sábado, 29 de noviembre de 2014

¿Has querido tirar la toalla?



Por Abner Huertas






¿Alguna vez has deseado tirar la toalla?, en otras palabras, ¿Cuántas veces has tenido el deseo de hacer algo, lo empiezas y llega un momento en el que gritas ¡ya no quiero seguir!?. Si tú te lo has dicho alguna vez, no estás solo.

De hecho, creo que todos en algún momento de nuestra vida hemos deseado dejar tirado algo que hemos empezado, puede ser desde tu carrera universitaria, un proyecto, ganarte la amistad de alguien o en tu crecimiento personal. ¿Y sabes?, El problema no es sentir el deseo de tirar la toalla, o hacerlo cuando realmente se debe hacer (realmente hay situaciones donde si se debe tirar); el problema es cuando estás a punto de lograr alcanzar tu objetivo y tiras la toalla; como si estuvieras en un cuarto oscuro donde tienes que encontrar la salida para obtener un premio, pero de pronto dices ‘ya no más’ y abandonas, para que cuando enciendan la luz te das cuenta de que estabas a tan sólo un paso de ganar.

No podemos evitar sentirnos desanimados, pero sí podemos cambiar la forma en la que nos sentimos y eso nos dará nuevas fuerzas para seguir. En mi caso han habido infinidad de veces en las que he dicho “¿Para qué seguir escribiendo?”, pero luego me doy cuenta de lo mucho que disfruto haciéndolo y al momento en el que vuelo a tomar la computadora para escribir todas mis razones para tirar la toalla se esfuman.

Muchas personas famosas como Bill Gates, Tomás Alba Edison, Steve Jobs, por nombrar a algunos, en algún momento de su vida quisieron tirar la toalla, por eso en esos momentos en los que sentimos los ánimos por los suelos hay una habilidad que nos puede ayudar a seguir adelante, no es una motivación adicional, aunque ayuda, ni tampoco es algo místico, sencillamente es ser disciplinado.

Ser disciplinado es hacer algo que sé que debo hacer aunque no tenga el ánimo para hacerlo; ser disciplinado es perseverar aunque no vea las cosas claras por el momento; ser disciplinado es precisamente forzarme a continuar aunque mi mente diga que “no tiene ganas” o “me siento desanimado”.

Así que si tú me preguntaras, ¿Qué puedo hacer en esos momentos en los que quiero tirar la toalla?, lo que puedo decirte es se disciplinado.  Algo que podría ayudar es preguntarse: ¿De quién es este desanimo?, definitivamente no es del vecino, es nuestro, y si es nuestro ¿Qué podemos hacer con éste?, ya que este sentimiento es de nuestra propiedad tendrá que de alguna forma sujetarse a nosotros.

Siempre habrá un momento en la vida en que vas a querer dejarlo todo tirado, y es en esos momentos en los que necesitamos ser más disciplinados, porque la disciplina es la clave para alcanzar nuestras metas.


Imagen cortesía de freedigitalphotos.net y Keerati

Crea tu momento



Por Abner Huertas




Una de las capacidades que tenemos los seres humanos es la de crear. Todos somos creativos en alguna área, aunque cuando hablamos de creatividad normalmente se piense en música o en arte. 

A lo largo de la historia, podemos ver cómo el ser humano ha ido evolucionando socialmente, en 1995 nadie hubiera pensado que algún día todos estaríamos conectados por una gran red, pero inventamos la internet. Como en el año 1800 nadie se hubiese imaginado que tendríamos vehículos motorizados, pero hubo alguien que se atrevió a crear algo nuevo desplazando al caballo.

Bueno, posiblemente te estés preguntando: ¿A qué viene todo esto?, bueno, todos somos creativos como te comentaba al inicio, eso quiere decir que tú tienes la capacidad de crear, y no sólo objetos inanimados, sino también tienes la capacidad de crear tu propia realidad y también tienes la capacidad de poder crear la forma en la cual te quieres sentir emocionalmente.

La creatividad nos ayuda a vivir los momentos más difíciles de nuestra vida. La creatividad nos ayudó de niños a jugar cuando no había alguien alrededor nuestro creando momentos inolvidables de ensueño. En otras palabras tenemos la capacidad de crear la forma en la que nos queremos sentir en el momento.

De acuerdo con Irvin Yalom en su libro sobre Existencialismo, cada uno de nosotros tenemos la capacidad de crear la forma en la que queremos sentirnos, sí y sólo sí, primero asumimos la responsabilidad sobre nuestro ser, especialmente sobre nuestras emociones.

En una ocasión alguien decía que siempre se sentía triste inconscientemente, no sabía porque se sentía de esa manera, alguien le preguntó: ¿De quién es esa tristeza inconsciente?, ¿Quién es su dueño?, a lo que la persona no supo que responder, hasta que después de unos minutos se dio cuenta de que ella es la dueña de esa tristeza inconsciente, por lo que al poco tiempo se dio cuenta de que es ella quien ha estado creando ese sentimiento de tristeza, y si ha podido crear ese sentimiento, ¿Por qué no crear sentimientos de alegría?

 Hay muchos problemas que  están fuera de nuestro control, no sabemos cómo otras personas se comportarán o cómo estará el clima o si nos irá bien en una negociación; ninguna de estas situaciones  las podemos elegir porque están fuera de nuestro alcance,  pero sí podemos crear la forma en la que queremos sentirnos porque eso está dentro de nuestro alcance.

Una de las razones por las cuales muchas veces creamos sentimientos negativos como de tristeza, ansiedad, enojos, entre otros, es cuando damos interpretaciones erróneas a lo que a ocurre a nuestro alrededor. Por ejemplo,  vemos a alguien hablando y rápido pensamos que es sobre nosotros y le agregamos que son cosas negativas, ahí creamos un sentimiento que daña nuestro momento. Muchos sentimientos negativos son creados por falsas  interpretaciones que damos a nuestro entorno.

Para finalizar, tú tienes el control de tus sentimientos, son tuyos y de nadie más. Los sentimientos negativos sin fundamento son creación nuestra, y si nosotros tenemos la capacidad de crearlos también tenemos la capacidad de hacerlos a un lado de crear momentos de alegría.


Tú tienes la capacidad de crear tu momento.

Imagen cortesía de freedigitalphotos y stockimages

domingo, 2 de noviembre de 2014

Lo que tú puedes ser



Por Abner Huertas


No sé si a ti alguna vez te dijeron: “Tú puedes ser lo que quieras en la vida.”, A mí me lo dijeron, pero ¿Será realmente cierto?, ¿Realmente podemos ser lo que nosotros queramos?.

En lo personal creo que la respuesta es ‘no’, “espera un momento, ¿Me estás diciendo que no puedo ser cualquier cosa  que yo quiera en la vida?”, me preguntarías, y te respondería que así es, no puedes ser cualquier cosa… pero la palabra clave es cualquier cosa.

Yo quisiera, es más, anhelo poder ser un cantante de opera, pero infortunadamente no tengo el don para cantar. En un tiempo quise ser cinta negra en karate, pero mis habilidades motrices son para otro tipo de deportes. Entonces, ¿qué es lo que puedes ser?, Tú puedes ser y debes ser quien puedes ser.

Sé que lo anterior se escucha como un trabalenguas, pero la verdad es que cada uno de nosotros puede hacer muy pocas cosas bien. Algo que he aprendido es a enfocarme en lo que sí puedo hacer bien para poder hacerlo con excelencia, y todo aquello que hago mal, pues hago el intento para ser quizá un promedio en eso.

En el libro “Ahora encuentre sus fortalezas” el autor nos hace la invitación siguiente: ‘Invierte en tus zonas de fortaleza y no en tus zonas débiles’, tú eres muy bueno para hacer muchas cosas, pero si las comparamos con las que no eres, o mejor dicho, con las que no somos buenos, creo que sería una diferencia abismal.

Muchas personas pasan años tratando de ser alguien quien saben que no pueden ser, lo único que se logra con esto es literalmente perder el tiempo, aunque sí puedes tener experiencias que posteriormente te podrán servir, pero se aprovecha más el tiempo cuando uno sabe se desarrolla en lo que uno es realmente bueno.


Por ello, mi invitación es a que busques desarrollarte en lo que eres realmente bueno, eso lo hace a uno estar por arriba del promedio, y créeme la gente no paga por promedio. Quizá tu no puedas ser muchas cosas, pero sí hay algo que tú puedes hacer muy bien, como lo diría Stephen Hakwin: “Siempre hay algo que tú puedes hacer en la vida y hacerlo con excelencia.”

Foto cortesía de freedigitaphotos.net y stockimages

Todos vamos a morir



Por Abner Huertas



Todos vamos a morir, eso es un hecho, y quizá es de la única cosa de la que podemos llegar a tener certeza en la vida. En algún momento nuestro existir cesará y lo único que quedará es un vago recuerdo en las generaciones que vienen después de nosotros, y es altamente probable que nuestro recuerdo en las mentes de los que estén con vida también llegue a su fin. La vida no terminará, tan sólo nuestro ser.

Todo ser humano tiene muchos miedos, que en muchos casos son infundados, el temor al rechazo, el temor al fracaso, el temor a iniciar algo nuevo; sé que tú podrías nombrar muchos temores de los cuales has sufrido o has visto en la vida de otras personas, y justamente el temor a morir es uno al que usualmente queremos ignorar, pero realmente estar consciente de que algún día moriremos nos puede traer grandes beneficios aunque no sepamos el cómo ni el dónde.

Estar consciente de que algún día vamos a morir, nos hace pensar en lo absurdo que son muchos de nuestros miedos, ‘no le digo nada porque me va a decir que no’, ‘mejor no intento mi empresa porque todos fracasan’, y así vamos creando excusas para evitar vivir, pero rara vez nos detenemos a pensar en qué pasará por nuestra mente el instante en que nuestra existencia se esté yendo de nuestro cuerpo.

Quiero por un momento llevarte a un experimento del pensamiento. Imagina por un instante que en el lugar donde te encuentras estás en tu últimos dos minutos con vida, sabes que ya vas a morir, ¿Qué pensamientos vienen a tu mente?, ¿Te sientes realizado por lo que has hecho hasta ese momento?, ¿Has visitado a quienes querías?, ¿Has dicho te quiero o te amo a quienes quieres decirlo?, ¿Le debes perdón a alguien?, saber que en cualquier momento vamos morir, nos da la libertad de ser la persona que podemos ser, y nos permite buscar vivir en la manera de lo posible, con paz interior.

Tener la plena consciencia de que vamos a morir, nos hace pensar en que estamos llenos de tonteras que no nos dejan crecer. Tener la plena consciencia de que vamos a morir nos hace decir: ¡Realmente no tengo nada que perder!. Tener la plena consciencia de que vamos a morir nos da la responsabilidad de llevar una vida bien vivida, trabajando en dejar algo para que quienes vienen detrás de nosotros se beneficien.

¿Qué quieres que digan tus hijos el día que te estén enterrando?, ¿Qué quieres que digan los periódicos?, intenta escribirlo, te garantizo que tu percepción de la forma de vivir cambiará, porque viviremos acorde a nuestros principios para que eso pueda ser una realidad.

El tiempo sigue su caminar inquebrantable, el tiempo es intolerante con aquellos que su sentido, propósito y metas dejan por un lado, porque el tiempo nos lleva siempre a un fin que sabemos pero deseamos ignorar, algo para lo cual quizá nunca estaremos preparados y que sinceramente quisiéramos no atravesar, la muerte; pero si podemos llegar a enfrentarla con un corazón fortalecido de que hemos vivido bien, y que dejamos algo en este mundo que nos dio el privilegio de experimentar que vivir es increíble.


Todos vamos a morir, eso es un hecho, pero también ten presente que si tú fuiste capaz de ganar la maratón de la vida, siendo el vencedor de casi un millón de posibles personas que podrían estar ocupando tu lugar, entonces… ya eres un vencedor, esfuérzate y vive increíblemente. 

lunes, 6 de octubre de 2014

El Poder del Pensamiento Negativo



Por Abner Huertas




Uno de los clichés que muchos de nosotros aprendimos desde pequeños es el que nos dice: “Hay que pensar en forma positiva” o “No hay que verle el lado negativo a las cosas”; y si bien es cierto que el pensamiento positivo es bueno, también tiene ciertos riesgos que pueden ser en detrimento para nosotros. Mi objetivo es que al finalizar este artículo podamos cambiar el paradigma de lo que es el pensamiento negativo.

Muchos nos venden la idea de que debemos ser siempre optimistas, pero un exceso de optimismo es capaz de darnos una ceguera temporal a aquellas cosas que pueden llegar a salir mal o a los riesgos que implica iniciar una determinada labor, así mismo el optimismo excesivo puede provocar una confianza irreal en uno mismo; y es precisamente para evitar esa ceguera temporal o un optimismo excesivo, que es útil el pensamiento negativo.

Primero que nada, el pensamiento negativo no es lo mismo que tener una actitud negativa, punto. Ahora, ahondemos más a qué me refiero con el pensamiento negativo y en qué se puede ver su poder.

El pensamiento negativo son los procesos mediante los cuales analizamos los posibles escenarios en los cuales algo pueda salir mal. Por ejemplo, un grupo de amigos está planificando un viaje a la playa que dura aproximadamente dos horas de trayecto, asimismo se espera poder quedarse a dormir allá. Una persona que sólo tiene el pensamiento positivo se centraría en lo bien que la pasarán y en que nada podría causar que algo salga mal. Una persona con un pensamiento negativo (más no una actitud negativa) es aquella que empieza a hacer preguntas como:

  1. ¿Qué pasa si pinchamos una llanta durante el camino?¿Llevamos llanta de repuesto?
  2. ¿Qué sucede si al llegar no encontramos un hotel dónde quedarnos?
  3. ¿Llevamos un botiquín de primeros auxilios por si algo pasa?
  4. ¿Llevamos todos un teléfono celular por si nos perdemos?
  5. ¿Qué hacemos si al lugar al que vamos no aceptan dinero en efectivo?

El pensamiento negativo tiene como fin primordial cuestionar las situaciones para encontrar cuáles podrían ser los posibles causantes de que un plan salga mal. ¿La diferencia con una actitud negativa?, es que ésta última se centra en que nada es posible de que tenga un final positivo dadas las causas negativas identificadas.

En otras palabras podemos agregar que el pensamiento negativo lo que busca es estar preparado por si una situación no deseada ocurre. Los resultados del pensamiento negativo se puede resumir en planes de contingencia, por ejemplo, nadie construye un edificio para que este se incendie, pero el pensamiento negativo se pregunta ¿Qué hacemos si el edificio arde en llamas?, esa pregunta conlleva a la elaboración de un plan para que estén preparados por si tal evento ocurre.


Como resumen concluimos que la actitud siempre es importante, y tanto pensar positivamente como negativamente, equilibradamente nos permite alcanzar nuestras metas. El pensamiento positivo nos da la visión, pero es el pensamiento negativo el que nos ayuda a poner los pies sobre la tierra y nos marca los posibles peligros para que estemos preparados por si llegaran a ocurrir.

Foto cortesía de freedigitalphotos.net y teerapun

domingo, 5 de octubre de 2014

Los Años Perdidos



Por Abner Huertas




Cada uno de nosotros tiene en su cuenta una serie de años pasados en los cuales ha tenido vivencias, algunas buenas y otras no tan buenas. Muchos hemos vivido años con experiencias de las cuales hubiésemos querido jamás haber vivido o años a los cuales nos decimos ‘¡Cómo no empecé antes!’ o ‘Si tan sólo me hubieran dicho esto cuando yo era un niño’, lo cierto es que todos tenemos algunos años a los que podemos llamar: Los años perdidos.

¡¿Cuántos años tenemos en nuestro pasado que quisiéramos recuperar?!, quizá muchos, pero ¿Cuántas veces nos pasamos la vida llorando por esos años perdidos de los cuales sabemos que jamás regresaran?, en lugar de enfocarnos en nuestros años dorados que estamos viviendo en la actualidad.

El añorar aquellos años perdidos lo único que provoca es estancamiento en nuestro ser, porque vienen a ser como un ancla en nuestras vidas que no nos dejan avanzar. Los años perdidos deben ser vistos más como experiencia adquirida para vivir el presente en nuestros años dorados para no cometer los mismos errores.

Los éxitos del pasado son buenos, pero están precisamente ahí, en el pasado. Los problemas que vivimos tienen su lugar también en el pasado. El momento en el que deseamos ser libres es cuando dejamos aquellos años perdidos en libertad y nos damos la oportunidad de vivir sin el anclaje que los años perdidos producen.

No gastemos nuestra vida recordando siempre el pasado. No gastemos nuestra vida añorando los años perdidos en los que usamos la palabra ‘hubiera’. No gastemos más nuestra energía pensando en lo bueno que fue el pasado y no el presente. No gastemos más nuestro ser en pensar que el pasado nos hizo daño.

No importa cuál fue nuestro pasado, nosotros tenemos la capacidad de decidir  retomar la responsabilidad por el control de nuestra vida y propósito para proseguir adelante viviendo los años dorados con un nuevo sentido de vida.

Imagen cortesía de freedigitalphotos.net y Salvatore Vuono


domingo, 31 de agosto de 2014

La Jornada: El Reto de Vivir



Por Abner Huertas




En nuestro diario vivir siempre nos encontramos con situaciones felices, realizaciones por lo que alcanzamos y vemos cumplir muchas de nuestras metas; pero también hay momentos en los cuales vemos que nuestra vida pierde el sentido, a veces dejamos de sentir el deseo o las energías para seguir adelante; y es que cada uno de nosotros sabe inconscientemente que  cada punto de nuestra vida puede marcar un hito para bien o para aprendizaje; y podemos decir que al conjunto de esas subidas y bajadas son nuestra jornada en la vida.

Si pudiéramos hacer un gráfico de nuestra jornada, veríamos que hay planicies cómodas donde quisiéramos estar por siempre, pero cuando tenemos un sueño, a lo lejos vemos que hay una montaña que escalar, y al llegar a la cima vemos que hay otra montaña más adelante pero para llegar a ella necesitamos cruzar valles y desiertos. Así es nuestra vida cuando tiene un propósito, está llena de victorias cuando llegamos a la cima, pero también tenemos esos momentos de aprendizaje cuando caemos a un desierto o a un valle de desolación.

En un artículo anterior discurrí contigo sobre el sentido, el propósito y el llamado en nuestra vida; estos tres son parte integral de nuestra vida porque nos acompaña en nuestra jornada en cada momento. El sentido en la vida es el valor que le agregamos a cada momento, es encontrar de forma intencional una razón por la cual vivimos independientemente de la severidad de la situación por la que pasamos. El propósito por su parte nos da la dirección que necesitamos, sabiendo que la dirección es como ver al horizonte, que puede que nunca alcancemos pero vivimos caminando hacia él con ánimo. Por último es el llamado que es para hacer algo especifico sabiendo que éste llegará en cualquier momento, en el menos esperado.

Nuestra verdadera jornada inicia cuando descubrimos nuestro propósito, que a pesar de que al principio este no parezca tan claro, porque con el tiempo se clarifica, comenzamos a avanzar. En la medida en la que vamos avanzando en nuestra jornada nos vamos encontrando con esos valles y desiertos de soledad y desolación que nos atormentan, nos decimos a nosotros mismos que queremos tirar la toalla, pero al final tenemos que saber que tenemos el libre albedrío de escoger cuál es el sentido para lo que nos sucede y la libertad de continuar viviendo nuestro propósito.

Lo interesante de ponernos en el camino de nuestra jornada es que al final esta se traducirá en nuestro legado, y por sobre todo en la máxima realización de nuestra vida.

Cuando era un adolescente y veía a otras personas que iban en su jornada me preocupaba por no tener dirección en mi vida. Con forme he ido madurando me he dado cuenta de que muchas veces uno se preocupa antes de tiempo. La jornada toma años, lustros o décadas; en sí, podemos decir que  nuestra jornada termina el día en el que morimos, y de nosotros depende el vivirla al máximo.

Cada parte de nuestra jornada tiene un tiempo de duración, y cada momento de gozo y tristeza llegará, pero tenemos que tener la calma y la paz de que alcanzaremos la realización  siempre que estemos trabajando en nuestro propósito.

Vivir la jornada en la vida para alcanzar la realización inicia saliendo de ese valle de confort y comenzar a subir la primera montaña, que no te miento, requiere mucho esfuerzo, pero toda la experiencia que adquieres en cada tramo de dolor te da la fuerza y la sabiduría para la siguiente prueba, y lo mejor de todo es que después podrás ayudar a aquellos que vienen detrás tuyo.

¿Estás triste y te alejas por problemas?, quizá estés un valle de soledad, sabe bien que tienes la opción de encontrarle un buen sentido a lo que estás viviendo y que tú tienes la responsabilidad de salir adelante; pero por sobre todo ten presente que esa experiencia será de gran ayuda para futuros valles.


Envejecer es obligatorio, pero madurar es opcional. Maduras cuando vas caminando en tu jornada de la vida y sin importar de que sientas el deseo de abandonarla… siempre te das la oportunidad de continuar. 

Salud Integral



Por Abner Huertas





Todo nuestro ser funciona de manera integral, si una parte está enferma todo nuestro ser se adolece.  Para darnos una idea de qué conforma nuestro ser integral, podemos separarlo en: nuestra mente, nuestro cuerpo y el espíritu; cuando hablo del espíritu me refiero más a nuestra conciencia, eso que marca la diferencia entre nosotros y los animales; y es por ello que cuando hablamos de salud integral nos referimos precisamente a mantener un buen estado de salud o un buen equilibrio de nuestra mente, cuerpo y espíritu. 

Nuestro cuerpo es la parte visible. El cuerpo es el que envejece con el tiempo y dependiendo del cuidado que le damos día a día, así será cómo lucirá a través del tiempo. La salud de nuestro cuerpo se cultiva por medio de lo que comemos, el ejercicio que hacemos y el descanso que le damos, si lo descuidamos entonces pagamos las consecuencias teniendo un impacto tanto en el cuerpo como en nuestra mente y espíritu.

Nuestra mente es la que gobierna gran parte de lo que hacemos. Es la que nos ayuda a razonar y la que nos ayuda en la toma de decisiones. Una mente sana es aquella que es alimentada también de buenos “alimentos”, tales como  buenos libros, buenos mensajes, buenos pensamientos entre otros,  pero ésta también puede enfermarse, la depresión, la ansiedad y el estrés tienen un impacto primordial en nuestras mentes, lo cual posteriormente se refleja en nuestro cuerpo; la hiperreflexión incorrecta sobre las cosas nos puede alterar el equilibrio de nuestra mente y por efecto también de nuestro ser.

Nuestro espíritu, por su parte, es ese aspecto en nosotros que  nos hace diferentes en nuestra forma de pensar. Es dónde está esa parte mágica de nosotros, la consciencia de nuestra existencia, de que tenemos un propósito y un sentido por el cual vivir. Algunos podrían pensar que el espíritu no podría llegar a padecer de algún tipo de “enfermedad”, pero cuando perdemos la esperanza por la vida, olvidamos nuestro propósito o en otras palabras llegan nuestras dudas existenciales, ahí hay una “enfermedad” en el espíritu, la cual también se verá reflejada en nuestra mente por pensar hiperreflexionar y nuestro cuerpo también lo sentirá al tener un letargo o perder el deseo de seguir adelante.

Entonces, cuando hablamos de salud integral tenemos que tener claro que abarca tanto el cuidar de nuestro cuerpo, cuidar de nuestra mente y tener claro el sentido de nuestro ser. Si pudiéramos definir que la vida equilibrada es un triángulo de tres lados iguales, donde cada lado representa una de estas partes, cuando uno de los lados crece o decrece mucho, entonces se ve afectado todo nuestro ser.


¿Qué podemos hacer?, para nuestro cuerpo sabemos lo que hay que hacer y cómo cuidarlo; aunque a veces nos gusta hacernos los ignorantes. Lo mismo con nuestra mente, sabemos qué podemos hacer para mantener una mente fresca y con pensamientos correctos;  con nuestro espíritu es tener siempre la convicción de nuestras creencias, encontrar cada día el sentido por el cual vivir y tener un propósito por el cual estamos con vida.



Foto cortesía de freedigitalphotos.net y StuartMiles

domingo, 3 de agosto de 2014

El Sentido, el Propósito y el Llamado en Nuestra Vida



Por Abner Huertas




Uno de los temas que más me han apasionado durante los últimos años es el Propósito; algo de lo que he escrito en el blog de Integridad de Oro, como en mi libro “El Crecimiento de un Líder”, y es que este tema es por demás muy interesante, es nuestra vida en sí, pero al mismo tiempo comencé a pensar más detenidamente en otros dos temas que abarcan nuestras vidas: el sentido y nuestro llamado.

Realmente es interesante cuando pensamos en el Sentido de nuestra Vida, pero cuando lo cruzamos con el Propósito  nos puede poner a pensar en cuál es la diferencia entre ambas, y si a esto le agregamos el Llamado de Nuestras vidas entonces tenemos una triada interesante, pero al mismo tiempo puede resultar ligeramente confusa.

He llegado a la convicción después de muchos años que entre más pronto en la vida conozcas cuál es tu propósito, entonces tendrás más tiempo para tomar las decisiones para convertirte en la persona que puedes llegar a ser; pero el propósito se queda solo y no lo está.

El Propósito es un estilo de vida, es una forma de vivir en la cuál tú y yo adoptamos un determinado rumbo de crecimiento. El Propósito integra nuestros talentos, dones hasta inclusive nuestras debilidades; pero lo más importante es que nos ayuda a enfocar nuestros esfuerzos en un fin en particular, sin embargo, sabemos que la vida no es fácil, ¡Imagina si todo fuese sencillo de realizar!.

Cuando a la vida nos toca situaciones difíciles; situaciones en las cuales queremos dejar todo tirado por un lado, o que llegamos a dudar de nuestras propias convicciones, entonces es aquí donde sale el Sentido que le damos a nuestra vida.

El Sentido de nuestras vidas está enfocado en la mentalidad que tenemos ante este tipo de situaciones retadoras; el sentido de nuestra vida es el valor que le damos a lo que acontece y en particular es encontrar el oro inclusive donde parece no estarlo.

Como comentaba en un artículo anterior sobre el Sentido de la Vida: para poder encontrarle podemos valernos de tres herramientas, las cuales también aplican para el Propósito, estas son: la creatividad, la experiencia y la actitud.

La creatividad es crear ese sentido utilizando todas las herramientas que tenemos como lo son nuestros talentos; la experiencia es cómo podemos aplicar todo lo que hemos vivido antes; La actitud pues es la actitud que tomas para afrentar las cosas.

Como puedes ver el Propósito es quien determina la dirección y el estilo de vida que lleves; el Sentido es el valor que le das a las situaciones más difíciles de tu vida; pero ahora viene el tercero, y éste es el Llamado.

El Llamado es el resultado de la preparación que has tenido con tu propósito de vida y del Sentido que le has dado a lo que has vivido. El Llamado es para algo específico.

Déjame contarte una historia que ilustra estas tres partes importantes de nuestra vida: En una ocasión había un doctor que estaba casado, desde muy joven le había gustado poder atender a personas que necesitaban ayuda, esto lo motivó a querer estudiar medicina, así que durante mucho tiempo estudió y se preparó, comenzó a actuar como doctor hasta el día en el que se graduó. A lo largo de los años encontró que quería atender a un grupo especial de personas, razón por la que se especializó en ese grupo, algo que lo convirtió en un médico reconocido.

Infortunadamente su esposa falleció y el doctor quedó dolido hasta el punto en el que dejó de atender su clínica; los pacientes se asombraban de ya no ver al doctor. En una ocasión conversando con un amigo, el doctor le dijo que ya no tenía sentido su vida porque había perdido a la compañera con la que había convivido durante todos estos años. Su amigo le realizó una pregunta: “¿Qué hubiese sucedido con tu esposa si tú hubieras fallecido primero?”, el doctor se quedó pensativo durante un buen momento, hasta que logró responder: “Creo que ella hubiera sufrido más que yo, además dependía mucho de mí para hacer varias cosas.”, Esta revelación le dio al doctor un Sentido al porqué su esposa falleció primero, después de esto pudo continuar con la atención de su clínica.

El Propósito del doctor estaba claro, su preparación le ayudó a estar listo cuando encontró su Llamado, pero el Sentido de su vida es algo que siempre tendría que valorar ante cada situación que se le presentara.

Algunos dicen que encontrar el Llamado puede tomar tiempo, porque necesitas estar listo, necesitas madurez en la vida, así que si sientes que no encuentras tu llamado, ¡vive primero tu propósito!. El Propósito también puede tomar tiempo, yo lo encontré  a los treinta años, en tu caso puede ser antes o quizá después, tan sólo nunca te rindas en buscar.

Y pues el sentido de la vida… es algo que siempre tendremos que encontrar ante cada situación que se aparezca.


Fotografía cortesía de FreeDigitalPhotos.net y Graur Codrin


¿Qué significa dar un Valor Agregado?




Por Abner Huertas





Alguna vez te has puesto a pensar: ¿Qué significa dar un valor agregado?. Esta pregunta me ha hecho meditar durante las últimas semanas, lo cual me ha tomado tiempo para pensar en lo que  realmente significa. Habitualmente estamos acostumbrados, o al menos en mi caso y algunos que se dedican a dar asesorías, a decir la frase o escucharla con frecuencia.

Personalmente considero que decir: “Da un valor agregado” se ha convertido en un cliché que siempre esperamos escuchar, el problema radica cuando nos centramos únicamente en este “valor agregado”, ya que dejamos por un lado las necesidades reales de la otra persona.

Mientras pensaba en el tema del Valor Agregado, recordé la famosa pirámide de necesidades de Abraham Maslow se puede dividir las necesidades de una persona en cinco etapas:


  1. Fisiológicas: Como la comida, el sueño, etc.
  2. Seguridad: Sentirse seguros de donde una persona está.
  3. Amor y pertenencia: Todos queremos sentirnos queridos y que pertenecemos a algo.
  4. Autoestima: Cuando ya hemos satisfecho las necesidades anteriores entonces podemos tener autoestima.
  5. Realización: La realización se logra después de satisfacer las necesidades básicas.


Después de pensar detenidamente en esta pirámide, me enfoqué nuevamente en la frase: “Valor Agregado”, y en lo que observo es lo siguiente: El Valor Agregado es únicamente visible cuando se han satisfecho las necesidades básicas de las personas a las que deseamos agregar valor; desde una perspectiva como asesor puedo decir que: sólo se le puede agregar valor a un cliente cuando las necesidades básicas de lo que éste espera están satisfechas.

Pensémoslo por un momento, si las necesidades básicas no están satisfecha, aunque nuestras acciones ofrezcan mil Valores Agregados, las personas o clientes a quienes queremos agregar valor, no lo verán.

En nuestras relaciones con las personas podemos dar ese valor agregado cada día, pero nuevamente, este sólo será aceptado cuando las necesidades básicas se han satisfecho.

Nuestro enfoque tiene que ser primero satisfacer la necesidad básica; segundo, dar ese valor agregado para que sea realmente visible.

Entonces, volviendo a la pregunta del inicio: ¿Qué significa dar una valor agregado?, mi repuesta es: “Dar un aporte adicional posterior al haber satisfecho las necesidades básicas de la otra persona, o si eres asesor como yo, del cliente.”


Foto cortesía de FreeDigitalPhotos.net y FrameAngel

domingo, 6 de julio de 2014

El Precio del Liderazgo



-Por Abner Huertas



“Todos queremos los privilegios que trae el liderazgo, pero no quisiéramos tener que pagar el precio.” 

Durante mucho tiempo me he percatado como muchas personas, y porqué no decirlo también yo, han buscado ser líderes por el simple hecho de tener los privilegios que el liderazgo puede llegar a dar, tales como: ser reconocido, ser respetado, tener ciertas prioridades como un buen lugar de parqueo, o preferencias cuando se está esperando en una larga cola, en fin, puede existir un sinfín de privilegios más.

¿Pero qué sucede cuando hablamos del precio que hay que pagar por el liderazgo?, si meditamos bien el hecho de ser líder, ¿Por qué alguien querría ser un líder?, grandes líderes a través de la historia han tenido que pagar el precio que esto contrae. 

Tomemos por ejemplo a Martin Luther King, para mi uno de los más reconocidos líderes del siglo pasado, el luchó contra el racismo y estuvo dispuesto a pagar con su vida con tal de que ese sueño se hiciera realidad. O tomemos por ejemplo al General Dwight D. Eisenhower, quien fue uno de los comandantes de la segunda guerra mundial y quien tuvo que tomar decisiones difíciles como la de enviar a cientos de jóvenes a una posible muerte.

Muchos pueden llamarse líderes, pero son pocos los que estarían dispuestos a morir por sus ideales o tomar decisiones realmente difíciles como las del General Eisenhower. Los grandes líderes saben que el precio de su liderazgo se traduce en tomar decisiones que beneficiarán a algunos y a otros no, pero también saben que el precio del liderazgo incluye que en algún momento podría tener que  dar su vida por un ideal, un gran líder sabe que parte del precio es que  siempre habrá personas que hablarán mal de su liderazgo, sin embargo, sigue hacia delante porque tienen una convicción.

Los líderes saben que su visión no siempre será compartida, que los confrontarán, que muchos los difamarán y que habrá noches en las cuales llorarán en soledad; un líder me dijo en una ocasión, “Los líderes muchas veces  lloran solos”, porque si sus seguidores lo ven derrotado ellos se sentirán derrotados. En muchas ocasiones el líder tiene que sacar fuerzas de su flaqueza para que sus seguidores sientan confianza en que pueden lograr lo que se proponen.

El liderazgo tiene un precio, y muchos no están dispuestos a pagarlo. ¿Te gustaría ser un líder?, ¡espero que sí!, ¿Sabes por qué?, porque los grandes cambios que han habido en nuestra sociedad han sido realizados por líderes que han estado dispuestos a pagar el precio del liderazgo, y eso se ha convertido en un legado que durará por muchos años.

Pagar el precio de liderazgo es una inversión que haces en los demás y algún día de una forma u otra cosecharás sus frutos.


Atrévete a pagar el precio del liderazgo.

Tres Características Incuestionables de Quienes Agregan Valor a los Demás



-Por Abner Huertas





Cada uno de nosotros aspiramos a ser alguien que agregue valor en la vida de los demás. De una forma u otra buscamos la forma de influir en sus vidas, aportándole algún consejo que los ayude a ser mejores personas o sencillamente motivándolos a ser mejores, sin embargo, muchas veces podemos llegar a obtener resultados opuestos a los que esperábamos, y no porque nuestras intenciones sean las incorrectas, sin que es  porque muchas veces carecemos de las 3 cualidades incuestionables que tiene que tener una persona que desee ser de valor para otros.

Para que podamos tener una perspectiva de estas tres cualidades pensemos por un momento cuando nosotros hemos estado en situaciones en las cuales esperamos el apoyo de alguien para que nos ayude a “desatascarnos”, la gran mayoría de personas estarán dispuestas a aconsejar, pero ¿Por qué no sentimos que eso nos ayude?, claro está que siempre habrán buenos consejos, no lo niego, pero en la mayoría de las situaciones lo que esperamos es que la otra persona comprenda nuestra situación y que nos ayude a que nosotros mismos encontremos las soluciones.

Pero habitualmente con quienes hablamos se apresuran a proferir un consejo, y lo hacen con buenas intenciones, el problema radica en que la mayoría de consejos se realizan de acuerdo con la perspectiva del mundo que tiene la otra persona, y en muchas ocasiones, esa perspectiva no se adaptará a nosotros, a menos que la persona que nos lo esté diciendo sea nuestro mentor, pero hablaremos de los mentores en otro artículo.

Con lo anterior no te quiero decir que sea incorrecto o malo que escuchemos diferentes perspectivas, al contrario, eso es bueno siempre que tengamos el criterio suficiente para identificar si se adapta o no a nosotros.

Ahora, qué es lo que esperaríamos al momento de hablar con otra persona, y también qué esperarían otras personas al hablar con nosotros para que puedan recibir un valor agregado, pues aquí es donde están las tres cualidades incuestionables de una persona que quiera agregar valor en la vida de los demás.

Primera característica: Saben escuchar.

En una ocasión escribí un artículo sobre El Arte de Escuchar. Todos sabemos la importancia que tiene el saber escuchar, sin embargo, no todos saben cómo escuchar. 

Existen diferentes técnicas que nos pueden ayudar a aprender a escuchar mejor, entre ellas están la escucha activa, la escucha con  empatía, la escucha reflejo, entre otras. Todas tienen un grado de diferencia, pero en algo que todas coinciden es en que la otra persona es quien tiene que tener el mayor tiempo “al aire”, es decir, es ella quien tiene que hablar más y nosotros menos.

En la escucha lo que buscamos es realmente escuchar lo que la otra persona está diciendo, dejando por un lado nuestra propia definición de las cosas, o dejar de pensar en qué le voy a decir, o inclusive evitar pensar que los problemas de la otra persona son poca cosa, ya que lo que para ti puede no ser un problema para la otra persona sí lo es.

Segunda característica: Saben preguntar.

Una persona que agrega valor a la vida de las demás personas sabe hacer buenas preguntas. Una frase que se le acredita a Albert Einstein dice que sí debiera resolver un problema en una hora, dedicaría cincuenta y cinco minutos a pensar la pregunta correcta, porque con ésta resolvería lo resolvería en cinco minutos.

El poder de las preguntas es capaz de desatar las cadenas que yacen internamente en la vida de otras personas. No es lo mismo preguntar, ¿Qué tal ha sido tu vida hasta el momento?, que preguntar ¿Cuáles han sido los momentos más grandiosos que han ocurrido en tu vida?, las dos preguntas dan respuesta, pero la segunda provoca un proceso de introspección más profundo.

Algunas reglas al momento de hacer preguntas son que las mismas deben de estar dirigidas a lo que la otra persona está expresando. Hay que evitar hacer preguntas de dirección, que son las que se usan para forzar a otra persona a ver nuestro propio punto de vista, por ejemplo: ¿No crees tú que eso que hiciste es incorrecto?, esa es una pregunta, pero es incorrecta porque estás asumiendo algo, eso hay que evitarlo.

Tercera característica: Tienen empatía.

Una persona que no cree en la humanidad no puede agregar valor. Para ser una persona que agrega valor debes tener empatía con las demás personas. Las definiciones populares nos dicen que es acompañar una milla más, ponerse en los zapatos de la otra persona, ver lo que ellos ven, sentir lo que ellos siente, entre otras.

Cada persona es diferente, nuestra percepción del mundo es diferente en cada persona. Cada mente es un mundo distinto, de la misma forma como un doctor no le prescribe aspirina a todos los que llegan a su consulta, nosotros que queremos agregar valor a los demás no podemos actuar de la misma forma con cada persona. 

Lo que para ti es un problema, para otra persona no lo es; y lo que para otra persona es un problema, quizá para ti no lo es. Entonces lo que nos queda es mostrar empatía. Ahora bien, mostrar empatía no es sinónimo de complacencia, ya que habrá situaciones en las que evidentemente hay algo que socialmente no es aceptado, y en esos casos nuestros valores deben estar firmes. Pero en los casos donde lo que alguien busca es que le agreguen valor, entonces la empatía es incuestionable.

En Conclusión

En ningún momento he mencionado que la persona debe ser un gurú en algún tema específico. Eso solo es conocimiento, y aunque es bueno, no es una cualidad incuestionable, aunque sí es importante que al agregar valor se haga donde sí podamos.

Como podrás concluir una persona que desee agregar valor debe, y déjame escribirlo nuevamente y con mayúsculas, DEBE poseer estas tres cualidades incuestionables*:

  1. DEBE saber escuchar.
  2. DEBE saber preguntar.
  3. DEBE mostrar empatía.

*Sigue los enlaces para leer más sobre cada tema.

sábado, 28 de junio de 2014

Cinco lecciones que he aprendido a los 35






Hace algunos años escuché a una persona decir que la madurez se adquiere a través del aprendizaje de nuestros errores, de empezar a pensar más en los demás sin pensar de uno menos y de la forma en la cual llegamos a ver los problemas de la vida.

La parte que me dio gracia sobre lo que decía es que la madurez no viene con la edad, la edad viene como parte de nuestra naturaleza, la madurez es intencional. Ahora que he llegado a cumplir treinta y cinco años, aún puedo decir que he logrado alcanzar un cierto grado de madurez en algunas áreas de mi vida, pero en otras no, lo cual es una muestra clara de que siempre tendremos campo para mejorar.

Sin embargo, puedo decir también que durante este tiempo, en especial mis últimos cinco años, he aprendido muchas lecciones las cuales quiero compartir contigo. Estas lecciones van dirigidas para mis amigos y amigas que están empezando los veintes, y sí tú ya estás como yo en los treintas podrás darte cuenta de la verdad en lo que digo, y sí estás en los cuarenta o más te invito a que compartas tus lecciones para que los que vamos hacia allá podamos aprender.

Lección #01: La vida es una sola y se debe disfrutar

Antes de cumplir los treinta años, pensaba que la vida era para hacer dinero, esa es una etapa en la cual uno empieza a independizarse yendo en la búsqueda de los sueños, pero hay algo en lo que entre más joven eres menos piensas, en la muerte.

Estamos acostumbrados a ver que las generaciones pasan, pero no nos detenemos a pensar en que nosotros también llegaremos a pasar algún día y que seremos nosotros a quienes recuerden; es muy posible que a quienes tú recuerdas ahora, nadie más los volverá a recordar.

 Después de los treinta aprendí que realmente se tiene el regalo de la vida para vivirla una sola vez. A veces quisiéramos que la vida  fuera como en los juegos de video que tanto disfrutaba antes de los veinte, cuando perdía aparecía el mensaje, “Ingresa una moneda para continuar”, infortunadamente nuestra vida física no tiene un “continuar” desde el día en el que debemos dejar nuestra existencia.

Por eso cuando tu mentalidad es que tienes una sola vida, y hay que vivirla bien, se llega a apreciar la vida de otra manera; cada amanecer se ve como un regalo, en cada anochecer ves a las estrellas, la luna la inmensidad del universo y te das cuenta de que vivir es increíble.

También te das cuenta de la importancia de dejar un buen legado, porque como diría Charles Chaplin la vida es como una obra de teatro que cuando cae el telón no volverás a salir, pero las personas sí recordarán cómo fue tu actuación. 

¡Vive tu vida bien!, siembra en los demás, vive como si hoy fuese tu último día sobre la tierra pero mantente hambriento por aprender como si fueses a vivir por siempre.

Lección #02: Tú edad va avanzando pero tu mente se mantiene hambrienta

Cuando era menor de edad, veía a las personas que tenían treinta años como personas “viejas”, ahora que estoy en los treinta las veo como jóvenes, podríamos decir que es una regla de la vida, entre más joven eres y vez a alguien con más de diez años de diferencia los ves más viejos.

Una frase que siempre me ha gustado para explicar este punto es la siguiente: “La vida es como un rollo de papel, mientras más  se va acercando al tubo de en medio, más rápido se siente que se acaba.”, Entre más joven eres más difícil será comprender esta frase, pero mientras vas creciendo te vas dando cuenta de lo cierta que es.

No podemos detener el paso del tiempo en nuestras vidas, pero si podemos mantener un espíritu creativo, curioso, infantil en lo que se refiere a aprender cosas nuevas. Un filósofo que estaba a punto de ser ejecutado escuchó a una persona cantar una canción, él le pidió que se la enseñara, esta persona le dijo que para qué quería aprender la canción si estaba a punto de morir; él le respondió: pero moriré sabiendo algo más.

En una ocasión conversaba con un orador, él me preguntó: Abner, ¿Puedes comprar la experiencia?, al oír la pregunta no supe que responderle, luego él agregó: Cuando lees un libro o escuchas hablar a otra persona sobre las circunstancias que ha pasado, ahí estás comprando experiencia.

Por eso siempre mantente hambriento por aprender.

Lección #03: Sí tú no armas tu plan de vida, terminarás trabajando para el plan de alguien más

Durante mis viajes he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas; cuando he tenido la oportunidad de hablar con ellas, de forma personal, les he preguntado ¿Cuánto disfrutan su trabajo?, es increíble pero la mayoría me ha respondido que no le gusta lo que hace, que prácticamente es un martirio el salir a trabajar y que únicamente lo hacen para sobrevivir.

Muchas personas llegan a más de los treinta o llegan a su retiro habiendo trabajado en algo que nunca les gustó, porque en su mente estaba otra idea, tenían sueños y anhelos que nunca hicieron lo posible para que fueran una realidad.

La vida no siempre nos dará la “suerte” de que nuestros sueños se cumplan, pero hay muchas cosas que nosotros podemos hacer para “forzar” a que algún día se hagan realidad. Una vez escuché a alguien decir que si no te gusta tu trabajo tendrás que aguantarlo, pero en tus ratos libres accionar con pequeños pasos que en algún momento te puedan poner frente a la puerta de tu sueño.

Por eso aprendí esta lección valiosa: Sí tu no haces lo posible por acercarte a tus sueños, en vivir tu propósito y forzar a que algún día vivas realizado, entonces estarás trabajando para hacer realidad los sueños de alguien más.

Lección #04: La madurez no llega con la edad

La madurez no llega con la edad. La edad llega sola, la madurez es intencional. Con esta frase abrí este artículo, y déjame decirte que es algo tan cierto. Una persona puede tener más de cincuenta años y ser inmadura, mientras que otra puede tener veinte y ser más madura.

La madurez es intencional, se adquiere conforme las experiencias de la vida, pero no sólo por las experiencias, sino por la aplicación de las lecciones que uno va aprendiendo. Lo mejor es aprender de la historia, es decir, de las experiencias de otros y aplicar esas lecciones en nuestras vidas, como cuando te decía sobre comprar la experiencia.

Infortunadamente, como buenos jóvenes tendemos a pasar por alto las lecciones que otras personas han pasado, y volvemos a caer en los mismos errores. Por eso, algo que he aprendido es a aprender de los errores de otras personas de forma intencional, aunque quisiera decirte que soy un buen aprendiz, pero aún no lo soy, pero sí sé que cuando aplico las lecciones de otros me ahorro muchos problemas.


Lección #05: Vivir tu propósito es un estilo de vida

Algo que he marinado durante años en mi mente es la idea de que el propósito de nuestras vidas es un estilo de vida que intencionalmente adquirimos, y ahora estoy más convencido de ello; pero como cualquier estilo de vida está lleno de retos que nos provoca que hayan momentos en la vida que lleguemos a dudar de este.

Han sido muchas las ocasiones en las que he querido dejar Integridad de Oro a un lado, luego recuerdo la razón por la cual hice este compromiso con mi persona y vuelvo a tomar las riendas. Es normal que en cualquier momento de tu vida te vuelvas a preguntar si estás en lo correcto, lo malo es dejarte dominar por el temor y dejarlo tirado todo.

Algo que me ha llenado de esperanza es un estudio que leí sobre la jornada hacia la realización que han hecho grandes personajes, y en la mayoría de ellos comenzaron a ver los verdaderos frutos en etapas de mayor edad en sus vidas, pero todos mantenían un mismo patrón: seguían caminando a pesar de sus dudas.

Si tú aún estás lleno de dudas he inquietudes acerca de tu vida, sobre cuál será tu propósito o tu llamado, lo que puedo decirte es que sigas en la búsqueda para descubrirlo, porque llegará el momento en el cuál vendrá como si fuera una revelación para tu vida, sólo debes estar atento.  ¡No te rindas!, y si caes vuelve a levantarte, porque si te dejas rendir vendrán los años plateados en los que digas: ¡¿Por qué no seguí intentando?!, ¡Sigue adelante!.



sábado, 31 de mayo de 2014

Tú eres creativo



-Por Abner Huertas






"Las personas más creativas están dispuestas a trabajar en la sombra de la incertidumbre."-Ed Catmull


Siempre he admirado a aquellas personas que realizan obras de arte increíbles, desde los pintores más famosos hasta aquellos artistas de las calles que denotan gran talento; a aquellas capaces de componer las más exquisitas obras musicales desde personajes como Beethoven, Mozart y también a muchos músicos que no son conocidos, como aquellos que son capaces de ejecutar música con botes, platos o cosas que encuentras en la calle; también he admirado a aquellos que pueden escribir los versos más impresionantes y hermosos que uno pueda imaginar, todos ellos tienen una palabra que tú yo estaríamos de acuerdo… son creativos.

Cuando aún era un adolescente me preguntaba porque no podía ser una persona creativa, a veces veía a personas como las que te comentaba y me decía “vaya, ¡Sí que son creativas!”, y posteriormente agregaba “¡Como quisiera poder ser creativo!”,  pero por si no lo sabías, la creatividad no es sólo de este tipo de personas, la creatividad va mucho más allá de tan sólo lo que se puede ver a simple vista.

En una ocasión me realizaron una pregunta interesante, “Mencióname una característica que Dios nos dio igual a él”, y para serte franco no le supe responder, me vio y agregó: “Dios nos dio la capacidad de crear, nos hizo creativos”.

La creatividad es una capacidad impresionante que todos tenemos, incluyéndonos a ti y a mi, ¡¿No es esto increíble?!, ser creativo es en muchos aspectos de nuestra vida, la creatividad es una capacidad innata que tenemos para poder crear cosas nuevas, cosas que quizá solo existan en nuestra cabeza.

Permíteme darte un ejemplo. Hace algún tiempo cuando recién me iniciaba en el mundo laboral, trabajaba como programador de computadoras, en ese entonces siempre nos ponían un reto para afrontar, poder realizar algún programa que hiciera alguna tarea predefinida, ¿Sabes cómo lo resolvíamos?, sí, con creatividad, en ese entonces por mi mente no hubiera pasado que eso es creatividad, ya que como discurría al inicio, tendemos a creer que la creatividad es algo como los pintores, músicos o escritores, lo que ellos tienen es un talento diferente al tuyo y aplican ahí la creatividad.

No importa cuales sean tus talentos tú eres un creativo en ellos. Si eres un administrador de empresas y creas una nueva forma de gestión, eres un creativo; si eres una secretaria y creas una nueva forma de llevar el control de las actividades de tu jefe, eres una creativa; si eres un médico y encuentras una nueva forma de atender a tus pacientes, eres un creativo; así podría seguir con cualquier profesión.

Si me preguntaras cómo podría ser más creativo, realmente sólo podría decirte atrévete a crear, el miedo a crear nuevas cosas nos detiene la creatividad, el status quo y el deseo de seguir a las masas detiene nuestra creatividad, nuestra incapacidad de ir en contra de la corriente, en algunas ocasiones, nos destruye la creatividad, en otras palabras el pensar demasiado como adulto detiene tu creatividad porque nos hace sentir “vergüenza” del qué dirán.

Para ser creativo debes tener la libertad de pensamiento que tiene un niño, alguien que no le importa que le digan que lo que está haciendo no tiene sentido, la razón por la que perdemos muchas veces nuestra capacidad de ser creativos es precisamente por dejar que la razón tome el control absoluto de nuestras vidas, la razón es buena pero siempre es bueno un poco de locura que nos permita crear; tener la capacidad de imaginación que nos muestre aquello que no se ve en el mundo real para después ir hacerlo una realidad.

En otras palabras la creatividad está a tu alcance sin importar cuál sea tu profesión, estudio, edad, raza, sexo o religión, tan sólo empieza a crear.


¿Te atreves a mostrar un poco de locura para que nazca tu creatividad?