Por Abner Huertas
Sé que el hablar sobre la muerte no es agradable, muchos de nosotros tenemos el anhelo de vivir para siempre, pero si algo podemos tener seguro es que algún día moriremos. Y el día llegará cuando recordemos todo lo que hicimos y dejamos de hacer.
Hace unos años escribí un artículo llamado: “La procrastinación” en el cual mencionaba que en un estudio se descubrió que las personas tienden a arrepentirse de las cosas que dejaron de hacer y no por las que hicieron antes de morir y entre ellas estaban los actos que quisieron hacer o decirles a sus seres queridos. En un estudio realizado por Bronnie Ware publicado en “Adicto al éxito” estos actos pueden resumirse en cinco, las cuales son:
1. Desearía haber tenido el coraje de ser verdadero a mi mismo y no vivir de acuerdo a lo que otros esperan de mi
Muchas veces vivimos queriendo agradar a los demás. Las personas que están a punto de morir ven hacia atrás y se dan cuenta de muchos sueños que dejaron pasar por querer agradar a otros. Dejaron de darle libertad a sus sueños, de intentar vivir lo que tanto les apasionaba. Al llegar ese momento lo único que podemos pensar es: “Desearía haber intentado vivir mis sueños”. Tú estás con vida, vive tus sueños.
2. Desearía no haber trabajado tan duro
Esta es una expresión que vino de un paciente que se encontraba postrado en cama esperando lo inevitable. “Desearía haber estado con mis hijos. Me perdí su niñez y su compañía en esa edad”. Muchas personas al llegar a sus últimos momentos se arrepienten de haber tomado la decisión de dar prioridad a su trabajo en lugar de a su familia. Tanto hombres como mujeres quisieran poder retroceder el tiempo y equilibrar su vida para pasar más tiempo con sus seres queridos. Desafortunadamente ya es demasiado tarde. Por eso tú que estás leyendo este artículo toma la decisión de equilibrar tu vida ahora que tienes vida.
3. Desearía haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos
Muchas personas dejan de expresar sus sentimientos negativos por el simple hecho de mantener la “paz”, trayéndoles esto en consecuencia amarguras y resentimientos que se acumulan en el corazón, provocándoles enfermedades que podrían haberse evitado si tan sólo hubieran hablado. Otras personas dejan de decir lo mucho que aman a una persona. En el caso de los hombres algunos no dicen cuánto quieren a alguien por el temor que no se verán “hombres”, pero desafortunadamente cuando nuestro último aliento llegue jamás tendremos una nueva oportunidad para decirlo. Tú que aún puedes respirar, que tienes salud, expresa tu amor a los que amas, eso sólo se puede realizar en vida, y si tienes que pedir perdón… pídelo, si tienes que perdonar… perdona.
4. Desearía haber estado en contacto con mis amigos
A veces tendemos a olvidar el verdadero valor de la amistad hasta que llega el momento de decir adiós. Tendemos a creer que nuestros amigos estarán ahí por siempre. Todos llegan a extrañar a sus amigos cuando están en su lecho de muerte. Cómo veíamos en los otros puntos, a veces tendemos a enfrascarnos tanto en nuestros trabajos que llegamos a olvidar además de nuestra familia a nuestros amigos. Lo único que se tiene en ese momento es un recuerdo y el deseo que existieran otros recuerdos de momentos alegres con ellos. Cada vez que puedas llama a un amigo, dile lo importante que es para ti.
5. Desearía haberme dado la oportunidad de ser más feliz
De acuerdo a Bronnie Ware este es el más común de todos los arrepentimientos. Muchas personas no llegan a comprender que la felicidad es una elección que nosotros debemos tomar. El apego a las cosas materiales y a los deseos insaciables nos llevan siempre a querer más cosas pensando que esa es la forma de alcanzar la felicidad. Estereotipos tales como para ser feliz se requiere dinero o tener un mejor carro o una casa más grande, vienen a ser despreciables al momento que estamos a punto de dejar nuestra vida. La felicidad es tu decisión.
Ten en cuenta:
- Todo se resume al final en las relaciones que tenemos con las personas.
- La felicidad es una decisión personal.
- Vive para ser mejor que tú y no mejor que alguien más.
- Balancea tu vida entre tu trabajo y tu familia.
La vida es un regalo y no un derecho adquirido.