debe interesar es construir una coherencia entre nuestros pensamientos y lo que decimos y lo que  hacemos. Cuando tú le dices a una persona que la quieres pero dentro de ti dices que la odias, estás siendo incoherente, y eso en cualquier momento de tu vida puede ser causal de enfermedades.

Cuando tú dices “sí me gustará mucho ir” pero por dentro no quieres ir, estás siendo incoherente.

¿Quiere decir que debo decir todo lo que pienso?, bueno, hay formas de expresar lo que sentimos y hacerlo con amor y respeto, pero en este aspecto lo más importante es qué tan coherente estás siendo porque de eso dependerá mucho tu paz interior.


Para ser una persona debes tener expectativa realista de ti

A algunas personas siempre les han dicho: “Tú puedes ser cualquier cosa que quieras en la vida”, creo firmemente que esto no es cierto, ni tú ni yo podemos ser cualquier cosa en la vida, si estamos en algo equivocado por más duro que trabajemos jamás lo alcanzaremos.

Quizá te estés preguntando: “Abner, ¿Me estás diciendo que no puedo alcanzar lo que quiero”, y mi respuesta es, por supuesto, que puedes alcanzar lo que anhelas, pero debe de ser una expectativa realista.

Muchas veces tendemos a creer que sólo con tener buena actitud y trabajo duro podemos ser lo que anhelamos ser, pero esto realmente lo único que hace es agregar una carga adicional a nuestra vida, cuando lo que tenemos que ver es lo que realmente podemos alcanzar. No me mal interpretes, la persona que debes ser requiere trabajo duro y retador, pero debe ser realista.

Permíteme ilustrarlo con un ejemplo. No suelo ver mucha televisión, pero en una ocasión veía un programa de cazatalentos. Como sabrás muchas personas talentosas llegan ahí buscando ser descubiertas por una empresa que los ayude a catapultarse, pero también llegan muchos que creen que tienen el talento pero cuando ves su actuación te das cuenta que no lo tienen.

Muchas de estas personas tienen la mejor de las actitudes, se han esforzado duro por entrar en esas competencias, pero desafortunadamente ni la mejor de las actitudes ni el trabajo duro les será de ayuda porque hace falta un componente principal, una meta alcanzable, es decir una meta realista.

Nuestras metas deben ser alcanzables y retadoras, pero teniendo siempre en mente que debemos poder conquistarlas. Habrá algunas que parecerán que no las podremos alcanzar pero muy dentro de nosotros sabemos que son realistas. Pero un ideal demasiado alto puede ser contraproducente, puede provocarte ansiedad e inclusive el deseo de desistir y volver a lo que anteriormente eras.

Una meta realista involucra: tu actitud, el trabajo duro que le pongas, la perseverancia con la que trabajas, la pasión que pones y el talento o la habilidad para hacerlo. Cuando estas piezas se combinan entonces sabes que tienes un sueño realista, que puedes alcanzarlo y esforzarte en ello.

Una persona también sabe que un sueño puede o no ser alcanzado, muchas veces no lo alcanzaremos pero aún así le llevaremos más ventaja a quienes no lo intentaron, y a pesar de que puede suceder que no alcances el ideal, mantendrás tu mente y corazón en completa paz.

Pare ser una persona debes darle mayor valor a tu opinión

Muchas veces caemos en lo que comúnmente llamamos ser “monedas de oro”, queremos agradar a todo el mundo, pero una persona equilibrada reconoce que la opinión que ella tenga de sí misma vale más que la opinión de otras personas.

Déjame aclarar, esto no significa no escuchar lo que los demás puedan decir, hay personas que sinceramente quieren ayudarte a mejorar y te dirán en qué áreas tienes oportunidad de crecimiento. Infortunadamente no hay muchas personas así. La mayoría te juzgará y te criticará por lo que haces, por lo que has hecho y por lo que dices que harás.

Así es la vida, todos nos criticarán de la misma manera en la cual nosotros hemos criticado a las demás personas. Una persona sabe que debe dejar de criticar, de juzgar y de condenar a los demás, porque ahí te das cuenta que a ti tampoco te agradan todas las personas.

Por eso es momento que la primera persona a quien tú le tienes que agradar es a ti misma. Debes quererte y pensar lo mejor de ti a pesar de que nuestro lado oscuro nos diga que no valemos nada.

Muchas personas no se sienten valoradas si otras personas no las hacen sentir valoradas, pero sabes qué… tú y sólo tú puedes hacerte sentir que vales oro, porque la persona más valiosa eres tú y en la medida en la cual tú sientas tu propio valor en esa misma medida podrás enseñar a otros a valorarse a ellos mismos y también tú aprenderás a valorarlos.

Una persona sabe que lo que ella piensa de sí misma vale una inmensidad a comparación de lo que otra persona pueda pensar de ti.



Conclusión

Una persona es aquella que ha llegado a comprender que debe vivir una vida equilibrada, para disfrutar el regalo que es vivir al máximo.

Una persona sabe que lo primero que debe hacer es conocerse a sí misma. Lo segundo es que sabe que tiene que ser coherente con lo que piensa, dice, hace y expresa. Lo tercero que sabe es que debe tener expectativas realistas de sí misma y lo cuarto que sabe es que su opinión es más valiosa que la de los demás.


¿Estás dispuesto a convertirte en persona?


jueves, 24 de octubre de 2013

Los cinco lenguajes del perdón





- En una ocasión, María había quedado con su mamá de llegar a cenar, desafortunadamente María tuvo un imprevisto y llamó a su mamá diciendo “Mamá lo siento no podré llegar”, su madre se sintió y le dijo que estaba bien.  Días después, María notaba a su mamá diferente, y le preguntó qué tenía, a lo que mamá le respondió: “Estoy molesta porque la vez pasada no viniste a cenar después que me lo habías prometido” María le respondió “Mamá te dije que lo sentía”,  y su madre le dijo: “Sí, me dijiste que lo sentías, pero nunca me pediste perdón.” -

¿Sabías, que las tres palabras mas difíciles de decir son: Te quiero, Perdón, y Ayúdame?

Te apuesto que has escuchado la frase anterior, las palabras más difíciles de pronunciar: te quiero, perdóname y ayúdame, las cuales por alguna razón nos las decimos a tiempo.
En esta oportunidad quiero hablemos sobre una de estas tres palabras, y es sobre el  perdón, considero que el saber cómo pedir perdón de forma intencional y realmente sintiéndola nos ayudará a cada uno de nosotros a mantener mejores relaciones, ya sea en nuestra vida familiar, sentimental ó laboral. 

Perdonar es aceptar la responsabilidad de nuestros actos, buscando restituir a la persona que hemos ofendido para salvar la relación. Como seres humanos tenemos valores morales y buscamos el llevarnos bien con las demás personas, pero a veces llega un punto en el cual, a pesar de que sabemos la importancia de pedir perdón, no lo hacemos, y si lo hacemos a veces sentimos que el mensaje no es recibido por la personas que hemos ofendido.

Las personas maduras saben pedir perdón y colocarse en la perspectiva de la otra persona, pero las personas inmaduras siempre buscan justificar su propio comportamiento. Las parejas, amigos, familias, entre otros que buscan relaciones sanas, saben la importancia del saber cómo pedir perdón y por sobre todo pedirlo de corazón. Es una forma de ser totalmente sincero en saber que hemos ofendido a una persona.

El no pedir perdón significa sencillamente que no valoramos la relación con la otra persona. A veces tendemos a excusarnos, o por el orgullo, o la autojustificación, o sencillamente el miedo  al rechazo de nuestra disculpa.  Pero cuando valoramos la relación, sabemos que debemos pedir perdón para evitar que el resentimiento quede acumulado dentro del corazón de la persona ofendida y el nuestro.

Ha sido comprobado que hay personas que recuerdan faltas cometidas por un ser querido contra ellas, inclusive ¡treinta años después!, y luego de este tiempo lo que se escucha decir es, nunca me pediste perdón.

Pero también están los casos en los que la persona ofensora sí pidió disculpas, pero la persona ofendida le dice “Si me dijiste que lo sentías, pero nunca me pediste que te perdonara”.

Pedir perdón ayuda a sanar las heridas. pero has notado que aveces cuando lo pedimos ¿Pareciera que aveces nuestras disculpas no son bien recibidas?  Una de estas razones es porque no hablamos el lenguaje correcto del perdón de la persona ofendida, y a  María, de nuestra, historia inicial, le sucedió eso. 

María le dijo a su mamá que lo sentía, pero eso no significó una disculpa para su mamá, lo que su mamá quería escuchar es que le pidieran perdón. 
Para pedir perdón hay que hacerlo correctamente, pero como principio lo primero que debe existir es un deseo genuino de que la relación mejore, de que intencionalmente se pedirá perdón sin manipulaciones de ningún tipo.  Gary Chapman nos explica que existen cinco formas en las cuales podemos pedir perdón, cada persona tiene una tendencia natural a uno de estos lenguajes, es decir, una de estas formas es la que le dice a nuestro corazón que la persona que nos ofendió realmente quiere restaurar la relación. 

Lenguaje #01 Expresando arrepentimiento


“La expresión lo siento de forma sincera, tiene como objetivo restaurar una relación.”
La expresión de arrepentimiento es aquella en la que expresamos un “Lo siento” de forma sincera que sabemos y deseamos restaurar la relación por haber ofendido a la otra persona. Decir “Lo siento” es enfocarse en expresar que estamos conscientes de que hemos ofendido a la otra persona y que también experimentamos su dolor. Para las personas que reciben bien un “Lo siento” es algo restaurador, con ello sienten que la relación puede continuar.

Las personas maduras saben cuando deben decir “Lo siento”, las personas inmaduras dejan pasar el tiempo.

Es importante ser específicos cuando decimos un “Lo siento”, debemos ser enfáticos en el motivo del cual estamos pidiendo perdón. Así lo correcto es “Lo siento, nunca debí haber .....”

Lenguaje #02 Aceptando la responsabilidad


“Todos cometemos errores, pero el único error que te puede destruir es aquel que no estuviste dispuesto a admitir.”
Las personas inmaduras tienden a utilizar la frase “No es culpa mía” y ¿adivina que es lo que viene a continuación?, la autojustificación. Esto se ve más en los niños, ellos culpan a otros por su mala conducta en lugar de pedir perdón.

Si admitimos nuestros errores, diciendo “Estaba equivocado”, en lugar de ser visto como alguien “Débil” te verás cómo alguien en quien confiar, esta expresión ayuda a restaurar el respeto. Realmente se requiere de coraje y valor para admitir que nos hemos equivocado.  Si deseas ser visto como una persona responsable y de carácter, admite que te has equivocado cuando te has equivocado.

Lenguaje #03 Restituir

La idea de restituir es buscar reafirmar la relación a la persona que hemos ofendido por medio de pagar el error cometido de una forma u otra. En ocasiones esto es sencillo de hacer, cuando un criminal comete algún delito se le enjuicia y tiene que restituir a los afectados. Cuando un amigo o amiga sin querer destruye algo que es de tu propiedad, te pide perdón pero al mismo tiempo restituye el daño que ha causado.
Restituir involucra una serie de pasos para solventar nuestra situación con la persona ofendida, no solo es pedir perdón, sino también buscar la forma en la cual demostrar con hechos que realmente estamos arrepentidos. La forma en la cual buscamos restituir es diciendo: “¿Hay algo que pueda hacer para que me perdones?”  o “Perdóname, ¿Qué puedo hacer para que sepas que estoy siendo sincero?”

Buscamos demostrar que realmente nos sentimos arrepentidos, y nos comprometemos a realizar aquello que se nos pida. Como el caso de un padre que le había quedado mal a su hijo de llegar a su partido de pelota, al pedir perdón el niño le pide al padre un día de salida los dos juntos, si el padre cumple con su palabra, el niño sentirá que él realmente está arrepentido, de lo contrario sentirá que todo fue una mentira.

Lenguaje #04 Arrepentirse genuinamente

¿Es un arrepentimiento genuino cuando alguien pide perdón y al poco tiempo vuelve a cometer la misma falta?  Arrepentirse genuinamente es más que solo decir “Lo siento”, es realizar un pacto con la persona ofendida comprometiéndose a que la falta no sucederá nuevamente.  Es decir algo como: “Lo siento, te prometo que esto no volverá a suceder... y para demostrártelo dime que te gustaría cambie en mi...” 

Si existe realmente la intención por la parte ofensora en restaurar la relación, él o ella, vendrá con un plan sobre cómo podrá realizar ese cambio que su contraparte tanto espera. Es recomendable que esto quede por escrito, cuando lo escribimos realmente sentimos la responsabilidad de realizar lo acordado.

Lenguaje #05 Pedir Perdón

Es solicitar a la persona ofendida que nos extienda su perdón. 
“Entonces si lo sentís ¿Por qué no me pides que te perdone” es una frase que podemos llegar a escuchar.  Hay personas que cuando les decimos “Lo siento” o “¿Hay algo que pueda hacer para que me perdones?” o “Sinceramente perdóname”, dentro de ellas no sienten que realmente estamos siendo sinceros, estas personas necesitan que se los solicites, necesitan escuchar “¿Te pido que me perdones?”.

Cuando valoramos genuinamente la relación con la persona a la que hemos ofendido, tendremos el coraje y valentía para admitir que fallamos y solicitarle a la persona que nos perdone.


En conclusión, la única forma en restaurar una relación cuándo hemos ofendido a alguien, es mediante el perdón, por ello hay que aprender a pedir perdón en el lenguaje del perdón que es reconocible por la persona a quien hemos ofendido.



Escrito por: Abner Huertas 
Basado en el libro por Gary Chapman: “Los cinco lenguajes de la disculpa”.

viernes, 18 de octubre de 2013

Detrás del Maquillaje




Por Abner Huertas
"La alegría pintada es fácil borrarla pero una alegría sin maquillaje es la que viene del corazón."
- Abner Huertas

¿A quién se le habrá ocurrido que uno se debe lavar los dientes? Ya quisiera que mejor nos vayamos al circo para ir a ver a esas personas que hacen cosas en el aire, comer dulces y ver a los payasos. Pero tengo que lavarme los dientes porque sino mi mamá me dirá: “No nos vamos Luisito hasta que te laves los dientes” y mi papá dirá “Hazle caso a tu mamá Luisito.”

Listo, están limpios, pero me quedó algo, ahh ni se van a dar cuenta. Tengo que ir corriendo para que pueda entrar rápido al carro, el lunes que les cuente a los del colegio que me llevaron al circo les va a dar envidia de que yo si voy al circo. “Luisito ponte el cinturón” la misma cantaleta cada vez que me subo al carro,  “sí mamá” le tengo que decir sino me regañan y me va feo, bueno  cinturón puesto y allá vamos. Saben qué, al no más llegar les pido que me compren una bolsa grande de palomitas y una soda.

“¿Ya llegamos?” jajaj me gusta decirles eso para que se enojen, aunque  no entiendo porque los carros se tardan tanto en llegar, los adultos a veces son unos lentos para manejar, y cada vez que les pregunto si ya llegamos me dicen siempre “deja de estar preguntando a cada rato sino nos regresamos”, hasta sueño tengo, pero si me duermo son capaces de que ya no entramos al circo, y si no entramos ya no tengo como darles envidia a los de la clase, jajaja se van a morir de la envidia que yo si fui al circo y de que vi a los payasos. 

Al fin llegamos, ¡Quiero entrar! ¡Quiero entrar! Les digo a mis papás para que podamos ir más prisa porque hay que hacer mucha cola, “¡wow mira papá esos son los animales del circo!”. Que grande la puerta de la entrada, “¿ya vamos a entrar?”  ¿por qué se tardarán tanto en dejarnos entrar.?

“¡Papá¡ ¡Papá! Cómprame palomitas maíz” le digo a mi papá varias veces hasta que me las compra jejeje ahora les voy a contar a mis compañeros del colegio que no sólo fui al circo pero también me dieron una bolsa grande de palomitas y me las comí todas.

“Damas y caballeros…  Niños y niñas…. Les damos la más cordial bienvenida al Circo los Hermanos Juarez” eso es ahora ya dieron el anuncio al fin empezó que emoción, ese comentador tiene una voz grande, ah ahí están los que hacen cosas en el aire…. Wow.

“Damas y caballeros… Niños y niñas… con ustedes…. Looooos payasos” eh eh eh eh al los payasos, hasta rojas tengo las manos de aplaudir. Jajaja no puedo parar de reír, los payasos me hacen reír, jajajaja mira mamá lo que hizo jajaja. ¿Cómo pueden estar sonrientes los payasos a pesar de todo lo que les pasa? jajaja

¡No puede ser!,¿ya se terminó?, tan poquito tiempo duró. “Es hora de irnos hijo” me dice mi papá, creía que nos quedaríamos más tiempo Ahora a esperar a salir, ¡Siii! allá está el payaso, voy a ir a saludarlo. 

“Señor payaso…hol” me tengo que detener porque  no puedo creer lo que estoy viendo… ¿Está llorando? ¿Qué le pasó? Pero ¿Siempre lo he visto sonreír? Su cara se ve cómo si se le estuviera derritiendo con esas líneas negras….

¡Papá! ¡Mamá! Algo le pasó al payaso… 

Ese día mi padre me explicó que los payasos se veían felices por el maquillaje pero detrás del maquillaje está su realidad y si su corazón está triste detrás del maquillaje están tristes; la alegría pintada es fácil borrarla pero una alegría sin maquillaje es la que viene del corazón.




domingo, 13 de octubre de 2013

Tira tu basura emocional




Por Abner Huertas

A mi casa pasa cada semana el camión de la basura. Nuestro trabajo es recaudarla en bolsas cerradas. Hay ocasiones en las que el camión se retrasa un par de días, cuando eso sucede la basura que tenemos acumulada comienza a tener un mal olor; para que esto no ocurra esperamos siempre que pase el camión de la basura o vamos al vertedero de basura a dejarla.

También existen casos en los cuales hay personas que les gusta vivir en medio de la basura. Observaba un programa de televisión en donde una familia vivía literalmente en medio de un basurero, toda su casa estaba llena de basura; aunque sus dueños le llamaban “recuerdos”, estos no eran más que basura acumulada por toda la casa, apenas y se podía caminar, cada paso que daban había un objeto que les impedía el paso.

Esta familia acumuló toda esa basura, pero no fue de la noche para la mañana. El proceso de acumulación de basura fue lento, empezó con una basura por aquí otra basura por allá. Al inicio no le prestaban importancia, ¿le prestas tú importancia a una hoja de papel en un mal lugar?, pero con el tiempo se fue acumulando hasta que llenó toda la casa.

Nuestro corazón es como esta casa, la diferencia es que la basura que podemos llegar a acumular dentro de él es emocional.  

La basura emocional son todos aquellos recuerdos, heridas, culpas, enojos o frustraciones que nos llevaron a momentos negativos en nuestras vidas.  Toda esta basura se va acumulando poco a poco en nuestro corazón.  Cuando llega el momento en que la basura emocional llega a topar nuestro corazón es cuando se pueden producir: enfermedades, estrés, depresiones, frustraciones y amarguras.

Todos los días de nuestra vida vivimos algún momento negativo. Esos momentos son como bolsitas de papel, otros llegan a un estado de putrefacción y al dejarlos dentro de nuestro corazón hace que éste comience a tener mal olor; este olor se refleja en nuestro mundo exterior en nuestro comportamiento, nuestro humor y en nuestra alegría.

Acumulamos esta basura emocional cuando nos guardamos lo que sentimos y no lo liberamos de una forma saludable. Acumulamos esta basura emocional cuando permitimos que los demás nos usen como su basurero. Acumulamos esta basura emocional cuando creemos que no estamos guardando basura emocional.

Yo siempre me he caracterizado por ser una persona reservada, pero hubo un tiempo en el cual esta misma reserva la expresaba de una forma muy tajante. Conforme el tiempo avanzaba me iba dando cuenta de las oportunidades que estaba perdiendo por esta forma de ser. No significa que esté mal ser reservado, es bueno cuando es de una forma saludable, pero en mi caso era más enfermizo.

Llegó un momento cuando comencé a recapacitar por qué era así. Y cada vez que pensaba en socializar, a mi mente venían recuerdos de mi niñez, en ese momento  supe que tenía algo dentro de  mi que estaba acumulado. Ahora comprendo mucho mejor que lo que había permitido era acumular basura emocional dentro de mi corazón.


El olor de la basura acumulada se siente
Si has viajado a un basurero te habrás podido percatar del fuerte olor que hay en el lugar. Sin embargo, las personas que viven dentro del basurero, o a sus alrededores, parecen que no sentirlo. Y esto es porque están acostumbrados al olor que tiene la basura.

¿Cuánta basura emocional podemos tener sin darnos cuenta por el simple hecho que nos hemos acostumbrado al olor?.  Yo acumulé basura emocional por mucho tiempo, su olor se había hecho tan habitual que lo sentía como algo normal.

Pero cuando alguien llega a tu vida lo primero que hará es sentir el olor a la basura que hay en tu corazón. Cuando algunas personas querían acercarse a mi, el olor era tan fuerte que se alejaban; este olor se reflejaba en mi carácter. Parecía policía, poniendo un símbolo de alto para que nadie pudiera pasar.

El olor de nuestra basura emocional nunca será igual que el olor de la basura real, pero sus efectos en tu persona serán iguales . ¿Qué te pasaría si te llevo al basurero y te hago vivir ahí? Al poco tiempo te enfermarías. Lo mismo pasa con nuestra basura emocional nos enferma y nos ata a un basurero donde nos acostumbramos al ambiente.

He platicado con algunas personas que me han dicho que no entienden porque se les dificulta empezar una nueva relación. Cuando conocen a alguien algo sucede que la relación no puede avanzar. ¿Será que el olor de basura emocional aleja a la otra persona? O ¿El olor de la basura emocional de la otra persona te alejó? Muchas veces cuando comprenden que es por la basura emocional que han acumulado se proponen limpiar su corazón; y al estar limpio se dan cuenta que pueden volver a aceptar a alguien más sin alejarla.

Todos tenemos la tendencia de guardar cosas. Recuerdo muy bien que mi abuelita siempre guardaba todo. En su casa cada vez que recibía algo lo guardaba. El tiempo comenzó a pasar hasta que llenó un cuarto, luego llenó otro hasta que no había más cuartos para guardar cosas.

Cuando llenamos nuestro corazón de basura emocional no estamos dejando espacio para emociones saludables, no le dejamos espacio para que nuevas experiencias saludables entren y tampoco le dejamos espacio para que estén los seres que más amamos.

¿Estás dispuesto a vivir toda tu vida con tu basura emocional? ¿Estás dispuesto a que se alejen porque el olor es insoportable?.  Limpiar el corazón de esta basura emocional es un proceso que tomará tiempo, pero es algo que debemos hacer.

No seas un basurero para los demás

Todos tendemos a ser acumuladores. Pero también a veces servimos de basurero. ¿Cuántas veces no han venido personas a depositar su basura emocional sobre ti? Alguien viene enojado y te cuenta un chisme de alguien más; esto produce en ti una emoción negativa que se queda guardada en tu corazón.

Hay ocasiones en las que voy en el tráfico, un día en el cual me siento bien y voy contento, pero de pronto otro conductor  va apresurado y te maltrata por mi forma de manejar tranquila, su enojo se convierte en basura emocional que se deposita en mi corazón y mi felicidad se convierte en enojo.

Cuando alguien nos cuenta algo que es indebido, lo que la otra persona está haciendo es “liberarse” pero haciendo un daño al darnos su basura. 

También servimos de basurero para otras personas cuando tomamos como algo personal los problemas de otros. Quiero aclarar algo, es bueno preocuparnos por los demás y ayudarles, pero cuando permitimos que sus problemas se vuelvan nuestros problemas estamos adoptando basura que no nos corresponde tratar. 

Los sicólogos y consejeros lo saben muy bien, no deben permitir que los problemas de las personas que ayudan se vuelvan algo personal, esto sólo les traerá como resultado una acumulación de basura que con el tiempo sucederá lo que discurríamos anteriormente; comenzará a heder y no podrán ayudar a más personas hasta que limpien su corazón.

Cada persona es responsable de su propia basura emocional. Cuando alguien trate de depositar basura emocional en tu corazón cierra las puertas del mismo, aleja la basura, no es tuya es de la otra persona.

Cuenta una anécdota que un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera: 
-Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia.-. 
Sócrates lo interrumpió diciendo: -Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los tres filtros lo que me vas a decir?-  El discípulo le contestó: -¿Los tres filtros?- -Sí, dijo Sócrates, el primero la verdad, ¿ya pensaste si lo que me vas a decir es verdadero en todos los puntos?-“-No; lo oí decir a unos vecinos…..--Pero lo habrás pasado por el filtro de la bondad. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno??--No, en realidad no; al contrario……--Entonces vamos al último filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?--“Para ser sincero, no; necesario no es.”--“Entonces” -sonrió el sabio- “si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... sepultémoslo en el olvido”

En esta anécdota Sócrates utiliza los tres filtros de la verdad para evitar que alguien más venga a depositar basura emocional en su corazón.  Cuidemos nuestro corazón de los que sólo vienen a querer llenarlo de basura. Tu corazón merece estar limpio.

Limpia tu corazón de basura acumulada




Si ya tenemos basura emocional acumulada ¿Cómo podemos limpiar nuestro corazón?.

Al inicio te comentaba sobre mi experiencia al momento de querer ser social, mi basura emocional había causado que me volviera extremadamente reservado y no permitía la entrada de nadie más a mi vida.  Al darme cuenta de eso  descubrí que necesitaba perdonar a mi papá.

El proceso de perdón fue lento, lo primero fue admitir que necesitaba perdonar, a mi mente venía la idea que él debía pedirme perdón. Pero lo primero que me interesó fue liberar mi corazón de todo eso que tenía acumulado, así que tomé aire y fuerzas para hablar con él para decirle que lo perdonaba; ahora comprendo también que ayudé a liberarlo a él de una carga que llevaba.

¿Tienes a alguien a quien perdonar? ¿Tienes a alguien a quien pedir perdón?.  El día de hoy platicábamos con un grupo de amigos sobre la culpa y esto es algo que puede vivir con nosotros por mucho tiempo, a menos que hagamos algo, y como el caso de la basura emocional una de las formas de limpiarla es pidiendo perdón y perdonando a quienes nos ofenden.

Cuando somos nosotros los ofendidos podemos pasar mucho tiempo esperando que la otra persona se acerque a pedirnos perdón. Y ese día puede que nunca llegue, y mientras el tiempo pasa nuestro corazón va acumulando más y más basura. Por eso sácalo de ti. Es mejor ir y decirle te perdono que esperar a que se acerque a ti.

Pedir perdón no es cosa fácil. Es de valientes y requiere coraje. Pero la liberación que da el perdón hace que nuestro corazón se limpie, al menos de un área.

Existen muchas formas en las cuales podemos limpiar nuestros corazones de toda esa basura emocional. Lo primero es tu fe. Si eres una persona de fe sabrás la importancia que tiene el exponer tu corazón a Dios para que inicie un proceso de limpieza.  Pero tú también tienes que poner mucho de tu parte para que este proceso pueda completarse.

El proceso de limpieza de nuestro corazón requiere que reconozcamos que tenemos basura acumulada. Luego es necesario identificar cuál área de nuestro corazón está más contaminada para trabajar en ella. Dependiendo de tu tipo de temperamento tendrás que exteriorizar de alguna forma lo que está en tu corazón, puede ser hablando con un consejero o escribiendo y mostrándoselo a un consejero. 

Ya teniendo identificada el área hay que poner un plan de acción de saneamiento. ¿Es necesario perdonar? Si eres de los que prefieren escribir redacta una carta de perdón y entrégala a la persona a quien debes perdonar si prefieres hablar, busca a la persona y dile que la perdonas.  ¿Es necesario que pidas perdón? Ya sea escribiendo o hablando, lo importante será pedir perdón.

Algo importante que debemos tener en cuenta al momento de pedir o dar perdón es evitar la autojustificación. Evita el justificar el porqué actuaste en su momento como lo hiciste, eso ya es pasado, importa el hoy para adelante.

El proceso de limpieza no estará finalizado con el perdón, tan sólo es un paso. Deberás continuar manteniendo tu fe y dejar que el amor de Dios vaya limpiando todos los días tu corazón. 


Deposita la basura en el lugar indicado


Como discurríamos al inicio, todos los días tenemos la tendencia de acumular basura. Lo que podemos hacer para evitar esta acumulación es botar la basura en el bote de basura.

En mi caso particular soy introvertido. En su libro “Callado. El poder de los introvertidos”, Susan Cain habla sobre las diferencias entre los introvertidos y los extrovertidos. Al leer este libro comprendí una clave que en mi caso particular, como introvertido, me ayuda: escribir.

Tengo en mi computadora un diario con clave al cual estos últimos días le he llamado mi bote de basura emocional, porque el principal objetivo es dejar ahí, por escrito todo lo que me molesta y evitar que germine en mi corazón.

Escribir funciona para mi, pero en tu caso quizá no te guste escribirlo, quizá prefieras conversarlo, busca una persona a quien conoces para conversar (no para depositarle tu basura si no para que te ayude a sacarla); o toma una grabadora y graba todo lo que tienes en tu corazón.  Te sentirás aliviado.

Ora cada día. Exterioriza tus sentimientos cuando estés en privado. Sentirás paz después de orar.

Así como limpias todos los días tu casa, tu corazón necesita que lo limpies. Recuerda que todo puede comenzar con un poco de basura que después se va acumulando hasta no permitir que nadie entre en tu casa por el cúmulo de basura que hay.

Mantén tu corazón limpio. Deja la basura emocional en el lugar al que pertenece… el basurero.