—Por Abner Huertas
Uno de los temas que ha adquirido popularidad en los negocios es el liderazgo. Al hacer una búsqueda en una tienda de libros veremos que existen diferentes autores que han escrito sobre esta temática. Yo también soy uno de ellos.
El tópico del liderazgo es muy atrayente, sin embargo, el grado de importancia que se le ha dado al liderazgo ha puesto en detrimento los conceptos de lo que es un jefe. Se ha puesto como imagen que es preferible el líder a un jefe. ¿Será esta aseveración correcta?
Para iniciar es importante definir ambos conceptos de lo qué es el líder y lo qué es el jefe. Peter G. Northouse en su libro «Liderazgo: teoría y práctica» nos da una idea de la diferencia que hay entre los dos.
El líder tiene relación con apoyar en el establecimiento de una visión y con la influencia en un grupo de personas para lograr una meta en común.
Por su parte el jefe está relacionado con la administración, si bien requiere de un involucramiento emocional menor, está enfocado en los procesos, en crear estándares para hacer las actividades más eficientes y en proveer los recursos para que éstas se ejecuten. En otras palabras, la labor de un jefe está en garantizar que los recursos se gestionen de una forma óptima.
He visto en redes que se ha estigmatizado el concepto de jefe como el de un déspota que controla a los demás y hace solo que él quiere por medio de «mandar» a las personas para que trabajen. El concepto real de un jefe es diferente.
Líder y jefe tienen roles distintos, aún así — en palabras de Stephen Covey— son interdependientes.
El líder produce movimiento. El jefe produce orden y consistencia; el líder establece la visión, las estrategias, la comunicación de las metas, conforma grupos de trabajo, anima y energiza a los demás; el jefe apoya en la creación de ideas para que la visión se haga realidad.
El líder y el jefe son dos conceptos que tienen rasgos en común: ambos se preocupan —o deberían preocupar— genuinamente por las personas, pero el fin de cada uno es un tanto diferente, como mencionamos al inicio el primero se enfoca en establecer la vía, el segundo en los recursos para alcanzarla.
De la misma forma en la que hay jefes buenos y malos; también hay líderes buenos y malos. Sin importar si tú eres líder o jefe, tú desempeñas un papel muy importante en tu organización. Ninguno de estos dos «títulos» tiene mayor importancia. El liderazgo sin administración sería como manejar un carro sin frenos a alta velocidad. La administración sin liderazgo es fomentar la burocracia.
Si eres un buen líder, sigue creciendo para ser mejor cada día. Si eres un buen jefe, sigue aprendiendo para ser mejor cada día. Como menciona Northouse ambos son importantes.
2018®
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