jueves, 24 de octubre de 2013

Los cinco lenguajes del perdón





- En una ocasión, María había quedado con su mamá de llegar a cenar, desafortunadamente María tuvo un imprevisto y llamó a su mamá diciendo “Mamá lo siento no podré llegar”, su madre se sintió y le dijo que estaba bien.  Días después, María notaba a su mamá diferente, y le preguntó qué tenía, a lo que mamá le respondió: “Estoy molesta porque la vez pasada no viniste a cenar después que me lo habías prometido” María le respondió “Mamá te dije que lo sentía”,  y su madre le dijo: “Sí, me dijiste que lo sentías, pero nunca me pediste perdón.” -

¿Sabías, que las tres palabras mas difíciles de decir son: Te quiero, Perdón, y Ayúdame?

Te apuesto que has escuchado la frase anterior, las palabras más difíciles de pronunciar: te quiero, perdóname y ayúdame, las cuales por alguna razón nos las decimos a tiempo.
En esta oportunidad quiero hablemos sobre una de estas tres palabras, y es sobre el  perdón, considero que el saber cómo pedir perdón de forma intencional y realmente sintiéndola nos ayudará a cada uno de nosotros a mantener mejores relaciones, ya sea en nuestra vida familiar, sentimental ó laboral. 

Perdonar es aceptar la responsabilidad de nuestros actos, buscando restituir a la persona que hemos ofendido para salvar la relación. Como seres humanos tenemos valores morales y buscamos el llevarnos bien con las demás personas, pero a veces llega un punto en el cual, a pesar de que sabemos la importancia de pedir perdón, no lo hacemos, y si lo hacemos a veces sentimos que el mensaje no es recibido por la personas que hemos ofendido.

Las personas maduras saben pedir perdón y colocarse en la perspectiva de la otra persona, pero las personas inmaduras siempre buscan justificar su propio comportamiento. Las parejas, amigos, familias, entre otros que buscan relaciones sanas, saben la importancia del saber cómo pedir perdón y por sobre todo pedirlo de corazón. Es una forma de ser totalmente sincero en saber que hemos ofendido a una persona.

El no pedir perdón significa sencillamente que no valoramos la relación con la otra persona. A veces tendemos a excusarnos, o por el orgullo, o la autojustificación, o sencillamente el miedo  al rechazo de nuestra disculpa.  Pero cuando valoramos la relación, sabemos que debemos pedir perdón para evitar que el resentimiento quede acumulado dentro del corazón de la persona ofendida y el nuestro.

Ha sido comprobado que hay personas que recuerdan faltas cometidas por un ser querido contra ellas, inclusive ¡treinta años después!, y luego de este tiempo lo que se escucha decir es, nunca me pediste perdón.

Pero también están los casos en los que la persona ofensora sí pidió disculpas, pero la persona ofendida le dice “Si me dijiste que lo sentías, pero nunca me pediste que te perdonara”.

Pedir perdón ayuda a sanar las heridas. pero has notado que aveces cuando lo pedimos ¿Pareciera que aveces nuestras disculpas no son bien recibidas?  Una de estas razones es porque no hablamos el lenguaje correcto del perdón de la persona ofendida, y a  María, de nuestra, historia inicial, le sucedió eso. 

María le dijo a su mamá que lo sentía, pero eso no significó una disculpa para su mamá, lo que su mamá quería escuchar es que le pidieran perdón. 
Para pedir perdón hay que hacerlo correctamente, pero como principio lo primero que debe existir es un deseo genuino de que la relación mejore, de que intencionalmente se pedirá perdón sin manipulaciones de ningún tipo.  Gary Chapman nos explica que existen cinco formas en las cuales podemos pedir perdón, cada persona tiene una tendencia natural a uno de estos lenguajes, es decir, una de estas formas es la que le dice a nuestro corazón que la persona que nos ofendió realmente quiere restaurar la relación. 

Lenguaje #01 Expresando arrepentimiento


“La expresión lo siento de forma sincera, tiene como objetivo restaurar una relación.”
La expresión de arrepentimiento es aquella en la que expresamos un “Lo siento” de forma sincera que sabemos y deseamos restaurar la relación por haber ofendido a la otra persona. Decir “Lo siento” es enfocarse en expresar que estamos conscientes de que hemos ofendido a la otra persona y que también experimentamos su dolor. Para las personas que reciben bien un “Lo siento” es algo restaurador, con ello sienten que la relación puede continuar.

Las personas maduras saben cuando deben decir “Lo siento”, las personas inmaduras dejan pasar el tiempo.

Es importante ser específicos cuando decimos un “Lo siento”, debemos ser enfáticos en el motivo del cual estamos pidiendo perdón. Así lo correcto es “Lo siento, nunca debí haber .....”

Lenguaje #02 Aceptando la responsabilidad


“Todos cometemos errores, pero el único error que te puede destruir es aquel que no estuviste dispuesto a admitir.”
Las personas inmaduras tienden a utilizar la frase “No es culpa mía” y ¿adivina que es lo que viene a continuación?, la autojustificación. Esto se ve más en los niños, ellos culpan a otros por su mala conducta en lugar de pedir perdón.

Si admitimos nuestros errores, diciendo “Estaba equivocado”, en lugar de ser visto como alguien “Débil” te verás cómo alguien en quien confiar, esta expresión ayuda a restaurar el respeto. Realmente se requiere de coraje y valor para admitir que nos hemos equivocado.  Si deseas ser visto como una persona responsable y de carácter, admite que te has equivocado cuando te has equivocado.

Lenguaje #03 Restituir

La idea de restituir es buscar reafirmar la relación a la persona que hemos ofendido por medio de pagar el error cometido de una forma u otra. En ocasiones esto es sencillo de hacer, cuando un criminal comete algún delito se le enjuicia y tiene que restituir a los afectados. Cuando un amigo o amiga sin querer destruye algo que es de tu propiedad, te pide perdón pero al mismo tiempo restituye el daño que ha causado.
Restituir involucra una serie de pasos para solventar nuestra situación con la persona ofendida, no solo es pedir perdón, sino también buscar la forma en la cual demostrar con hechos que realmente estamos arrepentidos. La forma en la cual buscamos restituir es diciendo: “¿Hay algo que pueda hacer para que me perdones?”  o “Perdóname, ¿Qué puedo hacer para que sepas que estoy siendo sincero?”

Buscamos demostrar que realmente nos sentimos arrepentidos, y nos comprometemos a realizar aquello que se nos pida. Como el caso de un padre que le había quedado mal a su hijo de llegar a su partido de pelota, al pedir perdón el niño le pide al padre un día de salida los dos juntos, si el padre cumple con su palabra, el niño sentirá que él realmente está arrepentido, de lo contrario sentirá que todo fue una mentira.

Lenguaje #04 Arrepentirse genuinamente

¿Es un arrepentimiento genuino cuando alguien pide perdón y al poco tiempo vuelve a cometer la misma falta?  Arrepentirse genuinamente es más que solo decir “Lo siento”, es realizar un pacto con la persona ofendida comprometiéndose a que la falta no sucederá nuevamente.  Es decir algo como: “Lo siento, te prometo que esto no volverá a suceder... y para demostrártelo dime que te gustaría cambie en mi...” 

Si existe realmente la intención por la parte ofensora en restaurar la relación, él o ella, vendrá con un plan sobre cómo podrá realizar ese cambio que su contraparte tanto espera. Es recomendable que esto quede por escrito, cuando lo escribimos realmente sentimos la responsabilidad de realizar lo acordado.

Lenguaje #05 Pedir Perdón

Es solicitar a la persona ofendida que nos extienda su perdón. 
“Entonces si lo sentís ¿Por qué no me pides que te perdone” es una frase que podemos llegar a escuchar.  Hay personas que cuando les decimos “Lo siento” o “¿Hay algo que pueda hacer para que me perdones?” o “Sinceramente perdóname”, dentro de ellas no sienten que realmente estamos siendo sinceros, estas personas necesitan que se los solicites, necesitan escuchar “¿Te pido que me perdones?”.

Cuando valoramos genuinamente la relación con la persona a la que hemos ofendido, tendremos el coraje y valentía para admitir que fallamos y solicitarle a la persona que nos perdone.


En conclusión, la única forma en restaurar una relación cuándo hemos ofendido a alguien, es mediante el perdón, por ello hay que aprender a pedir perdón en el lenguaje del perdón que es reconocible por la persona a quien hemos ofendido.



Escrito por: Abner Huertas 
Basado en el libro por Gary Chapman: “Los cinco lenguajes de la disculpa”.

viernes, 18 de octubre de 2013

Detrás del Maquillaje




Por Abner Huertas
"La alegría pintada es fácil borrarla pero una alegría sin maquillaje es la que viene del corazón."
- Abner Huertas

¿A quién se le habrá ocurrido que uno se debe lavar los dientes? Ya quisiera que mejor nos vayamos al circo para ir a ver a esas personas que hacen cosas en el aire, comer dulces y ver a los payasos. Pero tengo que lavarme los dientes porque sino mi mamá me dirá: “No nos vamos Luisito hasta que te laves los dientes” y mi papá dirá “Hazle caso a tu mamá Luisito.”

Listo, están limpios, pero me quedó algo, ahh ni se van a dar cuenta. Tengo que ir corriendo para que pueda entrar rápido al carro, el lunes que les cuente a los del colegio que me llevaron al circo les va a dar envidia de que yo si voy al circo. “Luisito ponte el cinturón” la misma cantaleta cada vez que me subo al carro,  “sí mamá” le tengo que decir sino me regañan y me va feo, bueno  cinturón puesto y allá vamos. Saben qué, al no más llegar les pido que me compren una bolsa grande de palomitas y una soda.

“¿Ya llegamos?” jajaj me gusta decirles eso para que se enojen, aunque  no entiendo porque los carros se tardan tanto en llegar, los adultos a veces son unos lentos para manejar, y cada vez que les pregunto si ya llegamos me dicen siempre “deja de estar preguntando a cada rato sino nos regresamos”, hasta sueño tengo, pero si me duermo son capaces de que ya no entramos al circo, y si no entramos ya no tengo como darles envidia a los de la clase, jajaja se van a morir de la envidia que yo si fui al circo y de que vi a los payasos. 

Al fin llegamos, ¡Quiero entrar! ¡Quiero entrar! Les digo a mis papás para que podamos ir más prisa porque hay que hacer mucha cola, “¡wow mira papá esos son los animales del circo!”. Que grande la puerta de la entrada, “¿ya vamos a entrar?”  ¿por qué se tardarán tanto en dejarnos entrar.?

“¡Papá¡ ¡Papá! Cómprame palomitas maíz” le digo a mi papá varias veces hasta que me las compra jejeje ahora les voy a contar a mis compañeros del colegio que no sólo fui al circo pero también me dieron una bolsa grande de palomitas y me las comí todas.

“Damas y caballeros…  Niños y niñas…. Les damos la más cordial bienvenida al Circo los Hermanos Juarez” eso es ahora ya dieron el anuncio al fin empezó que emoción, ese comentador tiene una voz grande, ah ahí están los que hacen cosas en el aire…. Wow.

“Damas y caballeros… Niños y niñas… con ustedes…. Looooos payasos” eh eh eh eh al los payasos, hasta rojas tengo las manos de aplaudir. Jajaja no puedo parar de reír, los payasos me hacen reír, jajajaja mira mamá lo que hizo jajaja. ¿Cómo pueden estar sonrientes los payasos a pesar de todo lo que les pasa? jajaja

¡No puede ser!,¿ya se terminó?, tan poquito tiempo duró. “Es hora de irnos hijo” me dice mi papá, creía que nos quedaríamos más tiempo Ahora a esperar a salir, ¡Siii! allá está el payaso, voy a ir a saludarlo. 

“Señor payaso…hol” me tengo que detener porque  no puedo creer lo que estoy viendo… ¿Está llorando? ¿Qué le pasó? Pero ¿Siempre lo he visto sonreír? Su cara se ve cómo si se le estuviera derritiendo con esas líneas negras….

¡Papá! ¡Mamá! Algo le pasó al payaso… 

Ese día mi padre me explicó que los payasos se veían felices por el maquillaje pero detrás del maquillaje está su realidad y si su corazón está triste detrás del maquillaje están tristes; la alegría pintada es fácil borrarla pero una alegría sin maquillaje es la que viene del corazón.




domingo, 13 de octubre de 2013

Tira tu basura emocional




Por Abner Huertas

A mi casa pasa cada semana el camión de la basura. Nuestro trabajo es recaudarla en bolsas cerradas. Hay ocasiones en las que el camión se retrasa un par de días, cuando eso sucede la basura que tenemos acumulada comienza a tener un mal olor; para que esto no ocurra esperamos siempre que pase el camión de la basura o vamos al vertedero de basura a dejarla.

También existen casos en los cuales hay personas que les gusta vivir en medio de la basura. Observaba un programa de televisión en donde una familia vivía literalmente en medio de un basurero, toda su casa estaba llena de basura; aunque sus dueños le llamaban “recuerdos”, estos no eran más que basura acumulada por toda la casa, apenas y se podía caminar, cada paso que daban había un objeto que les impedía el paso.

Esta familia acumuló toda esa basura, pero no fue de la noche para la mañana. El proceso de acumulación de basura fue lento, empezó con una basura por aquí otra basura por allá. Al inicio no le prestaban importancia, ¿le prestas tú importancia a una hoja de papel en un mal lugar?, pero con el tiempo se fue acumulando hasta que llenó toda la casa.

Nuestro corazón es como esta casa, la diferencia es que la basura que podemos llegar a acumular dentro de él es emocional.  

La basura emocional son todos aquellos recuerdos, heridas, culpas, enojos o frustraciones que nos llevaron a momentos negativos en nuestras vidas.  Toda esta basura se va acumulando poco a poco en nuestro corazón.  Cuando llega el momento en que la basura emocional llega a topar nuestro corazón es cuando se pueden producir: enfermedades, estrés, depresiones, frustraciones y amarguras.

Todos los días de nuestra vida vivimos algún momento negativo. Esos momentos son como bolsitas de papel, otros llegan a un estado de putrefacción y al dejarlos dentro de nuestro corazón hace que éste comience a tener mal olor; este olor se refleja en nuestro mundo exterior en nuestro comportamiento, nuestro humor y en nuestra alegría.

Acumulamos esta basura emocional cuando nos guardamos lo que sentimos y no lo liberamos de una forma saludable. Acumulamos esta basura emocional cuando permitimos que los demás nos usen como su basurero. Acumulamos esta basura emocional cuando creemos que no estamos guardando basura emocional.

Yo siempre me he caracterizado por ser una persona reservada, pero hubo un tiempo en el cual esta misma reserva la expresaba de una forma muy tajante. Conforme el tiempo avanzaba me iba dando cuenta de las oportunidades que estaba perdiendo por esta forma de ser. No significa que esté mal ser reservado, es bueno cuando es de una forma saludable, pero en mi caso era más enfermizo.

Llegó un momento cuando comencé a recapacitar por qué era así. Y cada vez que pensaba en socializar, a mi mente venían recuerdos de mi niñez, en ese momento  supe que tenía algo dentro de  mi que estaba acumulado. Ahora comprendo mucho mejor que lo que había permitido era acumular basura emocional dentro de mi corazón.


El olor de la basura acumulada se siente
Si has viajado a un basurero te habrás podido percatar del fuerte olor que hay en el lugar. Sin embargo, las personas que viven dentro del basurero, o a sus alrededores, parecen que no sentirlo. Y esto es porque están acostumbrados al olor que tiene la basura.

¿Cuánta basura emocional podemos tener sin darnos cuenta por el simple hecho que nos hemos acostumbrado al olor?.  Yo acumulé basura emocional por mucho tiempo, su olor se había hecho tan habitual que lo sentía como algo normal.

Pero cuando alguien llega a tu vida lo primero que hará es sentir el olor a la basura que hay en tu corazón. Cuando algunas personas querían acercarse a mi, el olor era tan fuerte que se alejaban; este olor se reflejaba en mi carácter. Parecía policía, poniendo un símbolo de alto para que nadie pudiera pasar.

El olor de nuestra basura emocional nunca será igual que el olor de la basura real, pero sus efectos en tu persona serán iguales . ¿Qué te pasaría si te llevo al basurero y te hago vivir ahí? Al poco tiempo te enfermarías. Lo mismo pasa con nuestra basura emocional nos enferma y nos ata a un basurero donde nos acostumbramos al ambiente.

He platicado con algunas personas que me han dicho que no entienden porque se les dificulta empezar una nueva relación. Cuando conocen a alguien algo sucede que la relación no puede avanzar. ¿Será que el olor de basura emocional aleja a la otra persona? O ¿El olor de la basura emocional de la otra persona te alejó? Muchas veces cuando comprenden que es por la basura emocional que han acumulado se proponen limpiar su corazón; y al estar limpio se dan cuenta que pueden volver a aceptar a alguien más sin alejarla.

Todos tenemos la tendencia de guardar cosas. Recuerdo muy bien que mi abuelita siempre guardaba todo. En su casa cada vez que recibía algo lo guardaba. El tiempo comenzó a pasar hasta que llenó un cuarto, luego llenó otro hasta que no había más cuartos para guardar cosas.

Cuando llenamos nuestro corazón de basura emocional no estamos dejando espacio para emociones saludables, no le dejamos espacio para que nuevas experiencias saludables entren y tampoco le dejamos espacio para que estén los seres que más amamos.

¿Estás dispuesto a vivir toda tu vida con tu basura emocional? ¿Estás dispuesto a que se alejen porque el olor es insoportable?.  Limpiar el corazón de esta basura emocional es un proceso que tomará tiempo, pero es algo que debemos hacer.

No seas un basurero para los demás

Todos tendemos a ser acumuladores. Pero también a veces servimos de basurero. ¿Cuántas veces no han venido personas a depositar su basura emocional sobre ti? Alguien viene enojado y te cuenta un chisme de alguien más; esto produce en ti una emoción negativa que se queda guardada en tu corazón.

Hay ocasiones en las que voy en el tráfico, un día en el cual me siento bien y voy contento, pero de pronto otro conductor  va apresurado y te maltrata por mi forma de manejar tranquila, su enojo se convierte en basura emocional que se deposita en mi corazón y mi felicidad se convierte en enojo.

Cuando alguien nos cuenta algo que es indebido, lo que la otra persona está haciendo es “liberarse” pero haciendo un daño al darnos su basura. 

También servimos de basurero para otras personas cuando tomamos como algo personal los problemas de otros. Quiero aclarar algo, es bueno preocuparnos por los demás y ayudarles, pero cuando permitimos que sus problemas se vuelvan nuestros problemas estamos adoptando basura que no nos corresponde tratar. 

Los sicólogos y consejeros lo saben muy bien, no deben permitir que los problemas de las personas que ayudan se vuelvan algo personal, esto sólo les traerá como resultado una acumulación de basura que con el tiempo sucederá lo que discurríamos anteriormente; comenzará a heder y no podrán ayudar a más personas hasta que limpien su corazón.

Cada persona es responsable de su propia basura emocional. Cuando alguien trate de depositar basura emocional en tu corazón cierra las puertas del mismo, aleja la basura, no es tuya es de la otra persona.

Cuenta una anécdota que un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera: 
-Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia.-. 
Sócrates lo interrumpió diciendo: -Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los tres filtros lo que me vas a decir?-  El discípulo le contestó: -¿Los tres filtros?- -Sí, dijo Sócrates, el primero la verdad, ¿ya pensaste si lo que me vas a decir es verdadero en todos los puntos?-“-No; lo oí decir a unos vecinos…..--Pero lo habrás pasado por el filtro de la bondad. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno??--No, en realidad no; al contrario……--Entonces vamos al último filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?--“Para ser sincero, no; necesario no es.”--“Entonces” -sonrió el sabio- “si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... sepultémoslo en el olvido”

En esta anécdota Sócrates utiliza los tres filtros de la verdad para evitar que alguien más venga a depositar basura emocional en su corazón.  Cuidemos nuestro corazón de los que sólo vienen a querer llenarlo de basura. Tu corazón merece estar limpio.

Limpia tu corazón de basura acumulada




Si ya tenemos basura emocional acumulada ¿Cómo podemos limpiar nuestro corazón?.

Al inicio te comentaba sobre mi experiencia al momento de querer ser social, mi basura emocional había causado que me volviera extremadamente reservado y no permitía la entrada de nadie más a mi vida.  Al darme cuenta de eso  descubrí que necesitaba perdonar a mi papá.

El proceso de perdón fue lento, lo primero fue admitir que necesitaba perdonar, a mi mente venía la idea que él debía pedirme perdón. Pero lo primero que me interesó fue liberar mi corazón de todo eso que tenía acumulado, así que tomé aire y fuerzas para hablar con él para decirle que lo perdonaba; ahora comprendo también que ayudé a liberarlo a él de una carga que llevaba.

¿Tienes a alguien a quien perdonar? ¿Tienes a alguien a quien pedir perdón?.  El día de hoy platicábamos con un grupo de amigos sobre la culpa y esto es algo que puede vivir con nosotros por mucho tiempo, a menos que hagamos algo, y como el caso de la basura emocional una de las formas de limpiarla es pidiendo perdón y perdonando a quienes nos ofenden.

Cuando somos nosotros los ofendidos podemos pasar mucho tiempo esperando que la otra persona se acerque a pedirnos perdón. Y ese día puede que nunca llegue, y mientras el tiempo pasa nuestro corazón va acumulando más y más basura. Por eso sácalo de ti. Es mejor ir y decirle te perdono que esperar a que se acerque a ti.

Pedir perdón no es cosa fácil. Es de valientes y requiere coraje. Pero la liberación que da el perdón hace que nuestro corazón se limpie, al menos de un área.

Existen muchas formas en las cuales podemos limpiar nuestros corazones de toda esa basura emocional. Lo primero es tu fe. Si eres una persona de fe sabrás la importancia que tiene el exponer tu corazón a Dios para que inicie un proceso de limpieza.  Pero tú también tienes que poner mucho de tu parte para que este proceso pueda completarse.

El proceso de limpieza de nuestro corazón requiere que reconozcamos que tenemos basura acumulada. Luego es necesario identificar cuál área de nuestro corazón está más contaminada para trabajar en ella. Dependiendo de tu tipo de temperamento tendrás que exteriorizar de alguna forma lo que está en tu corazón, puede ser hablando con un consejero o escribiendo y mostrándoselo a un consejero. 

Ya teniendo identificada el área hay que poner un plan de acción de saneamiento. ¿Es necesario perdonar? Si eres de los que prefieren escribir redacta una carta de perdón y entrégala a la persona a quien debes perdonar si prefieres hablar, busca a la persona y dile que la perdonas.  ¿Es necesario que pidas perdón? Ya sea escribiendo o hablando, lo importante será pedir perdón.

Algo importante que debemos tener en cuenta al momento de pedir o dar perdón es evitar la autojustificación. Evita el justificar el porqué actuaste en su momento como lo hiciste, eso ya es pasado, importa el hoy para adelante.

El proceso de limpieza no estará finalizado con el perdón, tan sólo es un paso. Deberás continuar manteniendo tu fe y dejar que el amor de Dios vaya limpiando todos los días tu corazón. 


Deposita la basura en el lugar indicado


Como discurríamos al inicio, todos los días tenemos la tendencia de acumular basura. Lo que podemos hacer para evitar esta acumulación es botar la basura en el bote de basura.

En mi caso particular soy introvertido. En su libro “Callado. El poder de los introvertidos”, Susan Cain habla sobre las diferencias entre los introvertidos y los extrovertidos. Al leer este libro comprendí una clave que en mi caso particular, como introvertido, me ayuda: escribir.

Tengo en mi computadora un diario con clave al cual estos últimos días le he llamado mi bote de basura emocional, porque el principal objetivo es dejar ahí, por escrito todo lo que me molesta y evitar que germine en mi corazón.

Escribir funciona para mi, pero en tu caso quizá no te guste escribirlo, quizá prefieras conversarlo, busca una persona a quien conoces para conversar (no para depositarle tu basura si no para que te ayude a sacarla); o toma una grabadora y graba todo lo que tienes en tu corazón.  Te sentirás aliviado.

Ora cada día. Exterioriza tus sentimientos cuando estés en privado. Sentirás paz después de orar.

Así como limpias todos los días tu casa, tu corazón necesita que lo limpies. Recuerda que todo puede comenzar con un poco de basura que después se va acumulando hasta no permitir que nadie entre en tu casa por el cúmulo de basura que hay.

Mantén tu corazón limpio. Deja la basura emocional en el lugar al que pertenece… el basurero.