sábado, 28 de junio de 2014

Cinco lecciones que he aprendido a los 35






Hace algunos años escuché a una persona decir que la madurez se adquiere a través del aprendizaje de nuestros errores, de empezar a pensar más en los demás sin pensar de uno menos y de la forma en la cual llegamos a ver los problemas de la vida.

La parte que me dio gracia sobre lo que decía es que la madurez no viene con la edad, la edad viene como parte de nuestra naturaleza, la madurez es intencional. Ahora que he llegado a cumplir treinta y cinco años, aún puedo decir que he logrado alcanzar un cierto grado de madurez en algunas áreas de mi vida, pero en otras no, lo cual es una muestra clara de que siempre tendremos campo para mejorar.

Sin embargo, puedo decir también que durante este tiempo, en especial mis últimos cinco años, he aprendido muchas lecciones las cuales quiero compartir contigo. Estas lecciones van dirigidas para mis amigos y amigas que están empezando los veintes, y sí tú ya estás como yo en los treintas podrás darte cuenta de la verdad en lo que digo, y sí estás en los cuarenta o más te invito a que compartas tus lecciones para que los que vamos hacia allá podamos aprender.

Lección #01: La vida es una sola y se debe disfrutar

Antes de cumplir los treinta años, pensaba que la vida era para hacer dinero, esa es una etapa en la cual uno empieza a independizarse yendo en la búsqueda de los sueños, pero hay algo en lo que entre más joven eres menos piensas, en la muerte.

Estamos acostumbrados a ver que las generaciones pasan, pero no nos detenemos a pensar en que nosotros también llegaremos a pasar algún día y que seremos nosotros a quienes recuerden; es muy posible que a quienes tú recuerdas ahora, nadie más los volverá a recordar.

 Después de los treinta aprendí que realmente se tiene el regalo de la vida para vivirla una sola vez. A veces quisiéramos que la vida  fuera como en los juegos de video que tanto disfrutaba antes de los veinte, cuando perdía aparecía el mensaje, “Ingresa una moneda para continuar”, infortunadamente nuestra vida física no tiene un “continuar” desde el día en el que debemos dejar nuestra existencia.

Por eso cuando tu mentalidad es que tienes una sola vida, y hay que vivirla bien, se llega a apreciar la vida de otra manera; cada amanecer se ve como un regalo, en cada anochecer ves a las estrellas, la luna la inmensidad del universo y te das cuenta de que vivir es increíble.

También te das cuenta de la importancia de dejar un buen legado, porque como diría Charles Chaplin la vida es como una obra de teatro que cuando cae el telón no volverás a salir, pero las personas sí recordarán cómo fue tu actuación. 

¡Vive tu vida bien!, siembra en los demás, vive como si hoy fuese tu último día sobre la tierra pero mantente hambriento por aprender como si fueses a vivir por siempre.

Lección #02: Tú edad va avanzando pero tu mente se mantiene hambrienta

Cuando era menor de edad, veía a las personas que tenían treinta años como personas “viejas”, ahora que estoy en los treinta las veo como jóvenes, podríamos decir que es una regla de la vida, entre más joven eres y vez a alguien con más de diez años de diferencia los ves más viejos.

Una frase que siempre me ha gustado para explicar este punto es la siguiente: “La vida es como un rollo de papel, mientras más  se va acercando al tubo de en medio, más rápido se siente que se acaba.”, Entre más joven eres más difícil será comprender esta frase, pero mientras vas creciendo te vas dando cuenta de lo cierta que es.

No podemos detener el paso del tiempo en nuestras vidas, pero si podemos mantener un espíritu creativo, curioso, infantil en lo que se refiere a aprender cosas nuevas. Un filósofo que estaba a punto de ser ejecutado escuchó a una persona cantar una canción, él le pidió que se la enseñara, esta persona le dijo que para qué quería aprender la canción si estaba a punto de morir; él le respondió: pero moriré sabiendo algo más.

En una ocasión conversaba con un orador, él me preguntó: Abner, ¿Puedes comprar la experiencia?, al oír la pregunta no supe que responderle, luego él agregó: Cuando lees un libro o escuchas hablar a otra persona sobre las circunstancias que ha pasado, ahí estás comprando experiencia.

Por eso siempre mantente hambriento por aprender.

Lección #03: Sí tú no armas tu plan de vida, terminarás trabajando para el plan de alguien más

Durante mis viajes he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas; cuando he tenido la oportunidad de hablar con ellas, de forma personal, les he preguntado ¿Cuánto disfrutan su trabajo?, es increíble pero la mayoría me ha respondido que no le gusta lo que hace, que prácticamente es un martirio el salir a trabajar y que únicamente lo hacen para sobrevivir.

Muchas personas llegan a más de los treinta o llegan a su retiro habiendo trabajado en algo que nunca les gustó, porque en su mente estaba otra idea, tenían sueños y anhelos que nunca hicieron lo posible para que fueran una realidad.

La vida no siempre nos dará la “suerte” de que nuestros sueños se cumplan, pero hay muchas cosas que nosotros podemos hacer para “forzar” a que algún día se hagan realidad. Una vez escuché a alguien decir que si no te gusta tu trabajo tendrás que aguantarlo, pero en tus ratos libres accionar con pequeños pasos que en algún momento te puedan poner frente a la puerta de tu sueño.

Por eso aprendí esta lección valiosa: Sí tu no haces lo posible por acercarte a tus sueños, en vivir tu propósito y forzar a que algún día vivas realizado, entonces estarás trabajando para hacer realidad los sueños de alguien más.

Lección #04: La madurez no llega con la edad

La madurez no llega con la edad. La edad llega sola, la madurez es intencional. Con esta frase abrí este artículo, y déjame decirte que es algo tan cierto. Una persona puede tener más de cincuenta años y ser inmadura, mientras que otra puede tener veinte y ser más madura.

La madurez es intencional, se adquiere conforme las experiencias de la vida, pero no sólo por las experiencias, sino por la aplicación de las lecciones que uno va aprendiendo. Lo mejor es aprender de la historia, es decir, de las experiencias de otros y aplicar esas lecciones en nuestras vidas, como cuando te decía sobre comprar la experiencia.

Infortunadamente, como buenos jóvenes tendemos a pasar por alto las lecciones que otras personas han pasado, y volvemos a caer en los mismos errores. Por eso, algo que he aprendido es a aprender de los errores de otras personas de forma intencional, aunque quisiera decirte que soy un buen aprendiz, pero aún no lo soy, pero sí sé que cuando aplico las lecciones de otros me ahorro muchos problemas.


Lección #05: Vivir tu propósito es un estilo de vida

Algo que he marinado durante años en mi mente es la idea de que el propósito de nuestras vidas es un estilo de vida que intencionalmente adquirimos, y ahora estoy más convencido de ello; pero como cualquier estilo de vida está lleno de retos que nos provoca que hayan momentos en la vida que lleguemos a dudar de este.

Han sido muchas las ocasiones en las que he querido dejar Integridad de Oro a un lado, luego recuerdo la razón por la cual hice este compromiso con mi persona y vuelvo a tomar las riendas. Es normal que en cualquier momento de tu vida te vuelvas a preguntar si estás en lo correcto, lo malo es dejarte dominar por el temor y dejarlo tirado todo.

Algo que me ha llenado de esperanza es un estudio que leí sobre la jornada hacia la realización que han hecho grandes personajes, y en la mayoría de ellos comenzaron a ver los verdaderos frutos en etapas de mayor edad en sus vidas, pero todos mantenían un mismo patrón: seguían caminando a pesar de sus dudas.

Si tú aún estás lleno de dudas he inquietudes acerca de tu vida, sobre cuál será tu propósito o tu llamado, lo que puedo decirte es que sigas en la búsqueda para descubrirlo, porque llegará el momento en el cuál vendrá como si fuera una revelación para tu vida, sólo debes estar atento.  ¡No te rindas!, y si caes vuelve a levantarte, porque si te dejas rendir vendrán los años plateados en los que digas: ¡¿Por qué no seguí intentando?!, ¡Sigue adelante!.



sábado, 31 de mayo de 2014

Tú eres creativo



-Por Abner Huertas






"Las personas más creativas están dispuestas a trabajar en la sombra de la incertidumbre."-Ed Catmull


Siempre he admirado a aquellas personas que realizan obras de arte increíbles, desde los pintores más famosos hasta aquellos artistas de las calles que denotan gran talento; a aquellas capaces de componer las más exquisitas obras musicales desde personajes como Beethoven, Mozart y también a muchos músicos que no son conocidos, como aquellos que son capaces de ejecutar música con botes, platos o cosas que encuentras en la calle; también he admirado a aquellos que pueden escribir los versos más impresionantes y hermosos que uno pueda imaginar, todos ellos tienen una palabra que tú yo estaríamos de acuerdo… son creativos.

Cuando aún era un adolescente me preguntaba porque no podía ser una persona creativa, a veces veía a personas como las que te comentaba y me decía “vaya, ¡Sí que son creativas!”, y posteriormente agregaba “¡Como quisiera poder ser creativo!”,  pero por si no lo sabías, la creatividad no es sólo de este tipo de personas, la creatividad va mucho más allá de tan sólo lo que se puede ver a simple vista.

En una ocasión me realizaron una pregunta interesante, “Mencióname una característica que Dios nos dio igual a él”, y para serte franco no le supe responder, me vio y agregó: “Dios nos dio la capacidad de crear, nos hizo creativos”.

La creatividad es una capacidad impresionante que todos tenemos, incluyéndonos a ti y a mi, ¡¿No es esto increíble?!, ser creativo es en muchos aspectos de nuestra vida, la creatividad es una capacidad innata que tenemos para poder crear cosas nuevas, cosas que quizá solo existan en nuestra cabeza.

Permíteme darte un ejemplo. Hace algún tiempo cuando recién me iniciaba en el mundo laboral, trabajaba como programador de computadoras, en ese entonces siempre nos ponían un reto para afrontar, poder realizar algún programa que hiciera alguna tarea predefinida, ¿Sabes cómo lo resolvíamos?, sí, con creatividad, en ese entonces por mi mente no hubiera pasado que eso es creatividad, ya que como discurría al inicio, tendemos a creer que la creatividad es algo como los pintores, músicos o escritores, lo que ellos tienen es un talento diferente al tuyo y aplican ahí la creatividad.

No importa cuales sean tus talentos tú eres un creativo en ellos. Si eres un administrador de empresas y creas una nueva forma de gestión, eres un creativo; si eres una secretaria y creas una nueva forma de llevar el control de las actividades de tu jefe, eres una creativa; si eres un médico y encuentras una nueva forma de atender a tus pacientes, eres un creativo; así podría seguir con cualquier profesión.

Si me preguntaras cómo podría ser más creativo, realmente sólo podría decirte atrévete a crear, el miedo a crear nuevas cosas nos detiene la creatividad, el status quo y el deseo de seguir a las masas detiene nuestra creatividad, nuestra incapacidad de ir en contra de la corriente, en algunas ocasiones, nos destruye la creatividad, en otras palabras el pensar demasiado como adulto detiene tu creatividad porque nos hace sentir “vergüenza” del qué dirán.

Para ser creativo debes tener la libertad de pensamiento que tiene un niño, alguien que no le importa que le digan que lo que está haciendo no tiene sentido, la razón por la que perdemos muchas veces nuestra capacidad de ser creativos es precisamente por dejar que la razón tome el control absoluto de nuestras vidas, la razón es buena pero siempre es bueno un poco de locura que nos permita crear; tener la capacidad de imaginación que nos muestre aquello que no se ve en el mundo real para después ir hacerlo una realidad.

En otras palabras la creatividad está a tu alcance sin importar cuál sea tu profesión, estudio, edad, raza, sexo o religión, tan sólo empieza a crear.


¿Te atreves a mostrar un poco de locura para que nazca tu creatividad?

Tu máximo potencial



-Por Abner Huertas




Durante estos últimos días meditaba en la razón porqué muchas personas no alcanzan su potencial. Se nos ha dicho de diferentes maneras, y hasta podríamos decir que se ha convertido en un cliché, que cada uno de nosotros tenemos un potencial que yace dentro de nosotros esperando a ser liberado; y podríamos decir que es cierto, todos tenemos un potencial dentro que quiere salir, algunos lo han logrado desarrollar, mientras otros ni siquiera saben de su existencia.

He llegado a considerar que una de las razones por las cuales no extraemos el mayor potencial que hay dentro de nosotros es  debido a que muchas veces invertimos nuestras energías en las áreas donde donde somos débiles, considerando nuestras debilidades cómo aquellas áreas de talento o la falta de éste.

Muchos autores, entre ellos John Maxwell y Marcus Buckingham, han llegado a la conclusión que para que podamos alcanzar nuestro máximo potencial debemos invertir la mayor parte de nuestras energías en donde se encuentran nuestras fortalezas.

El lugar donde están nuestras fortalezas es donde nosotros sentimos que podemos extraer lo mejor de nosotros, no que sea algo fácil o una zona de confort, sino es una zona de habilidad donde sin importar el estrés y la presión por realizar una determinada actividad la realizamos con entusiasmo o por tener el sentido que debemos realizarla.

Cuando una persona tiene un potencial muy grande, pero está en el lugar equivocado, su potencial pasará desapercibido; pero cuando una persona con un potencial muy grande está en el lugar correcto, entonces su potencial se incrementará y hará cosas que ni ella creía que podría ser posible.

Jim Collins lo decía también al afirmar que en cualquier tipo de sociedad hay que subir a las personas correctas al autobús, pero no sólo que suban, sino también colocarlas en los lugares correctos.

Por ello considero que si tú sientes que no has podido desarrollar tu máximo potencial, veas si estás en el lugar correcto. ¿Disfrutas lo que haces?, ¿La responsabilidad por tu trabajo la sientes porque debes hacerla o porque quieres hacerla?, uno de los problemas que nos atañen a nosotros los seres humanos es que somos seres conformistas que preferimos lo “viejo conocido” a algo nuevo por conocer, por eso a pesar de que sabemos que no nos estamos desarrollando preferimos seguir en nuestra situación actual por considerarla conocida.

¿Te gustaría explotar tu potencial?, una forma de comenzar es que desarrolles tus fortalezas, y que estés en el lugar correcto, pero para ello debes actuar. Una frase que se le atribuye a Confucio reza: “Elige un trabajo que te guste así no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, es precisamente ahí donde tu máximo potencial tiene el terreno suficiente para poder expandirse.

Si no estás en el lugar correcto, sigue buscando y lo encontrarás. Algunas personas lo encuentran temprano en la vida mientras a otras nos ha tomado tiempo. Invierte en tus fortalezas y cuando menos lo esperes notarás que tu potencial se ha incrementado.

Mientras vas te vas desarrollando hay algo que debes hacer: ¡Disfrutar el proceso!. El crecimiento es algo constante, y el desarrollo de potencial es parte integral de éste; por eso, disfruta el proceso del aprendizaje continuo que durará toda tu vida, tu potencial nunca dejará de crecer, pero sí puede estancarse, pero solo si tú así lo deseas. 

Ahora un punto importante, al menos yo así lo considero, habrá situaciones en la vida en las cuales nosotros no podremos hacer nada, pero como diría Viktor Frankl siempre podremos tomar la decisión de cómo nos sentiremos por dentro y de encontrarle el sentido, y aún ahí puedes fortalecer tu potencial.


Tú potencial es tu responsabilidad, atrévete a desarrollarlo y a futuro disfrutarás de sus frutos.

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sábado, 3 de mayo de 2014

El reto de la disciplina y la motivación



Por Abner Huertas





Siempre he creído que es más fácil tomar decisiones que tener la disciplina en seguirlas, y definitivamente esto es un hecho. ¿Cuántas decisiones has tomado?, de esas decisiones ¿Cuántas has tenido la disciplina de llevarlas a cabo?, creo que las decisiones tomadas superan a aquellas que en las cuales hemos tomado la disciplina en seguir.

La disciplina es uno de los engranajes principales para alcanzar nuestras metas, sin ella el pronóstico es sencillo, no lo lograremos, pero si somos disciplinados la probabilidad de lograrlo se incrementa, porque estamos haciendo todo lo que esté bajo nuestro control. Ahora la pregunta que yo me he realizado es, si realmente anhelamos alcanzar alguna meta por la cual nos hemos decidido, ¿Por qué nos cuesta tanto desarrollar disciplina?

A veces he pensado que una de las razones es porque realmente somos muy acomodados, pareciera como si nuestro cerebro se programa para seguir un patrón aprendido y le cuesta desaprender algo que a la larga le va a dar un mejor beneficio. Por eso considero que algunos de los retos que tenemos son: vencernos a nosotros mismos y  vencer esta desidia que nos impide ser disciplinados y que evita que crezcamos como seres humanos.

Una de las excusas que comúnmente empleamos para inhibir nuestra falta de disciplina es decir que no nos sentimos motivados, es como si a veces quisiéramos tener un grupo de porristas que nos diga, ‘¡Vamos adelante tú puedes!’, pero la realidad es que no siempre la tendremos, por no decir ¡nunca la tendremos!, pero  lo que sí está de nuestro lado es ser disciplinado.

Quizá me has escuchado o mejor dicho, has leído que anteriormente expreso que la motivación no da la disciplina, sino que es la disciplina la que da la motivación. Si es motivación la que te falta, primero aprende a ser disciplinado.

Déjame darte un ejemplo. Cuando escribí mi primer libro “El Crecimiento de un Líder”, veía el hecho de escribir 45,000 palabras como algo muy lejano, me encantaba la idea de escribir pero sinceramente habían días que no me sentía “motivado” porque veía que nunca alcanzaría a escribir tal cantidad de palabras, sin embargo, a pesar de que no me sentía “motivado” comenzaba a escribir aunque sea un mínimo de 200 o 500 palabras. Al pasar los días veía que el libro iba comenzando a tener forma, y fue ahí donde me comencé a sentir realmente motivado, porque poco a poco veía que la meta se acercaba.

El mismo ejemplo anterior se aplica a otras situaciones, como cuando vas a participar en una carrera, digamos de 10 kilómetros, a los cinco kilómetros muchos ya quieren desistir, pero cuando ven que la meta se va acercando pareciera como si se adquirieran nuevas energías, lo que nos lleva a eso fue haber tenido la disciplina de continuar a pesar de que ya no queríamos. 

¿Cuáles son las metas que quieres alcanzar?, ya lo sabes, el esfuerzo de tomar la decisión de alcanzarlas es prácticamente nulo, sólo tienes que decir lo voy a hacer; pero la disciplina requiere esfuerzo y dedicación, por eso es un reto que pocos se esfuerzan por vencerlo. En la medida que tú vayas avanzando, aunque sea milímetros día a día, poco a poco te irás dando cuenta que te estás acercando y es ahí donde te sentirás realmente motivado.

Una palmada o unas palabras de amigos motivan, pero es una motivación pasajera. La verdadera motivación es fruto de la disciplina, porque como te decía anteriormente, habrán días en los que no te sentirás motivado a avanzar en tus metas, pero si haces el esfuerzo con disciplina tendrás mayor probabilidad de lograrlo.

La disciplina no es la única  herramienta para alcanzar tus metas, hay otros factores externos que pueden ser beneficiosos o no, como las intenciones de otras personas que maliciosamente  podrían frenarnos, pero lo que sí es cierto es que la disciplina es la clave para que, independientemente si alcanzas o no tu meta, puedas decir ¡lo hice y lo intenté! en lugar de llegar a pensar ¡¿Por qué no lo intenté?!

¿Te atreves a ser disciplinado?

Foto cortesía de freedigitalphot.net y stockimages


Nunca Triunfarás en la Vida -Una reflexión-



Por Abner Huertas




Nunca triunfarás en la vida, sí lo has leído bien, nunca triunfarás en la vida y te explicaré porqué.

Tú tienes muchos sueños, pero estos no se harán realidad. Cada fin de año haces tu listado de  “propósitos de fin de año” pero como siempre jamás los iniciarás; seguramente los escribiste y se ven bonitos en tu computadora, en tu cuaderno o en el lugar donde los apuntaste, pero sin lugar a duda no harás lo que te propusiste, por eso nunca triunfarás en la vida.

Cuando te graduaste del diversificado o de la universidad saliste con muchos anhelos, metas que querías lograr, querías un desarrollo profesional envidiable para muchos, todos aquellos que se aproximaban contigo te decían que serías una persona de éxito, y lo creíste, pero la presión del éxito es tan pesada que es mejor no tomarla, por eso nunca triunfarás en la vida.

Cada vez que piensas en tu sueño lo ves tan alejado que es mejor esperar a ver si se cumple sólo por mera suerte, pero lo más seguro es que jamás se cumplirá, es más, sabes que no lo lograrás porque desde pequeño has aprendido que en la vida hay que estudiar para después trabajar y no estudiar para alcanzar los sueños, por eso mejor te dedicarás a trabajar  sólo para los sueños de alguien más  y no harás nada por los tuyos, por eso nunca triunfarás en la vida.

Nunca tomarás el riesgo de pensar de forma diferente, ¡Para qué arriesgarte a pensar de otra manera!, mejor no tener éxito a que ser visto como un raro por pensar diferente, es preferible ser aceptado por otras personas que piensan igual, por eso es mejor no pensar en el éxito, en fin, la vida puede ser cómoda en esa zona y mejor quedarse en el mismo conformismo, así si fracasas nadie se dará cuenta,  por eso nunca  triunfarás en la vida.

Te darás cuenta de que llegarás a decirte:  “¿Qué puedo hacer?, Así me hizo Dios”; y te convencerás de que has nacido para ser conformista y construir los sueños de alguien más, pero no los tuyos, porque “así fuiste hecho”, por eso nunca  triunfarás en la vida.

Tu habilidad para armar excusas es envidiable, éstas te permiten salir de esa responsabilidad que conlleva el camino que pocos se atreven a seguir para alcanzar sus sueños. Por cada oportunidad que se te presenta tienes la capacidad de armar un listado de diez cosas por las cuales jamás funcionará contra un listado con una posibilidad de que sí funcione, y como “gana la mayoría”, por eso nunca triunfarás en la vida.

Y como nunca vas a triunfar en la vida sentirás la responsabilidad de enseñarle eso a tus hijos, al fin tú tienes la experiencia que en la vida no se puede triunfar, por eso cuando tu hijo o tu hija te diga algo como: “Quiero ser músico, bailarina, artista, escritor o alguna otra carrera ‘inusual’” tú le dirás, “Eso no te dará de comer, mejor estudia leyes, ingeniería, para doctor o administración de empresas porque con lo otro no triunfarás”, te darás cuenta de que eres un experto o una experta en lo que no funciona porque tú querías ser algo diferente y escogiste estudiar algo que sí te  “daría dinero”,  prácticamente serás un gurú en el arte de que no se puede seguir un sueño; por eso tu hijo o hija, al igual que tú, nunca triunfará en la vida.


Lo triste es que será hasta el final de tu vida en el que te darás cuenta que la única razón por la que nunca triunfaste en la vida fue por el miedo a triunfar.

Pero… aún estás a tiempo de triunfar en la vida ¿Te atreves?

Foto cortesía de freedigitalphotos.net y suphakit73