lunes, 23 de diciembre de 2013

El lado positivo de la procrastinación



Por Abner Huertas



Procrastinación. ¿Has escuchado hablar sobre ella? En el boletín “El talento y la procrastinación” de marzo del año 2012 conversamos sobre este arte, que sin lugar a duda, hacemos de él una obra maestra por el tipo de excusas que realizamos. La procrastinación es postergar una actividad por el simple hecho de no querer hacerla o como diría Timothy Pychyl no la realizamos por querer sentir una sensación de comodidad en este momento sin ver algo mejor a futuro.

En aquella ocasión nos enfocamos en cómo puede la procrastinación afectar el que nosotros podamos  alcanzar nuestros sueños, resumiendo lo que discurríamos en aquella ocasión en tres puntos es:

  1. La procrastinación para muchas personas es un hábito, es decir, llegamos a ser unos expertos en postergar lo que sabemos tenemos que hacer.
  2. La procrastinación se llega a convertir en nuestra peor enemiga al momento de querer cumplir nuestras metas, ya que nos fuerza a dejar de hacer lo que tenemos que hacer.
  3. No todo es procrastinación, pero es de sabios saber qué postergar en lugar de actuar impulsivamente.

Y es precisamente en el punto número tres donde nos centraremos. Ya que ahora veremos cuál es el lado positivo de la procrastinación. 

En el año de 1970 Walter Mischel y Ebbe B. Ebbese, ambos profesores de Standfor, realizaron un experimento sobre lo que se llamó en aquella ocasión “gratificación diferida” o el “experimento del malvavisco”.  En este experimento se consideró a un grupo de de aproximadamente 600 niños entre cuatro a seis años de edad.

El experimento consistió en darles a cada niño un malvavisco, pero a cada uno se le decía que si esperaba 20 minutos, sin comerse el malvavisco, le darían otro en recompensa. El estudio demostró que aproximadamente sólo un tercio de los niños esperaban los veinte minutos para recibir otro, en cambio, las dos terceras partes de ellos sencillamente no podían demorar en degustar el dulce.

Años después se descubrió que los niños que habían sido capaces de retrasar una gratificación actual por una mejor posterior eran más exitosos que aquellos niños que no fueron capaces de retrasar la gratificación.

En otras palabras, la capacidad de poder retrasar una gratificación actual sabiendo que podemos esperar una mejor en un periodo determinado de tiempo puede llevarnos a obtener mejores resultados.

En nuestro caso podría verse en el siguiente ejemplo: imaginemos que  alguien te dice te doy $. 1,000.00 ahora, pero si te esperas dos meses te doy el doble. ¿Serías capaz de esperar otros dos meses para obtener el doble? O ¿Preferirías tomar lo que te están dando en este momento?

Es acá donde el lado positivo de la procrastinación hace su aparición. La gratificación diferida es una habilidad que podemos adquirir cuando sabemos de antemano que la espera nos puede dar mejores resultados que una actitud precipitada.

¿Cuántas veces no hemos dejado pasar mejores oportunidades por el simple hecho de querer algo ahora?, no me mal interpretes, no digo que todo se tenga que retrasar, cuando retrasamos aquellas actividades por la gratificación de nuestra comodidad en lugar de luchar por alcanzar nuestros sueños entonces la procrastinación es tu peor enemiga, pero aunque suene paradójico, la procrastinación también puede ser nuestra mejor amiga cuando la usamos sabiamente.

El problema radica en nuestra necesidad de querer las recompensas lo antes posible. En mi libro “El crecimiento de un líder” escribí  un tema donde se habla sobre que vivimos en la generación microondas, todo lo queremos rápido y es más, es cómo cuando calientas algo en el microondas, le pones cinco minutos y todavía te preguntas ¿por qué se tarda tanto?, es cómo si estuviera grabado el deseo de querer todo inmediatamente, a pesar de que sabemos de antemano el esfuerzo en tiempo que se requiere para obtenerlo.

Muchos sueños de nuestra vida se lograran alcanzar cuando vayamos  hacia el lado positivo de la procrastinación. Cada vez que te encuentres ante una encrucijada de tomar una decisión, trata de ver más adelante, quizá si dejas pasar esta decisión la que viene tendrá mejores recompensas.

En muchas áreas de nuestra vida se puede aplicar este principio. En nuestras profesiones veremos ofertas tentadoras que nos pondrán a prueba, especialmente cuando nos hablan de dinero, pero muchas veces al pasar el tiempo la recompensa no es la que quisiéramos. Cuando lleguemos a ser capaces de evitar estas sensaciones de querer algo ahora, que son temporales, descubriremos que existe mucho mayor valor cuando decidimos diferir nuestra gratificación, en otras palabras cuando la procrastinación es positiva.

Recuerda siempre  el caso de los niños del malvavisco, muchas oportunidades se ven bien a primera vista, pero si somos capaces de diferir la gratificación de un momento podremos tener una gratificación mayor posteriormente. Haz del lado positivo de la procrastinación tu amiga.


Pychyl, T. A. (2010). The Procrastinator’s Digest: A Concise Guide to Solving the Procrastination Puzzle. Xlibris, Corp.


Posada, J. d., & Singer, E. (2005). No te comas el marshmallow todavía: El secreto para conquistar las recompensas mas dulces de lavida (Spanish Edition). Berkley Hardcover.

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