lunes, 16 de octubre de 2017

Yo elijo






Durante el año 2012 Roberto, un empresario respetado de su ciudad, se encontraba entre una de las situaciones más difíciles en su negocio. En los últimos años había experimentado temporadas altas; y también temporadas bajas. Sin embargo ninguna de sus anteriores temporadas bajas podía compararse con la situación que estaba viviendo.

Para un empresario el flujo de dinero es importante, y Roberto veía como mes a mes los ingresos se reducían; esto lo comenzaba a llevar a una encrucijada, debía tomar una decisión: lo sigo intentando o renuncio.

Al igual que Roberto todos experimentamos temporadas “altas” y temporadas “bajas” en nuestra vida. Las temporadas altas son las mejores, quisiéramos permanecer ahí en lo alto, sin mayores problemas, podría decirse que todo está saliendo según lo planeado.

Pero es en nuestras temporadas bajas donde vienen las decisiones más relevantes de nuestra vida. Y es donde sin decirlo de forma explícita hacemos una elección y decimos “yo elijo..” Y actuamos conforme a lo que dijimos.

En este momento señalamos nuestras temporadas bajas, pero en cualquier momento que debemos tomar una decisión decimos esa frase: “Yo elijo..”.  Y el “yo elijo” desencadena una serie de actitudes que tomaremos encaminada a esa forma de pensar.

Es mi propósito que juntos descubramos dos tipos de elecciones que hacemos ante diferentes situaciones de nuestra vida.  Nuestras decisiones definen el futuro que tendremos. Nuestras decisiones dictan cuales son nuestros valores. Nuestras decisiones también definen nuestro carácter. Pero por sobre todo la elección que hagamos será un reflejo de lo que hay dentro de nosotros.

Roberto se enfrentó ante dos elecciones: Lo intento nuevamente o renuncio permanentemente.  Roberto dijo: “Yo elijo intentarlo nuevamente”. Su elección lo llevó a que su mente trabajara en posibles soluciones.  En estos momentos logró salir adelante de sus problemas.

Imaginemos por un momento si Roberto hubiese dicho: “Yo elijo renunciar permanentemente.”, Imagina por un momento nada más, sus acciones hubiesen sido todo lo contrario, se hubiera saboteado a él mismo, y estoy convencido que muchos años después él se arrepentiría de esa decisión.

Tú al igual que Roberto también puedes tomar esas dos decisiones. La elección que tomes dependerá de tus pensamientos. 

Abner Huertas

2017®

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