Aún recuerdo los días cuando tenía más tiempo, al menos hablando de forma figurada. Aquellos días en los que podía salir de mi casa a las 6:45am y llegar a mi lugar de trabajo en media hora. Al salir, cuando podía a las 17:00 podía estar en casa a las 17:45. ¡Tenía más tiempo! Tiempo para pasar con la familia, para leer o para entretenerme en mis pasatiempos, pero como todo en la vida… esto ha cambiado.
Ahora para llegar en media hora a mi trabajo tengo que salir a las 6:00. Si salgo a las 17:00 llego a mi hogar a las 18:45… una hora más tarde, una hora adicional de mi vida perdida en el tráfico.
¿Has sentido que pasas mucho tiempo en el tráfico?
En mi país —Guatemala— los datos estadísticos indican que cada año el parque vehicular se incrementa en un 14%. La realidad es que —aunque no nos agrade— el tráfico es un problema que no está en nuestras manos solucionar; al menos no del todo.
Existen dos factores importantes a considerar cuando hablamos del tráfico: la geografía y la psicología del conductor. La primera se refiere a la estructura de las carreteras, en especial a la capacidad para la cual fue diseñado el parque vehicular. Así que no es inusual que la capacidad de las carreteras está ya excedida.
El otro factor se refiere a la psicología del conductor. En este punto es donde quizá tenemos un poco más de control. Al hablar de la psicología del conductor podemos mencionar sobre: la educación vial, la percepción y el nivel de riesgo; es de éste último donde la mayor parte de los problemas pueden ocurrir.
La verdad es que nunca se nos ha enseñado a conducir en el tráfico, al menos no de forma magistral. Todas nuestras actitudes son aprendidas. Cuando vamos conduciendo aprendimos a frustrarnos, a enojarnos e inclusive a maltratar a otros conductores… aquí es donde también viene la percepción.
Hay dos formas sobre cómo percibimos la realidad: la objetiva y la subjetiva. Muchas veces nos dejamos llevar por la realidad subjetiva; ésta es la que nosotros percibimos como cierta —aunque puede no serlo. Es por eso que pensamos que nosotros somos quienes tenemos más derecho de vía, o que los demás no saben manejar y por eso van muy lento. «Ese cuate por qué no se apura… yo ya hubiera pasado» esto es percepción.
En la percepción subjetiva también entran las buenas propuestas que lanzamos al aire: «el alcalde debería hacer…», «ahí lo que se tiene que hacer es….», pero si nos detenemos a pensar en una realidad objetiva… ¿estas opciones son de verdad viables?¿O en realidad solución el problema?
La realidad es que la población seguirá en aumento y esto conlleva al incremento en vehículos. Esto es una realidad —objetiva— en muchos países. Tan solo haz una búsqueda.
Ahora qué hay con el riesgo. Pues bien, dependiendo del nivel de riesgo de una persona tomará acciones al conducir, como: bocinar, meterse «a la fuerza» a otro carril. Entre menos sensible sea una persona al riesgo, más probabilidades tiene de tomar decisiones al volante que pueden desencadenarse en un accidente. Muchas personas tienen la creencia que las peores cosas —como un accidente— solo le ocurren a los demás, pero esto es falso. Tú tienes la misma probabilidad de sufrir un accidente de alguien quien ya lo sufrió.
¿De qué nos sirve saber todo esto? Pensemos por un momento: como seres humanos somos seres emocionales, al ir en el tráfico vamos a experimentar desde enojo, frustración, desesperación… pero también podríamos experimentar un poco de calma, y por qué no, relajarnos un poco. Conocer que en lo único que tenemos control es de nosotros —nuestra psicología—, y no de la variable geográfica, nos da el conocimiento para calmarnos.
¿Horas perdidas? Puede ser… todo depende de cómo lo percibamos. Sí, habrán horas perdidas, no podemos evitarlo, pero también pueden haber horas ganadas… ¿cómo? Sé creativo y descúbrelo.
Por Abner Huertas.
2017®
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