Por Abner Huertas
En un seminario de liderazgo al que asistí hace ya algunos años, la persona que nos hablaba dijo algo que me dejó pensativo: “No desperdicies tiempo trabajando en tus áreas débiles, invierte tiempo trabajando en tus áreas fuertes”. Esas palabras hicieron eco en mi mente, ¿Estaré desperdiciando mi tiempo invirtiendo en mis áreas débiles? ¿Cuáles son mis áreas fuertes?
Para muchas personas es muy difícil reconocer en qué son buenos, pero sí saben para qué no lo son. El problema central es que cuando nosotros invertimos tiempo en nuestra zona de debilidad lo único que logramos es volvernos consistentemente malos en lo que no tenemos una fortaleza natural.
En cambio cuando invertimos tiempo en nuestras fortalezas logramos superar no sólo nuestras expectativas sino también las de las personas que nos rodean, y esto es porque estamos desarrollando un área en la que somos buenos.
Los buenos se vuelven excelentes cuando se desarrollan para lo que son buenos. Los malos se vuelven promedio y a veces mediocres cuando invierten tiempo en lo que no son buenos. Antes de continuar un paréntesis, cuando nos referimos a fortalezas y debilidades, hablamos sobre el talento que es aquello con lo que nacemos, el comportamiento y valores son una decisión personal.
Una de las mejores formas de descubrir nuestras fortalezas es por medio de las demás personas. Siempre habrá algo que hagas tan bien que los demás querrán que les enseñes. Ahora imagina si pudiéramos llevar al máximo eso que ya de por sí lo haces muy bien, nos encontraríamos frente a una persona que produce resultados inigualables.
¿Cómo desarrollar tus fortalezas?
Lo primero es cambiar el paradigma que nos han enseñado en la escuela: Mejora tus debilidades. Al menos en mi caso me decían que debía mejorar en las clases en las que no era bueno, y ¿por qué no enfocarme en lo que sí soy bueno y dar gracias a Dios que por lo menos pude ganar una clase donde soy malo?, en lo personal no soy muy bueno para los números pero sí lo soy con las palabras.
Segundo, invierte tiempo en conocerte. ¿Te conoces bien? Descubre por qué a veces actúas como lo haces, eres introvertido o extrovertido, te gusta aprender leyendo o escuchando, eres un consejero o tomador de decisiones, prefieres hablar o escuchar, en fin saber cómo eres te dará la pauta de las áreas que puedes invertir.
Tercero, aprecia tus fortalezas, busca formas de poder explotarlas. Comparte con las demás personas, siembra en ellas; tú eres una persona única, y tus fortalezas te hacen especial.
Cuarto, invierte tiempo en tus fortalezas. Eres bueno para escribir, ¡escribe!, eres bueno para cantar ¡canta!, eres buen emprendedor ¡emprende!, no temas ser excelente para lo que has sido llamado a ser excelente. A veces cometemos el error de pagar por cursos donde sabemos no somos buenos en lugar de pagar por cursos para mejorar en lo que somos buenos.
Cuando operamos en nuestras debilidades nos volvemos personas promedio, nadie paga bien por el promedio. Pero si quieres estar por arriba del promedio es hora que inviertas en aquello para lo que eres bueno. Recuerda la frase del inicio de Peter Drucker, debemos trabajar en una combinación con nuestras fortalezas y conocimiento propio.
Es mi invitación que llegues a un conocimiento propio de tu persona, si no conoces tus fortalezas descúbrelas hoy e invierte tiempo en desarrollarlas.
Foto cortesía de freedigitalphotos.net de Sujin Jetkasettakorn
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