Por: Abner Huertas
En una ocasión conversaba con un amigo que gusta de los deportes extremos, entre ellos el ciclismo de montaña, me explicaba la importancia de contar con puntos de control para estar seguros que estaban por el camino correcto, puntos de prueba donde te garantizan que puedes continuar y puntos volantes que te ayudan a guiarte cuando no ves señales.
Los puntos de control son momentos en tu vida en los que haces un análisis de tu interior y descubres áreas que necesitan mejorarse, áreas en tu vida que sabes no son las correctas y deseas realizar un cambio en ellas; es detenerte y pensar, analizar y tomar decisiones al respecto de lo que necesitas cambiar.
Pero para que puedas hacer un punto de control hay algo que debes conocer, y es la persona en la que deseas convertirte, de esta forma podrás trazar la ruta que te llevará a ser esa persona.
“Aquel que no sabe a dónde va no tiene un viento favorable” - Seneca
Pero, ¿Qué es lo que necesito controlar? Existen muchos que opinan que no hay nada que pueda estar bajo tu control, yo opino lo contrario; tú tienes el control de: tus actitudes, tus talentos, de tu condición física y por sobre todo de tus decisiones, las decisiones que tomas siempre tienen un resultado, ya sea negativo o positivo pero son tus decisiones y están bajo tu control. Permíteme contarte una anécdota: en una ocasión en una selva alejada existió una comunidad de animales donde habían tres leones; de todos los animales había un mono, quien era el representante de toda la selva y al ver que no había un rey convocó a una reunión. El objetivo de la reunión era deliberar quien de los tres leones era el más apto para convertirse en el soberano rey de la selva, sin embargo los animales preocupados exclamaban “¿Cómo podremos escoger quién de los tres será nuestro nuevo rey?”. Los leones, que eran muy amigos les disgustaba la idea que los pusieran a pelear entre ellos, ya que no deseaban perder su amistad, así se que se encontraban nerviosos por conocer cuál sería la forma de seleccionar a uno de ellos. Luego de discutir arduamente los animales del bosque llegaron a un acuerdo, una prueba que pondría a los leones a mostrar de lo que estaban hechos, así que el mono comunicó el reto a los tres. Deberán subir la montaña difícil, la más alta, la que ningún animal ha podido llegar al día de hoy, el que llegue a la cima será el nuevo rey. Los tres leones aceptaron. Cada uno hizo el intento por subir, pero… ninguno de los tres logró la faena. “que vamos a hacer, ninguno lo logró” exclamaban los animales. Un Aguila que se encontraba en el cielo descendió y les dijo, el tercer león deberá ser el rey, “¿Por qué? Ninguno venció a la montaña.” El Aguila quien ya era anciana y sabia les dijo: “En efecto, ninguno llego a la cima, cada uno dijo montaña me has vencido. Pero el tercer León agregó… por ahora porque tú has llegado a tu crecimiento total y yo sigo creciendo y volveré y te derrotaré”.
¿Sientes lo grandiosa esta anécdota? Imagina lo siguiente: el León iba escalando la montaña, estaba cansado, fatigado, había hecho su mayor esfuerzo, paró un momento e hizo un punto de control en su vida, supo que no era el momento, pero que lo podría hacer si hacía un cambio en él. Y ¿cuál es ese cambio? Crecer en su interior, madurar, hacerse más fuerte, estar en la condición física y mental para vencer la montaña.
¿Notaste algo importante sobre la anécdota del león?, sí, eso es él conoce cuál es su objetivo y tiene la visión de hacia dónde quiere llegar y lo que tiene que hacer.
Visión es la palabra clave que te permitirá a ti y a mí a conocer exactamente lo que necesitamos cambiar. ¿Conoces tu visión de vida? , Cuando cumplí treinta años me di cuenta que cada acción y decisión que estaba tomando carecía de dirección, fue entonces cuando decidí poner una visión de quien quiero ser, y sabes… ahora cuando tomo una decisión para mi vida sé cual debo tomar, sea fácil o difícil, dura o sencilla, porque sé que está encaminada a lo que quiero llegar a ser. En lo personal me gusta tomarme un tiempo por lo menos una vez cada quince días y analizar mi evolución.
Quizá te preguntes ¿Qué necesito para poder realizar puntos de control en mi vida?, para finalizar déjame darte unas sugerencias:
1. Ten intencionalidad: Si realmente deseas cambiar y hacer un punto de control debe ser intencional.
2. Ten convicción: Ten la certeza de que el cambio dará a futuro buenos frutos para tu vida, que el camino no será fácil, pero los resultados serán grandiosos.
3. Ten disciplina: Tendrás que formar una disciplina para seguir la ruta que te estás planteando, y no apartarte aunque otros te digan que no vale la pena.
4. Establece tu visión y misión de vida: Descubre cuál es tu visión y misión, qué quieres llegar a ser, esto te dará las pautas de los pasos que deberás seguir para alcanzar tu objetivo. Escríbelo y ponlo en un lugar donde lo leas todos los días.
5. Establece un Código Personal de Conducta: Parece absurdo ¿no crees? Pero si tú mismo te estableces tu código de conducta enfocado a tu visión, te sentirás más responsable de cumplirlo.
6. Incluye a las personas en tu plan: Recuerda que no hay nada más gratificante que ayudar a los demás, que en tu propósito también este en agregar valor a alguien más.
7. Tomate un tiempo para pensar y hacer puntos de control: Toma una hora a la semana y analiza tu progreso. No será en días que los cambios serán notados pero créeme… los notarás tú y los demás.
8. Por sobre todo dedica tiempo en oración: Cuando tengas tu plan, pide a Dios su apoyo, discute con el tu plan, sí así es discútelo con él quién mejor para que te aconseje y te asesore sobre qué es lo mejor para ti.