sábado, 5 de abril de 2014

Atraes lo que eres, no lo que quieres



-Por Abner Huertas



Hace algún tiempo escuchaba a una persona decir lo cansada que se sentía porque siempre que conocía a una nueva pareja era prácticamente igual a la anterior, nunca consigo a alguien diferente, me decía, cada persona que conozco siempre me deja una herida por sus actitudes.

Al igual que esta persona muchos de nosotros, incluyéndome yo, nos hemos enfrentado ante situaciones en la vida en las cuales vemos que siempre ocurre un mismo patrón, atraemos siempre el mismo tipo de personas o situaciones a nuestras vidas.

Algunas  de las preguntas que saltan al ocurrir estos patrones son: ¿Por qué atraemos siempre lo mismo?, ¿Por qué no puedo atraer a una buena pareja? O  ¿Por qué no puedo atraer otro tipo de amigos?; considero que una respuesta es como diría James Allen, “Atraemos los que somos, no lo que queremos.”

¿A qué nos referimos con esto?, meditemos por un momento, cuando una persona es músico ¿Qué tipo de personas atrae?, sí, músicos, Cuando alguien le gusta leer atrae a otras personas que les gusta leer, las aves de un mismo plumaje vuelan juntas, dice un proverbio. Es por ello que cuando nos damos cuenta de que siempre atraemos más de lo mismo, y eso no nos gusta, en lugar de culpar lo exterior, veamos en nuestro interior.

Quizá la pregunta principal, sin ánimo de querer filosofar,  sea la siguiente: ¿Qué somos?, o más puntualmente ¿Tú quien eres?, ¿Cómo te describirías?, cada una de nuestras actitudes, talentos o comportamientos  es vista por los demás y de alguna manera cada una de éstas es atrayente para alguien más. Entonces, ¿Qué somos?.

Considero, a criterio personal, que nosotros somos lo que son nuestros pensamientos. Listo ya está, eso es. ¿Por qué lo digo?, porque la raíz de nuestros comportamientos, de nuestras creencias, de lo que esperamos para nosotros proviene de nuestra mente. Lo que nosotros creemos de nosotros eso somos.

Todo lo que tú creas de ti también se reflejará en las personas que atraes a ti. Lógicamente, esto no se queda únicamente en un pensamiento, sino en lo que nuestro comportamiento observable refleje lo que hay dentro de nosotros.

Por eso cuando queremos atraer mejores cosas para nosotros el primer lugar que debemos analizar son  nuestros pensamientos  y establecer un plan de cambio que se traduzca en una conducta observable, es un proceso que toma tiempo, y debes ser paciente; en la medida que tus pensamientos y comportamiento vayan cambiando, todo lo que ya no aplique a tu nueva forma de ser se alejará y vendrán nuevas. Es cómo el caso de jóvenes que toman la decisión de convertirse de estudiantes promedio a estudiantes excelentes, ¿el resultado?, muchas amistades de estudiantes promedio se alejan y comienzan a llegar los que son estudiantes excelentes.

Una vez alguien me dijo: ¿Cuánto te gustaría ganar?, piénsalo por un momento, ¿lo tienes?, le respondí que sí, entonces me replicó: entonces haz amistad con personas que ganen esa cantidad. Tú formas tu ambiente, si sigues pensando de la misma manera, te comportarás igual y por eso atraerás los mismos resultados y en este caso seguirás ganando lo mismo.

Para atraer lo mejor a tu vida primero hay que hacer un cambio de pensamiento para ser una persona que atraiga lo que tú buscas.

Recuerda: “Atraes lo que eres, no lo que quieres.”


Fotografía cortesía de freedigitalphotos.net y Stockimages


El arte de escuchar



-Por Abner Huertas


Arturo: Claudia, ¿Estás bien?Claudia: No, me siento triste porque quisiera poder hacer algo diferente y…Arturo: ¿Y por qué no lo haces?, mira el problema que tienes es porque siempre haces las mismas cosas, lo que tienes que hacer es pararte y buscar hacer algo diferente sino siempre vas a…

***
¿Te parece familiar el dialogo anterior?, ¿Crees que en la medida en la que transcurra la conversación Claudia podrá expresar lo que verdaderamente siente?, infortunadamente muchas veces tendemos a creer conocer el punto de vista de las otras personas y nos apresuramos a ofrecer un consejo; el cual si no es pedido no es recibido.

De alguna manera tendemos a creer que con escuchar las primeras palabras de lo que una persona nos cuenta sobre algún problema, nosotros ya sabemos cuál es la solución o sabemos cuáles son las causas de lo que está pasando y nos ponemos  en modo “repáralo todo”, el inconveniente de esto es que le estamos evitando a la otra persona expresar lo que siente, y en la mayoría de las ocasiones tan sólo quieren ser escuchadas, en sí el saber que uno fue escuchado y comprendido tiene un efecto positivo en nuestra vida.

Tú puedes ser un medio por el cual una persona pueda sanar alguna herida con el simple gesto de escuchar; pero cuando me refiero a escuchar me refiero a escuchar realmente, regularmente mientras la otra persona habla estamos pensando en lo que le vamos a responder, o pensamos en: ¿Cómo puede estarse ahogando en un vaso con agua?, o pensamos en lo que tenemos que hacer después; esto produce que nos perdamos de conocerla realmente y de ser ese medio para que ella sane, o cuando lo que se quiere expresar es alegría podemos ser un multiplicador de ella.

Una creencia que nos puede ayudar a escuchar mejor a la otra persona es que ella es la experta de su propia vida, tan sólo ella sabe por lo que realmente está pasando, tan sólo ella sabe lo que duele o la alegría que experimenta; recuerda ella es la experta en su vida, no tú; por eso escuchar con interés en conocer más que en pensar lo que voy a decir, es lo importante.

Ahora, imagina que tú estás atravesando por una situación y le comienzas a contar tu problema a algún amigo y a cada rato te interrumpe con frases cómo: “¿Y por eso te estás preocupando?”, “Hace lo siguiente…”, y más frases similares, ¿Cómo te sentirías?, por otro lado ¿Cómo te sientes con alguien que sólo te escucha con interés sin cuestionarte?, al menos en mi caso me hace sentir mucho mejor. Las personas no siempre queremos un consejo, muchas veces solo queremos ser escuchadas.

Una pieza fundamental para escuchar mejor es un interés curioso con empatía. Cuando digo curioso me refiero a preguntarle queriendo conocer a la persona más y no por querer saber cosas que no vienen al asunto, y la empatía que es realmente mostrar que estamos para escuchar.

Otra pieza fundamental es la famosa CCJ, no juzgues, no condenes y no hagas juicio. Tu percepción de la situación  puede ser lo opuesto a la percepción de la situación que está atravesando alguien, lo que para ti puede ser una alegría para alguien más puede ser un enojo. Acá es donde entra el interés curioso con empatía tratando de saber porqué se siente así.

Ahora la herramienta principal que en lo personal puedo recomendarte es aprender a preguntar; una pregunta bien hecha es poderosa, una pregunta bien hecha puede excavar en el inconsciente de la persona y hacerla pensar en algo que anteriormente no lo había visto hasta ayudarle a dar un cambio de perspectiva. Pero ojo, un cambio de perspectiva se logra cuando una persona se da cuenta por ella misma y no cuando alguien más la trata de forzar.

Como seres humanos tratamos de aconsejar a las demás personas desde la perspectiva que nosotros tenemos del mundo, pero fallamos al no aceptar que la otra persona tiene su propia perspectiva;  porque tenemos la creencia que nuestra perspectiva del mundo es la única correcta. Por ello nuestra definición de las cosas y de nuestras creencias no deben interferir al momento de escuchar.

Saber escuchar, como te decía, es una habilidad, lo cual significa que la puedes desarrollar. Si ya tienes la habilidad síguela practicando, si aún no la tienes déjame darte las siguientes sugerencias:

  1. Cuando hables con alguien escucha atentamente, repite algunas frases de lo que te diga la persona con el objetivo de saber que has comprendido bien. Por ejemplo, si la persona te cuenta que sintió un enojo fuerte, tú le puedes reafirmar diciendo “Te sentiste muy enojado(a)”, eso te ayudará a ti a saber que realmente la estás comprendiendo, a esto se le conoce como “Escucha reflejo.”
  2. Cuando te mencionen algo “ambiguo” pregúntale. Por ejemplo si te está hablando de una estrella tu le puedes preguntar qué tipo de estrella, ¿De cinco picos?, ¿De seis picos?, etc. La clave es que tú tienes que ver la perspectiva de la otra persona.
  3. Muestra interés, mira a la persona a los ojos, haz señas y movimientos que indiquen que la estás escuchando. ¿Qué pensarías de alguien que te dice: “Sí, te estoy escuchando” mientras mira su celular?, no hay coherencia, ¿Cierto?.
  4. Haz preguntas que motiven a la persona a hablar y sólo da un consejo cuando la persona lo pida. Recuerda muchas veces sólo queremos ser escuchados no aconsejados.


¿Te animas a ser una persona que ayude a los demás solo escuchando?


Foto Cortesía de freedigitalphotos.net y David Castillo Dominici