jueves, 1 de enero de 2015

¿Por qué actuamos como actuamos?



Por Abner Huertas




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Desde que tenía 19 años había realizado esta pregunta: ¿Por qué actuamos como actuamos?. Ignoro si tú has pensado en ello, es una interrogante interesante y al mismo tiempo retadora porque los seres humanos somos todos diferentes, sin embargo, compartimos mucho en común.

Admito, me siento realizado al escribir este artículo porque es parte de un largo trayecto de aprendizaje. Es mi intención dar una breve explicación a esta pregunta para comprender el por qué reaccionamos como lo hacemos en muchas situaciones. Daré una perspectiva diferente a la habitual, pero al mismo tiempo aclaro que soy un apasionado por el tema y soy candidato a un doctorado en Dinámica Humana, en ningún momento pretendo ser un médico, biólogo o psicólogo clínico. Este artículo te hará reflexionar y cuestionar tus conocimientos actuales sobre lo que somos como seres humanos.

¿Por qué actuamos cómo actuamos?, es la pregunta central. Antes demos un vistazo a otra interrogante que nos dará un punto de partida: ¿Qué somos?.

De acuerdo con Nyle Byle y en su libro “Undeniable:  Evolution and the Science of Creation”,En nuestro planeta hay cuatro dominios, o formas, de vida: las bacterias, la Archaea, la eukarya y la vira.  En breve veamos cada una:


  • Las Bacterias: son microorganismos muy pequeños y son los más abundantes del planeta.
  • La Achaea: son microorganismos similares a las bacterias. En su morfología son diferentes.
  • La Eukarya: es el dominio de organismos formados por células. En este dominio están los seres vivos que vemos a simple vista: las plantas, animales, hongos, etc.
  • La Vira: son los virus; éstos necesitan un anfitrión para poder vivir, por eso muchos científicos no lo considerarán como parte de los dominios de la vida.


Centraremos nuestra atención, como es de esperar, en el tercer dominio: Eukarya. Tú y yo formamos parte del dominio de Eukarya, del cual se desprende un sub-dominio que es llamado Animalia. Nos guste o no, somos parte del reino de los animales. La diferencia es que tenemos la capacidad de razonamiento y de tener consciencia de la existencia. Un perro, un gato o un ave, así como los demás animales, pueden pensar y hasta llegar a experimentar sentimientos, pero no cuestionan su existencia, nunca se preguntan: ¿Quién soy?, todo esto se desarrolla dentro de nuestro cerebro.

En una frase: “Somos lo que somos por nuestro cerebro.”. Así de sencillo. El pensamiento, razonamiento, expresión de sentimientos, nuestra personalidad, capacidad de talentos, entre muchas otras características es por nuestro cerebro. El desarrollo de éste inicia desde el nacimiento. El entorno marca una pauta importante para definir cómo seremos, y por ende cómo actuaremos.

Quizá tú te estés cuestionando el hecho de afirmar que somos parte del dominio de los animales. Para ser específico, somos parte de la especie humana. Richard Dawkins en su libro “El Gen Egoísta”, hace referencia a estas distinciones. En su libro, Dawkins nos comenta que a nivel del ADN las diferencias con muchos animales es mínima, existen patrones que cambian. Son estos patrones los que nos hacen ser humanos. Si te gustaría ahondar más en este tema puedes consultar la bibliografía al final.

¿Por qué hago referencia a que somos parte de la especie humana?, porque esta es la base para comprender  por qué actuamos como actuamos. Acompáñame en los siguientes puntos para que comencemos a deshilar este tema.


Actuamos por cómo está configurado  nuestro cerebro



El cerebro está conformado por: el cerebro primitivo que controla los movimientos no intencionales como el latir de tu corazón o la respiración; el cerebro intermedio (paleo mamífero) donde se encuentra el centro de las emociones (sistema límbico); el córtex que es toda la parte que recubre al cerebro medio, tiene varias funciones como interpretar lo que ven nuestros ojos lo que oímos, entre otros; y el novísimo córtex o  lóbulo frontal.

Aquí viene el asunto, el lóbulo frontal está desarrollado en los seres humanos. Esta parte, desde una perspectiva biológica, es la que marca la diferencia, de ahí por ejemplo porqué tenemos una frente más pronunciada que la de un chimpancé. De acuerdo con un modelo llamado Triune, estos “tres cerebros” están interconectados entre sí, pero en muchas ocasiones estas interconexiones pueden sufrir daños provocando un cambio en la persona.

Prestemos mayor atención a dos partes del cerebro: el novísimo cerebro y el sistema límbico. 

En la poesía hay expresiones como: “El amor que te entrego es el reflejo de lo que hay en mi corazón.” O en “Del corazón nacen todos los buenos y  malos pensamientos.”, Son metáforas para su uso poético pero las cuales distan mucho de la realidad.

La fuente de las emociones está en el Sistema Límbico, especialmente en la amígdala (no confundirla con la de la garganta). Ésta es la que se encarga de expulsar los químicos que dan como resultado nuestras emociones. Por eso la expresión: “La química del amor.”, Deja de ser tanto poética como más próxima a la realidad.

Hay otra parte en el Sistema Límbico que se llama: Hipocampo. En esta sección es donde nuestro cerebro guarda todos los recuerdos. Aquí viene lo interesante, presta atención. El lóbulo frontal razona todo lo que percibimos. Cuando estamos ante una situación nuestro lóbulo frontal reacciona analizando la situación, pero también entra en función el sistema límbico. Cuando el sistema límbico y el lóbulo frontal no están “de acuerdo”, la persona entra en conflicto y tiene actitudes que nos pueden parecer extrañas.

Déjame dar un ejemplo. Lucía está enamorada de su novio Joaquín. En una ocasión Joaquín está conversando con una compañera de trabajo. En ese momento llega Lucía a visitarlo y al verlo le comienza a gritar y a decirle cosas que él nunca se había imaginado escuchar de ella. Lucía se va furiosa. A los pocos minutos Lucía recapacita, no sabe por qué reaccionó de esa manera. Al hacer un poco de introspección, recuerda  la causa por la que sus padres se habían divorciado dos años antes. Su mamá había llegado con ella a la oficina de su papá y lo vieron con otra mujer besándose. Lucía al ver a Joaquín conversando con una compañera del trabajo, revivió esa experiencia (guardada en el hipocampo), su sistema límbico reaccionó, desplazando por un momento su capacidad de razonar, por lo tanto explotó.

Al cerebro le gusta encontrar patrones, por eso puedes ver eventualmente caras en una mancha. Lucía al ver a Joaquín conversando con otra mujer, reaccionó creyendo en una infidelidad inexistente por parte de su novio.

Si bien es cierto, no todas las personas actúan emocionalmente, muchas piensan antes de actuar, siempre habrá un conflicto interno que resolver al entrar el lóbulo frontal con tu sistema límbico en juego.

¿Cuál es tu reacción cuando te piden algo que para ti es incorrecto o inmoral?, la respuesta es ansiedad. Si eres coherente, ambos sistemas están “de acuerdo”, la ansiedad pasará y tu reacción será “normal”, pero si no eres coherente, la razón te dice una cosa, las emociones otra y muestras algo diferente, entonces tendrás mayor ansiedad y por ende actuaras de forma “irracional” para los demás. Podemos decir en palabras sencillas que gran parte de nuestras actitudes es por el conflicto que hay entre la razón y los sentimientos. Pero todo ocurre en el cerebro.

Para finalizar este punto. Actuamos por la configuración de nuestro cerebro. Tenemos diferentes sistemas que trabajan en conjunto, pero también hay otro aspecto, y se refiere a  cómo están armadas las interconexiones internas. Algunos tienen mayor desarrollo en zonas del cerebro que les permite ser un músico ejemplar, ser escritor, ser un  bailarín, etc. Los introvertidos y los extrovertidos, por ejemplo, se ha demostrado que tienen diferentes interconexiones, lo cual hace que una persona introvertida piense mucho antes de hablar y un extrovertido hable antes de pensar. Una persona introvertida tiene una interconexión más extensa que una extrovertida.

Podría continuar con este punto, pero quiero que este artículo quede corto. Como conclusión diremos que nuestro comportamiento está determinado por la configuración de nuestro cerebro, no hay dos personas con una configuración igual, es como una huella dactilar, por eso todos somos y actuamos de forma distinta.


Actuamos por nuestra forma de pensar



Todos pensamos de manera diversa. Si ambos estuviéramos viendo un partido de fútbol, quizá tu lo encontrarás emocionante, yo lo encontraría aburrido; lo interesante del ser humano es que cada una de las personas dará una perspectiva desigual a un mismo acontecimiento.

Nuestra forma de pensar es la única por la  que podemos hacer algo al respecto. Nuestra configuración del cerebro es con la que nacemos. 

La forma de pensar se comienza a forjar desde el momento de nuestro nacimiento. Los estímulos que recibimos por medio de nuestros padres, tíos, abuelos, entre otros, desempeñan un papel fundamental en cómo pensamos en la actualidad, claro está, que esto dependerá también de la configuración de nuestro cerebro.

Hay personas positivas y negativas. Personas que ven en cada situación una oportunidad y otras que ven una calamidad. Hay personas que te darán razones por las que algo funcionará y otras te darán las razones por las que no funcionará. Somos seres humanos.

Debemos tener claro: no existe un consenso que determine cuál es la forma correcta de pensar, lo que es bueno para un grupo de persona puede no serlo para otro. En el día a día, tendemos a juzgar a las demás personas por los resultados de sus acciones, pero queremos ser comprendidos por las intenciones de las nuestras. 

Como decía con anterioridad, parte de nuestra forma de pensar se comienza a gestar durante nuestro desarrollo. En hogares donde existen fuertes convicciones morales o religiosas, las personas adquieren esta forma de pensar; de igual manera en hogares donde existe mayor libertad el desarrollo cognitivo irá en esa dirección. Cuando dos personas se encuentran, si vienen de ambientes diferentes, su forma de ver a la otra persona podrá ser incomprensible porque cada uno fue criado bajo diferentes principios inclusive dentro de una misma comunidad.

Esta es una de las razones por las cuales buscamos personas que piensen de forma similar a nosotros, porque eso nos da mayor comodidad. Pero al mismo tiempo, en muchas ocasiones impedimos que personas que piensan de otra forma se aproximen a nosotros, dejando de encontrar posibles tesoros de aprendizaje.

Nuestra responsabilidad comienza al momento de tener consciencia de que tenemos la posibilidad de elegir nuestro destino. El crecimiento personal es atribución de cada persona, cada ser humano tiene la capacidad de conformar un ambiente que le permita pensar de mejor manera, ¿Qué es lo que ocurre que muchas veces no cambiamos nuestra manera de pensar?.

A medida que vamos creciendo, nuestros cerebros tienden a volverse, por decirlo de alguna manera, holgazanes y al mismo tiempo ocurre lo que se le conoce como una degeneración cognitiva. Por eso las personas mayores encuentran dificultad en aprender cosas nuevas, no porque no quieran, sino porque la dificultad no está en aprender sino en desaprender. Una vez se ha aprendido a hacer algo, si se aprendió bien, ¡qué bien!, si se aprendió mal… puede tomar más tiempo en desaprender dependiendo de cuánto tiempo ha pasado. 

Acá un ejemplo. Una persona ha descuidado su dieta por los últimos veinte años. Está obesa. De pronto decide ponerse en forma. Al no ver resultados las primeras cuatro semanas desiste. El punto es, en cuatro semanas es imposible ver resultados después de veinte años de abuso con la comida. Se requerirá más tiempo para estar en línea.

Profundicemos, cuando nos preguntamos: ¿No entiendo porque esa persona no puede cambiar su forma de pensar? O ¿Por qué siempre hago las cosas de la misma manera?, para cambiar la manera de pensar se requiere tiempo y paciencia; ésta última carecemos muchos. Si desde pequeños no aprendimos a pensar de forma correcta, nos tomará tiempo desaprender para volver a aprender, para esto se requiere de mucha intencionalidad y trabajo duro.

Cuando vemos actuar a personas de determinada manera, cabe la pena meditar: ¿En qué ambiente se desenvuelve que lo hace pensar de esa manera?, si es uno el que se ha dado cuenta de que debe cambiar su forma de pensar, cabe preguntarse: ¿Qué estoy aprendiendo cada día que me hace pensar de esta manera?, por otro lado cuando estamos con personas de la tercera edad debemos estar conscientes que el proceso de degeneración está activo, lo cuál hace que su forma de ser pueda cambiar.

Concluyendo este punto tengamos presente: la forma de pensar está dada por la configuración del cerebro, por lo que aprendimos desde nuestra infancia y especialmente por lo que dejamos entrar en nuestros cerebros.


Actuamos de acuerdo con la satisfacción de nuestras necesidades


Uno de los exponentes de la jerarquía de las necesidades fue Abraham Maslow, Maslow (2013). Todos los seres humanos tenemos necesidades, eso es un hecho. Cuando alguna de estas necesidades no está satisfecha las personas llegan a comportarse de formas “irracionales” a la vista de los demás.

De acuerdo con Maslow los seres humanos tenemos las siguientes necesidades, en orden de importancia:


  • Necesidades fisiológicas: tales como comida y vestido; todo aquello que nuestro cuerpo necesita para estar vivo.
  • Seguridad: Necesitamos tener la seguridad de que tenemos un ingreso financiero, que tenemos salud, que no tendremos algún accidente.
  • Amor: Cada uno necesita sentirse amado, puede ser por la familia o una pareja, lo importante es poder dar y recibir amor.
  • Significado: Todos queremos saber que tenemos valor. Necesitamos sentirnos respetados por las demás personas.
  • Transcendencia: Es poder dejar un legado en esta vida.


Una persona jamás se sentirá con significado si primero no ha satisfecho las necesidades anteriores, asimismo tampoco podrá trascender. Mucho de nuestro comportamiento “irracional” se debe a la insatisfacción de alguna de estas necesidades. Esto se traduce en ansiedad, nerviosismo o en alguna enfermedad.

De una u otra forma, cada uno de nosotros buscamos satisfacer cada una de estas necesidades. Quizá no tengas trabajo, pero sí tienes alimento, tu primera necesidad está satisfecha, eso te ayuda a buscar trabajo. Pero si no tienes trabajo y no tienes nada que comer… ¿A qué actividades recurrirías para satisfacer esa necesidad fisiológica?, es posible que a pedir, ¿Si no hay a quién pedir?… 

De esta misma forma, una persona que tenga un nivel socioeconómico envidiable puede ser infeliz y padecer de ansiedad por no poder satisfacer su necesidad de amor. El dinero no le podrá comprar ser una persona con significado. El dinero compra cosas materiales pero no puede comprar sentirse realizada.

Resumiendo. Mucho de nuestra forma de comportarnos está dado por necesidades insatisfechas. ¿Conoces a alguien que se pone de mal humor cuando no ha comido nada?, imagina a alguien que no ha comido en mucho tiempo, o alguien que se siente solo, o a alguien que lo tiene “todo” pero se siente infeliz. Es mejor interesarse en conocer si tiene alguna necesidad insatisfecha antes de emitir otro juicio.



Actuamos de acuerdo con nuestro grado de coherencia 


El principal causante de estrés y ansiedad en las personas es la incoherencia. Ser coherente, como decíamos en un principio, es estar alineado con lo que decimos, pensamos y hacemos; especialmente en las áreas encargadas en nuestro cerebro para ello. 

De acuerdo con Antonovsky, cuando las personas ceden sus propias decisiones a otros aunque esto vaya en contra de lo que ellos realmente querían, están siendo incoherentes. Poco a poco esto va yendo en detrimento de la persona hasta enfermarla.

¿Qué nos hace ser incoherentes?, Irvin Yalom nos explica en su libro “Psicoterapia Existencialista”, que existen dos causales: el conformismo y el totalitarismo; expliquemos a profundidad qué significa esto.

El conformismo es hacer lo que los demás hacen. Seguir la corriente puede llevar a una persona a una sensación de vacío existencial, o como le llamaría a una incoherencia, cuando hace lo que los demás hacen deseando algo diferente. Esto es habitual en personas dependientes que por el miedo de estar solas prefieren ceder la toma de desiciones a otros. 

El conformismo puede llegar a afectar tanto a una persona que la convierte en dependiente de los demás. ¿La razón?, hay muchas, pero mencionaré solo una, la falta de coraje para crear su propio destino. Seguir la corriente es más fácil que tomar el coraje de seguir lo que uno quiere, pero seguir la corriente tiene un precio muy alto que pagar. También tener el coraje tiene su propio peso, pero es mejor morir habiéndolo intentado y fracasar que nunca haber hecho el intento.

El conformismo puede ser causado por nuestra forma de pensar, y sí también por la configuración del cerebro, pero especialmente por cómo pensamos. Cambiar el conformismo es posible, pero como lo mencionamos antes, requiere tiempo, intencionalidad y trabajo duro.

El totalitarismo es hacer lo que los demás esperan que uno haga. Similar al conformismo, pero acá terminamos tomando la decisión de hacer lo que los demás quieren y dejar lo que yo quiero por un lado. Cuantas personas sufren en sus trabajos por haber estudiado la carrera que sus papás querían en lugar de la que ellos anhelaban. Acá podríamos hablar también de la actitud, pero ese es otro tema. Por el momento concentremos nuestra atención al porqué muchas personas son como son: han seguido el  conformismo y/o el totalitarismo, se sienten sin significado.

Al igual que en el conformismo para el totalitarismo se requiere un poco de coraje para crear nuestro destino a pesar de las circunstancias. Entre más alto sea nuestro grado de coherencia nuestra forma de ser será más sana para nosotros, aunque para muchos también podrá verse como irracional. Somos seres humanos.



Conclusión


Tendemos a ver normal a aquellas personas que tienen comportamientos similares a los de nosotros. Tendemos a juzgar severamente a los demás pero queremos ser juzgados con benevolencia. Tendemos a criticar a las otras personas por el resultado de sus acciones, pero queremos que nos  critiquen por nuestra  intención.

Actuamos como actuamos por cuatro simples razones: 


  1. Nuestro cerebro tiene una configuración diferente para cada uno, con algunas similitudes.
  2. Pensamos de forma diferente. Esto está dado por las enseñanzas de nuestros padres y de lo que con responsabilidad aprendemos nosotros.
  3. Por las necesidades insatisfechas o satisfechas.
  4. Por el grado de coherencia con el que vivimos.


Sé que muchas veces tú no comprendes el comportamiento de otras personas. También ten claro que tu comportamiento es incomprendido, quizá, por esas mismas personas.

Lo importante, y que quiero dejarte, es que tengas las herramientas para intentar comprender un poquito más a los demás. Somos seres humanos imperfectos. 

Por último: Atrévete a conocer a personas que sean diferentes que tú. Te asombrarás de lo mucho que aprenderás de ellas.




Bibliografía


Becker, E. (1971). The Birth and Death of Meaning: An Interdisciplinary Perspective on the Problem of Man (2 ed.). Free Press.

Nye, B. (2014). Undeniable: Evolution and the Science of Creation (First Edition ed.). St. Martin’s Press.

Dawkins, R. (2006). The Selfish Gene: 30th Anniversary Edition--with a new Introduction by the Author (30th Anniversary ed.). Oxford University Press.

Maslow, A. H. (2013). A Theory of Human Motivation. Martino Fine Books.

Antonovsky, A. (1987). Unraveling the Mystery of Health: How People Manage Stress and Stay Well (Jossey Bass Social and Behavioral Science Series) (1st ed.). Jossey-Bass.

Yalom, I. D. (1980). Existential Psychotherapy (1 ed.). Basic Books.

Fotografía cortesía de freedigitalphotos.net con Ambro, Krishna, Castillo Dominici y Stuart Milles.

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