-Por Abner Huertas
A finales del año 2014, tuve la oportunidad de conversar con una persona en uno de mis viajes por Sudamérica. Dada mi experiencia en consultoría de negocios, esta persona me preguntaba cuál era la mejor forma de iniciar un negocio. Comenzamos a platicar durante un buen momento. Llego un instante en el que me di cuenta de que había algo más, no solo era el deseo de emprender, las razones que daba para iniciar empresa iban más allá, había algo en su interior que le angustiaba.
Seguimos platicando, pero esta vez con mira a encontrar la causa raíz de este deseo de emprendimiento. Lo que salió a luz era una necesidad interna de cambiar de manera de pensar, porque se sentía ante un vacío interno donde su mente daba vueltas siempre en lo mismo y no veía clara su meta; por lo que consideraba que con un emprendimiento sería suficiente. Ya sea en los negocios o en nuestra vida privada, nuestra forma de pensar tienen un papel predominante.
“Necesito cambiar mi manera de pensar”, fue la expresión que abrió las puertas para que el proceso de crecimiento, que no solo redundaría en el aspecto profesional y que además era lo primero que había sacado a la luz, sino también en el aspecto personal.
La pregunta que vino después es la más interesante: ¿Cómo cambio mi manera de pensar? No es una pregunta sencilla de responder. Todos somos diferentes. Así que nos centramos en los aspectos generales sobre cómo podemos cambiar nuestra forma de pensar.
Siempre he creído que lo primero que se requiere es la intención, esto nos da el primer impulso. Pero el trabajo de cambio de pensamiento durará un período de tiempo no determinado; ésta es la realidad.
Primero tenemos que tener claro algo: No es fácil el cambio de pensamiento, es duro, pero sí se puede; el cambio dependerá del tiempo que estemos acostumbrados a pensar de una forma específica. Si toda la vida se ha sido una persona que tiende a ver primero el lado negativo de las cosas, tomará tiempo para regenerar la mente para pensar de forma diferente, y hasta podría decir que ese patrón nunca podrá cambiar del todo, sin embargo, hay herramientas que nos pueden ayudar.
Una de estas herramientas está en cuidar lo que dejamos ingresar a nuestra mente. Es necesaria la elaboración de una “dieta mental”, que le permita tener material para pensar diferente. Como decía al inicio, quizá una persona negativa siempre verá el lado negativo, pero al tener más herramientas mentales, podrá sobreponerse a este tipo de pensamientos.
Nuestros cerebros buscan el camino más corto para todas las cosas. Por eso cuando se aprende algo mal, se resistirá a cambiar. Pero si queremos mejorar áreas de nuestra vida, como la profesional, amorosa o personal; entonces necesitamos ser consistentes con el cambio de forma de pensar.
En síntesis. Muchas veces querremos hacer cambios en nuestras vidas, como iniciar una empresa, una nueva relación, nuevas amistades, etc., pero antes vale la pena indagar si necesitamos un cambio de mentalidad. Algo que puede ayudar para iniciar es:
- Ten la intencionalidad de querer hacer un cambio de forma de pensar.
- Sé consciente que es un cambio que requiere tiempo.
- Haz una dieta mental, lee buenos libros, cambia lo que ves en televisión, entre otras.
- Sé persistente con el cambio. Toma tiempo, pero se logra.
Si quieres emprender cosas nuevas en tu vida, pero te es difícil, vale la pena ver de qué manera estamos pensando.
iDeo®
2015
Fotografía cortesía de www.freedigitalphotos.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario